Aquel hombre no era un ser sobrenatural

23 de octubre de 2019

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Thays Roque Arce

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Calle de Madera, Cuba, Eusebio Leal Spengler, FAR, Revista Verde Olivo

Fotos: Alexis Rodríguez

 

La Bayamesa de Carlos Manuel de Céspedes, Francisco Castillo y José Fornaris, en la voz de Annie Garcés, fue la apertura de una dulce de mañana de evocación y emociones al Padre de la Patria, héroe y hombre excepcionales, como es prueba esta canción de 1851, a su vez símbolo amoroso y patriótico.

 

 

Una edición especial de la revista Verde Olivo, publicación periódica de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, fue presentada en la Calle de Madera con la excepcional presencia del Historiador de la Ciudad de La Habana, el Doctor Eusebio Leal Spengler.

Este número 2 del año 60 de Verde Olivo, se dedica al bicentenario del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes. Presentes entre otras personalidades, la General de Brigada Teté Puebla y el Héroe de la República de Cuba, Teniente Coronel  Orlando Cardoso Villavicencio.

 

“Para verde Olivo es un momento de especial significación que ayuda y afinca el sentido del deber de continuar divulgando las tradiciones patrióticas, militares e internacionalistas. Hoy, una mañana de lujo, porque abordar el tema de Céspedes acompañado del Doctor Leal, asegura que este número de Verde Olivo multiplique los lectores en nuestro y fuera del país; porque acompañado de su palabra, la estatura del Padre de la Patria encontrará a partir de hoy para nuestra redacción mejores y mayores argumentos para continuar divulgando la obra y el pensamiento de Carlos Manuel de Céspedes”, expresó el Director del órgano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el coronel Rigoberto Santiesteban.

 

Por su parte, la Capitana Sonia Pérez, redactora de la revista y autora del texto “Desde la virtud y para todos los tiempos”, detalló los artículos que se incluyen en el número:

“Al cumplirse el 200 aniversario del natalicio de Carlos Manuel de Céspedes, Verde Olivo no podía dejar de homenajear al cubano iniciador. Los temas tratados en nuestras 64 páginas están vinculados a las más diversas maneras de la figura del Padre de la Patria, sobre todo con su amor a la tierra natal y al sentimiento-pensamiento libertario. En los 24 trabajos de diversidad de géneros periodísticos, convocamos los acontecimientos relacionados con este hombre sin perder la oportunidad de hablar del pasado que hemos intentado revivir cada día a través de secciones y contenidos fijos”.

 

El Director de la Red de Oficinas del Historiador y el Conservador de las Ciudades Patrimoniales, Doctor Eusebio Leal Spengler, fue el responsable de abarcar la obra y el pensamiento de Carlos Manuel de Céspedes con su inconfundible oratoria. Leal, como siempre hace, intervino con la defensa sincera con que siempre alude al Padre de la Patria, su vida, sus logros, discrepancias y méritos inmaculados.

El Historiador de la Ciudad no pasó por alto la continuidad de Céspedes, hombre “grande, poderoso, imperfecto como un volcán en fuego”, como lo describió Martí. Su legado impregnado en las generaciones que continuaron el llamado del 10 de octubre, su influencia en la obra de Fidel Castro Ruz y la Generación del Centenario.

 

“La muerte de Céspedes significó algo mucho más grave: su deposición. Fidel aprendió de eso, leyó profundamente y supo como nadie que lo más importante de una revolución es la búsqueda desesperada de la unidad, desde el Pacto de México, hasta la creación del Partido Unido de la Revolución Socialista y el Partido Comunista de Cuba. Desunan a la revolución y por cualquiera de esas grietas entrará rampante, colosal y victorioso nuestro enemigo”.

“El mérito histórico, monumental y piramidal de la Revolución comandada por Fidel es haber conquistado la unidad y la victoria”, dijo el Historiador reconociendo que el fundamento indiscutible de la Revolución está en la guerra del ‘68, y su continuidad en el ‘95, el ‘98, en la década del ’30 del siguiente siglo, la lucha obrera, el sacrificio solitario de los líderes, las muertes anticipadas.

 

“Por eso entre nosotros tenemos que discutir, tenemos que debatir, ser valientes para decir nuestra opinión en tiempo forma y lugar. Tenemos que utilizar los instrumentos, y tenemos que leer y no convertir en una lápida de bronce y en un manifiesto dogmático el concepto de Revolución”.

El Historiador de la Ciudad de La Habana reconoció el importante papel de Alba de Céspedes en el rescate y puesta en valor de la memoria de su abuelo, Carlos Manuel de Céspedes. Recordó los homenajes que se hicieron al Padre de la Patria en Cuba y el exilio, las imágenes y estatuas que se levantaron en su honor en La Habana, como la estatua de la Plaza de Armas, y los empeños que esto requirió.

 

Habló del hallazgo del Diario Perdido de Carlos Manuel de Céspedes de manos del escritor y periodista  José de la Luz León. Del rescate de los símbolos emprendido por la máxima dirección del país, la bandera de Céspedes y la llama eterna que encendió ante ella Celia Sánchez Manduley, en la Sala especializada del Museo de la Ciudad.

“Aquel hombre de vasta cultura, señor de hombres y dueño de ingenios, da la libertad a sus esclavos. Aquel hombre que era un hombre, no un ser sobrenatural. Aquel hombre que desencadena las fuerzas sociales, que tiene el valor de quedarse con los 12 soldados, símbolo tremendo después del desastre de Yara. El que entra victorioso en Bayamo, el que es el Primer Presidente de la República después de haber creado en la ilustre ciudad el primer Ayuntamiento con españoles con negros y libertos; aquel que creyó en la lucha armada como único camino; aquel que desafió a los que decían, aún de buena fe, ‘hay que esperar, aún no hay condiciones’. No, hay que hacerlo ahora. A ese hombre lo vemos después errante por los montes, con el cabello cortado, casi ciego. Aquel que dice frente a las ruinas de lo que fue una vez una de sus grandes posesiones: ‘Yo era un señor de hombres, ahora soy libre”.

 

Antes de finalizar la presentación especial de este miércoles 23, se permitió un momento de homenajes y agradecimientos al Historiador. “Verde Olivo fue la primera revista que crea la Revolución, en abril de 1959. En ocasión del aniversario 60, se instituye el sello conmemorativo. No hay que agrupar razones ni argumentos para que usted lo merezca”, dijo Santiesteban acercando la medalla enmarcada en un trozo de palma pulida a las manos del doctor Eusebio Leal Spengler.

 

En un segundo momento, la Jefatura de la Dirección Política del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias resaltó el vínculo de Leal con la institución y su fidelidad a la Revolución. De tal forma, le inscribieron en el libro de honor de las FAR, con motivo de las celebraciones por el Día de la Cultura Cubana y aprovechando el agradable encuentro producido este 23 de octubre.