Hay que darle a la fotografía de prensa el lugar que merece

17 de julio de 2018

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Estrella Díaz

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Cuba, Cultura, Fotografía, La Habana

 

 

Hasta octubre próximo en un pequeño espacio de la calle E, en el Vedado habanero, puede disfrutarse de Cuestión de tiempo, primera exposición personal del joven fotorreportero Darío Gabriel Sánchez, muestra organizada luego de dos años de investigación que devino su tesis de licenciatura.

Actualmente se desempeña como Profesor de Periodismo Audiovisual en la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Habana donde se graduó –con Titulo de Oro– el 12 de julio del 2016.

Darío Gabriel –quien por azares de la vida nació en el estado brasileño de Pablo, Brasil en 1992 y allí vivió sus primeros ochos años de vida– es hoy un joven locuaz, poseedor de ideas claras con respecto a lo que quiere y hacia donde encamina sus pasos creativos, aunque al concluir los estudios preuniversitarios, “no tenía idea” qué ruta debía seguir.

 

 

Se le daban “con facilidad las ciencias y en especial las matemáticas” –apunta en conversación exclusiva con el espacio Luces y sombras de Habana Radio: “mi padre es ingeniero y mi hermano también y siempre pensé que ese era mi camino. Pero por cuestiones de metal de voz, dicción y tesitura, me seleccionaron como maestro de ceremonia y comienzo a ser el conductor de los actos de la escuela. Ese es, realmente, el inicio: varias personas empiezan a decirme que tengo actitudes para dedicarme a alguna especialidad que tenga que ver con la comunicación. La idea me comenzó a gustar y empecé a darle vueltas en mi cabeza.

 

 

¿Y nunca pensaste en la actuación?

No. Lamenté toda mi vida no tener ningún vínculo con el arte. Me sugirieron hacer las pruebas para la carrera de periodismo y comencé a valorar esa posibilidad, accedí a hacer los exámenes y fui uno de los afortunados que aprobó. Estudié periodismo, pero aun estando en la carrera tampoco sabía que la fotografía iba a ser mi camino: pensé dedicarme a la conducción y la locución, me interesaba mucho tanto la radio como la televisión.

 

 

En los planes de estudio de la carrera está la fotografía y ese fue el primer hallazgo. Sin duda, mis profesores Ramón Cabrales y Carlos Escalona me influyeron. Durante en el primer fue Cabrales quien realmente me conectó con la fotografía. Ahora tengo la fortuna de ser su colega y, juntos, enseñamos fotografía en la Facultad. Estando en tercer año matriculo en un taller de fotografía para aquellos que le interesaba ese medio de expresión y conozco a Escalona. En tercer año de la carrera ya estaba decidido de que la fotografía sería mi destino. No había dudas.

 

¿Por qué siendo un recién egresado de la Universidad aceptas ser profesor?, ¿qué tiene el aula que te interesa?

Más que el aula, lo que me interesa es lo que no tiene el fotoperiodismo cubano. Al momento de graduarme opté por especializarme en fotografía periodística y realicé una investigación, que derivó en esta muestra.

 

 

Encontré algo que me motivó profundamente resolver –y no estoy hablando de algo personal– sino intentar ayudar a encontrar los caminos y determinar aquella pautas que se pueden hacer para que las cosas mejoren en materia de fotoperiodismo. Nosotros tenemos una gran tradición de excelentes fotoperiodistas en nuestro país, existe una escuela de fotoperiodismo, pero actualmente el tema del fotoperiodismo se está descuidando en la Academia.

 

 

No solo en la Academia: en los medios de comunicación se ha desatendido o desestimado un tanto la labor de la fotografía de prensa. Desde tu punto de vista, ¿cuál crees que sean las cualidades esenciales del fotorreportero?

 

 

El fotoperiodismo no se ejerce alejado del periodista: para llegar a ser un buen fotógrafo de prensa hay que saber de periodismo, porque la fotografía es un género o sea, el fotoperiodismo es un género dentro del periodismo.

Como mismo hablamos de la crónica o del reportaje, hay que tener una formación: para hacer fotoperiodismo y se deben poseer las herramientas y saber lo que se está haciendo porque no se trata solo de seleccionar, encuadrar y apretar el obturador sino de saber qué se está fotografiando, cuáles son los valores-noticia que se están intentando capturar en imágenes. Al final se utiliza la fotografía como lenguaje al igual que se hace en la prensa plana, en la televisión o en la radio. Creo que ese es uno de los grandes problemas que tiene nuestra prensa o que adolecen los medios cubanos.

 

 

Cualquiera pude llegar a hacer fotografía en los medios –y eso es una demanda que levantó la investigación cuando estaba en el momento de la licenciatura. Desde la Academia hay que abordar este problema si, verdaderamente, se quiere solucionar: hay que darle a la fotografía de prensa el lugar que merece y tiene. Es importante que los estudiantes comprendan que la fotografía es tan relevante como los demás géneros.

 

 

¿Qué te has propuesto decir o acentuar en Cuestión de tiempo?

Me interesa hablar de temas sociales y antropológicos. El fotógrafo brasilero Sebastián Salgado es uno de mis grandes referentes al igual que toda la fotografía que se hizo en la década de los 70: Roberto Salas, Liborio Noval, entre muchos otros que tenían un marcado acento antropológico.

