Tomarle el pulso a la literatura femenina cubana

15 de febrero de 2015

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Maydelis Gómez Samón

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cuentos, Feria del Libro, literatura femenina cubana

 

Cuatro libros que nos develan desde diversas aristas, con elementos de realidad y ficción, lo más íntimo de la psicología femenina serán presentados este lunes en  la Feria del Libro 2015: “Tres pasos para un pez” de Anna Lidia García Vega, “En este pueblo no hay antílopes” de Carmen Hernández, “La quinta puerta” de María Elena Llana y “Los signos conjeturales” de Marilyn Bobes.

La presentación de estos textos estuvo a cargo de los intelectuales Lourdes de Armas, Mirta Yañez y Pedro Juan Gutiérrez, quienes coincidieron en la calidad narrativa de estas féminas que son publicadas bajo el sello de Ediciones Unión.

“Los signos conjeturales” tiene como paradigma a Borges, aunque su autora aclara que trata de refutar algunas de sus teorías. Esta obra guarda relación con sus libros anteriores, pero tiene más relación con la ficción que con la propia vida, aunque la vida y la ficción se entremezclan mucho. “Traté que tampoco dejara yo de aparecer, a veces se trata de una ficticia Marilyn que aparece con mi nombre pero no tiene nada que ver conmigo, es un juego con los lectores para que adivinen donde estoy yo y donde no”, comenta Bobes.

El escritor Abel Prieto, prologuista de dicho volumen, asegura que quien se adentra en estas páginas encuentra un extraño, fascinante mundo, donde chocan y se atropellan, la vida y la literatura, espejos y espejismos, personajes literarios clásicos, muy conocidos, junto a otros novísimos, recién nacidos o aún por nacer, germinantes apenas “Algunos viejos cuentos son recreados y vuelven a contarse y se entremezclan misteriosamente, entre ráfagas que nos traen la vibración testimonial, con otras historias del pasado reciente y de hoy mismo y de mañana”, indica.

“Tres pasos para un pez”, es otro universo donde la escritura se convierte en existencia plena, a partir de la experimentación formal y estilística. Aquí se reúnen los tres primeros volúmenes de cuentos de la Premio David en 1997. Con estos relatos nadie quedará impasible. En la nota de contracubierta se precisan que en ellos “habitan una galería de personajes e historias cotidianas, narradas desde una perspectiva singular e íntima en el que coexisten en armonía el diario de vida, el discurso desdoblado, lo barroco y hasta lo carnavalesco. Es un provocador libro que nos permite asistir como voyeurs a lo íntimo, a lo más profundo de la psicología de una mujer”.

Otra fémina que nos vuelve a dar prueba de su excelente narrativa es María Elena Llana con “La quinta puerta”, un conjunto de relatos donde la crítica social, la vida contemporánea, los absurdos y la fantasía, se constituyen en un mosaico de infinitas posibilidades por donde pasa un cuidadoso trabajo con el lenguaje que otorgan al volumen valores añadidos al de una fecunda imaginación. En este libro la periodista y narradora confirma su posición cimera en la historia del cuento cubano de los últimos cincuenta años y nos convence con ese poder de comunicación que la ha caracterizado siempre.

Carmen Hernández también juega en su libro con las imágenes, con las fantásticas ideas, con el ingenioso descubrir de la naturaleza humana y de sus sentimientos y también con el lector, pues le va poniendo pistas y según avanza en los relatos, lo va llevando hasta el canto de sirenas.

Cuatro mujeres de estos tiempos que hablan de su vida, su realidad, sus temores y sueños, que pueden también ser los nuestros. Cuatro obras que incitan a tomarle el pulso a la literatura femenina cubana.