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Efemérides

Historia

Son asaltados los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo. Una digna representación de la Generación del Centenario del Apóstol, encabezada por el joven abogado Fidel Castro Ruz, decide emprender la lucha armada com

26 de julio de 1953

Son asaltados los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo. Una digna representación de la Generación del Centenario del Apóstol, encabezada por el joven abogado Fidel Castro Ruz, decide emprender la lucha armada como única alternativa posible frente a la dictadura batistiana.
La injusticia y el crimen prevalecen en la sociedad de la época, gobernada por burgueses y politiqueros corruptos al servicio de Washington. En esas circunstancias, un grupo de valerosos jóvenes decide conquistar, a cualquier precio, la libertad de la Patria.
El enfrentamiento a la soldadesca de la tiranía es violento. Muchos integrantes del comando revolucionario son brutalmente asesinados tras caer heridos. La acción concluye en un revés, desde el punto de vista militar. Fidel y otros sobrevivientes son apresados y sometidos a juicio, durante el cual sobresale la digna postura asumida por los acusados.
En su alegato de autodefensa, conocido por “” La historia me absolverá “” , el jefe del Movimiento proclama a Martí como autor intelectual del asalto y define las tareas que emprendería la Revolución una vez alcanzado el triunfo.
Después vendrían el presidio y el destierro; pero la llama encendida el 26 de julio de mil 953 en Santiago de Cuba y Bayamo ya no se extinguiría más.
Para cumplimentar el compromiso asumido por Fidel de continuar el combate hasta ser libres o mártires, el 2 de diciembre de mil 956 arribaría el yate Granma a las costas cubanas, con su carga de héroes decididos a emprender la batalla por la definitiva independencia.
La acción del 26 de julio de mil 953 constituyó un triunfo de la dignidad del pueblo cubano y de las ideas del Maestro.

Música

Nace el eminente compositor y director de orquesta ruso Sergio Koussevitsky

26 de julio de 1874

Sergio Koussevitsky estudió en el Conservatorio de Moscú, donde se graduó en 1894 con veinte años de edad. De inmediato comenzó una exitosa carrera como virtuoso del contrabajo y fue profesor de ese instrumento en el propio Conservatorio moscovita.

El debut de Koussevitsky como solista en el extranjero tuvo lugar en Berlín, en 1903 pero, cuatro años más tarde, o sea, en 1907, debutó como director con la Filarmónica de esa ciudad alemana.
A partir de ese momento, Koussevitsky hizo una doble carrera como contrabajista y director de orquesta hasta que, poco a poco, sus dotes como director sinfónico se fueron imponiendo y acaparando el centro de su vida artística. Así, entre 1910 y 1918, Koussevitsky fundó y dirigió en Moscú una Orquesta que llevó su nombre. Luego, entre el 21 y el 28, fundó en París otra orquesta de similares características a la anterior, y con ella realizó los llamados “Conciertos Koussevitsky” de la capital francesa. Por esa época dirigió como invitado numerosas orquestas europeas y estrenó óperas del repertorio ruso en Francia y España.
En 1924, Koussevitsky sustituyó a Pierre Monteux en la dirección de la Orquesta Sinfónica de Boston, de la cual fue director titular hasta 1949.
Esa larga estancia de Koussevitsky al frente de la Sinfónica bostoniana, convirtió a esa orquesta en uno de los primeros conjuntos sinfónicos de los Estados Unidos y del mundo, al lograr una gran perfección y maestría en la sonoridad y en su capacidad interpretativa.
Por otra parte, Koussevitsky llevó a los atriles de la Sinfónica de Boston muchas partituras contemporáneas y, en consecuencia, algunos de los grandes compositores de su momento escribieron obras especialmente dedicadas a la Orquesta de Boston.
Con Boston como centro, Koussevitsky realizó extensas giras por todo el mundo actuando como director invitado de orquesta en Londres, Liverpool, Barcelona, Lisboa, Roma Sofía, Varsovia, Estocolmo y muchas otras ciudades. Y la crítica internacional reconoció en Koussevitsky, sobre todo, su enorme respeto por la partitura, su interpretación siempre sobria y ajena a cualquier forma de efectismo espectacular, así como su gran amplitud estilística que abarca, desde las Sinfonías de Mozart hasta los compositores modernos, incluidos muchos norteamericanos a los que ofreció en premier con la Sinfónica de Boston.
Pero fue la inclusión por Koussevitsky de obras de compositores como Wagner y Ricardo Strauss, lo que dio a la Orquesta de Boston y, sobre todo, a sus metales, ese sonido brillante y esa maestría que aún hoy sigue siendo una de las mayores virtudes de ese conjunto.
Sergio Koussevitsky murió en Boston a los 77 años de una vida que se había iniciado en Vishny-Volochok, hace 133 años, UN DIA COMO HOY.