Cafetal Angerona: un templo griego

9 de febrero de 2015

Cafetal Angerona, Feria Internacional del Libro, Literatura

A la profesora Berta Martínez Páez, investigadora de historias locales me acerqué durante la realización del XIX taller de Antropología Social y Cultural, realizado en la Casa de África, entre los días 5 y 8 de enero, coincidiendo con el aniversario 29 de esa institución del Centro Histórico habanero.

Recuerdo que la escogí al azar sin imaginarme las ricas investigaciones realizadas en el Archivo Nacional de Cuba sobre el continente madre. De pequeña estatura, y de un hablar apresurado Berta me comentó cómo escogió este tema de la transculturación de todos los elementos de la cultura africana.
Comparó la Casa de África con esas luces que el Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, ha creado en la parte antigua de La Habana y lo calificó como “el gran constructor”.
Asi mismo, destacó el trabajo de su director Alberto Granado, como “extraordinario y aglutinador de los descendientes-, tanto los que vienen de allá como los que viven acá- pues de una forma u otra generaciones posteriores integramos esta masa de personas sucesoras y de las que no los son pero que aman las verdades: investigadores, etnólogos e historiadores”.

Grabado Vista detrás -Ingenio,1851-53

Grabado Mansión

“Mis primeras investigaciones allá por los 80 -comenta- estuvieron vinculadas al cafetal Angerona, convertido en el más rico de Cuba y el Caribe, en la mitad del siglo XIX”.
“Me atrajo el tema por las singularidades que tiene. La primera la existencia de una mujer negra, hermosa y distinguida, procedente de Saint Domingue (Haití) llamada Úrsula Lambert, en segundo lugar su dueño el joven alemán don Cornelio Souchay y por último los cientos de esclavos traídos inhumanamente desde tierras africanas que laboraban allí”.
“Aun cuando en el 1837 muere don Cornelio quedaban unos 200 esclavos en el cafetal Angerona, el segundo en importancia en el país y por su fastuosidad, el primero. De ahí que Cirilo Villaverde lo describe como “un templo griego”.

Reja de la entrada

Apasionada con su indagación la profesora Berta dijo además que Úrsula se incorpora al lugar en 1822 y destaca por su labor extraordinaria, entre otras cosas, en la creación del Hospital y la crianza de los criollitos. De ahí que fuera cogiendo cuerpo, dimensión como lo que era ella: una mujer libre, de padres esclavos que vinieron posiblemente en una de las últimas migraciones de ese país a tenor de la guerra de liberación de allá y se asientan en Guantánamo, en la parte oriental de Cuba.

Mansión y casa de Úrsula

Precisamente esta investigación acuciosa, para suerte de Berta, está recogida en el volumen “Úrsula Lambert… la singular haitiana del cafetal Angerona”, bajo el sello editorial Boloña, de la Oficina del Historiador.

El libro será presentado el 14 de febrero, las 11: 30 am, en la calle de Madera, como parte de la presencia de esta editora en la Feria Internacional del Libro. El texto recoge la apasionante historia acerca del cafetal Angerona, cuyas figuras principales son Úrsula y don Cornelio, dueño de la idílica propiedad en el Realengo de Cayajabo.

Frente del Poblado de esclavos

Estas dos figuras, tan diferentes en sus orígenes, tendrán cohesión y empatía a través de los años que Úrsula estuvo al servicio de don Cornelio. Cultura y tradiciones que poseía Souchay se verán reflejadas en la finca que hizo florecer, unidas a las habilidades de la Lambert para imprimirle un toque singular a este conjunto que sería Angerona, según consta en la contraportada del libro.
A Berta se le considera la biógrafa de Úrsula Lambert por poseer la mayor documentación sobre la historia real de este lugar, Monumento Nacional, y que está en proyectos de restauración y conservación.