 

 

Un momento de oro de la fotografía épica cubana…

Que se correspondía con el contexto histórico que se estaba viviendo en ese momento. Esas imágenes son hoy testimonio de lo que ocurría en aquella época y nos permiten entender a nivel social qué estaba pasando. Si bien hoy estamos desenvolviéndonos en otra época, y alguien puede pensar que la fotografía no tiene una connotación tan épica como en aquel momento, está errado completamente: estamos atravesando momentos de cambios, de desigualdades sociales que pueden ser notables a nivel visual. Eso es interesante e importante reflejarlo en la fotografía contemporánea porque a la vuelta de los años, es lo que a nivel visual va a quedar.

 

 

Me llama poderosamente la atención que siendo tan joven hayas seleccionado como eje central a la tercera edad, pero vista desde sus circunstancias, ¿qué te motivó?

La intención no es reflejar al adulto mayor como una masa etaria sino las diversas realidades en las que vive. Por lo tanto, ahí hay situaciones lamentables como son los ancianos con demencia en las calles o los diambulantes –que fue una de las categorías que utilicé. Pero, también esta —y creo que es importante además de ver el lado negativo apreciar el positivo– la cátedra del adulto mayor, aparecen los hogares de ancianos que se promueven a nivel de estado, están los ancianos que aun con setenta u ochenta años se mantienen laboralmente activos y son felices. A veces, cuando se habla del adulto mayor se estigmatiza esa imagen.

 

 

La vejez es muy noble para la fotografía porque el paso de los años deja texturas, huellas que son estéticamente muy interesantes a la hora de trabajarlas desde la fotografía, ¿sobre qué bases asentaste la selección teniendo en cuenta que, seguramente, la serie es mucho mayor?

Quería mantener la base en el mismo equilibrio que la concepción de la idea. Hay un grupo de fotografiáis que responden a un aspecto que denominamos Visión una, que tiene que ver con los logros que ha tenido nuestro país en materia del adulto mayor que a pesar de los años se mantienen vitales y conviviendo en núcleos familiares estables y funcionales, es decir que cuidan y velan a los ancianos.

 

 

Hay una segunda parte que llamamos Visión dos que son las miradas un poco más oscurecidas o tristes de la ancianidad que tiene que ver con los adultos mayores abandonados en los hogares de ancianos, solos: Visión uno y Visión dos porque no queríamos darle la connotación de positivo o negativo. Hay una foto a la que quiero hacer particular alusión que es una imagen de Emilia de la Caridad, una señora que falleció hace apenas una semana y era la persona más longeva de nuestro país: tenía al morir 117 años y tuve la posibilidad de retratarla cuando cumplió los 116.

 

 

¿Por qué el blanco y negro?

 

 

En un libro, que fue mi tesis de graduación, las fotos están en colores porque cuando uno hace fotoperiodismo el color es información. Pero para esta muestra las llevé a blanco y negro por el dramatismo y también con la intención de unificar las imágenes. Además una exposición tiene una intención más artística que el trabajo reporteril. Me pareció que la estética del blanco y negro funcionaría mejor. En lo personal, me gusta mucho trabajar el blanco y negro.

 

 

Como fotorreportero ¿sientes que debes romper que quebrara alguna barrera a la hora de concebir exposiciones como ésta que tiene un marcado carácter artístico?

 

 

A veces estamos priorizando fotografías de estilo conceptual, paisajístico o potenciando el retrato y hay también que hablar de la fotografía de moda que igualmente está impactando –no a nivel de exposición, pero si a nivel de redes sociales – sin embargo, creo que el fotoperiodismo y la fotografía de corte social están quedando un poco rezagadas en materia de exposiciones en las galerías, aunque hay medios que sí están haciendo un trabajo muy serio en este sentido. Se torna difícil encontrar hoy en día exposiciones que aborden estas temáticas aunque, por ejemplo, en Fábrica de Arte Cubano (FAC) se han hecho excelentes muestras de fotografía documental.

 

 

Estas comenzando en este fascinante, pero complicado mundo de la fotografía, ¿te has propuesto trabajar por series?, ¿cómo estas organizando tu quehacer?, ¿cómo vas a conjugar tus intereses como fotorreportero y el emergente artista del lente que ya eres?

Preferiría no separar y cada vez que haga un trabajo fotoperiodístico intentaré darle una visión artística y estética que me permita –desde el propio trabajo periodístico–levantar una muestra que otras personas podrían considerar de alto valor artístico. Mi meta es tratar de combinar los dos lenguajes. Estoy muy feliz con esta exposición porque llevo trabajando en este proyecto más de dos años.

 

 

Además del tema de la tercera edad y sus implicaciones sicosociales, ¿tienes en mente algún otro asunto?

Ahora pienso ir al otro extremo: voy a abordar el tema de la juventud porque en ocasiones el término engloba en una totalidad y hay diferentes juventudes y diversas maneras de expresarse a nivel de grupo etario joven; hay varias concepciones de lo que es la juventud. Es muy interesante constatar cómo hay personas de una determinada edad que se consideran —y de hecho lo son— jóvenes y cómo hay gentes con juventud real que está fuera de ese ámbito. Sería un tema que me gustaría tratar a nivel foto periodística.

 

 

Esta es una pregunta difícil: ¿cuál sería tu fotografía soñada?

¡De verdad que es una pregunta complicada!; me gustaría en algún momento lograr un retrato de plano cerrado que represente todo un contexto. Intentar con un solo rostro que el espectador entienda de qué estamos hablando, qué está ocurriendo: una imagen que sintetice las partes y el todo.