El mundo existe gracias a las mujeres

8 de marzo de 2015

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Jaime Masó Torres

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Día Internacional de la Mujer

 

Fotos Alexis Rodríguez

 

El mundo existe gracias a las mujeres. No es una exageración, ni tampoco el motivo para crear conflictos entre ambos sexos. Se trata de una verdad incuestionable que traspasa fronteras, rompe todo tipo de obstáculos y se establece con fuerza en nuestros pensamientos. Imaginar por un momento el mundo sin la presencia de las mujeres, es figurarse al universo sin agua, la existencia sin aire… o cosas así que pueden sonar muy cursis, muy tontas, pero que son reales.

En el hombro de la mujer descansan las ideologías, nuestros errores, las victorias, las dichas y las desgracias. Como fuente inagotable de energía en ellas nos  retroalimentarnos para seguir avanzando y echar a andar el carro de la vida.
Tienen ellas la virtud, no solo de plantar la semilla, sino de hacerla germinar y prosperar. Por tanto, si hoy alguna raíz es fructífera y fuerte, no debe olvidar nunca a la que un día con sus manos hizo hasta lo imposible por vernos crecer.
Dichoso es el ser que se mantiene constantemente rodeado por mujeres. Con ellas hay seguridad. El mundo se pinta distinto, aunque mañana sean protagonistas del dolor en algún que otro drama amoroso donde hacen sufrir, guste o no, también es su especialidad.

Resulta reiterativo afirmar que gracias a una mujer estamos aquí. Quererlas es la primera ley que se nos enseña. También aprendemos a amarlas, aprendemos a refugiarnos en ellas, a vivir por ellas… hasta ser como ellas.
Están en todas partes: mamá, ama de casa, maestra, deportista, artista, dirigente, mediadora de conflictos, motivo de batallas, batalladora por los mejores motivos… heroína, guerrillera, luchadora.

Toda la creación está en sus manos.
Por tanto, opónganse quien quiera. Escriban los eruditos más conocidos del orbe. Revivan las polémicas. Ármese la guerra, si es necesario, pero… el mundo existe gracias a las mujeres. Si el caos renace, ella será capaz, con su amor, de calmar la tempestad y darnos un soplo de vida.