Monumento a Calixto García, un libro de historia en páginas de bronce (+ audio)

12 de noviembre de 2014

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Maydelis Gómez Samón

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Emilio Roig de Leuchsering, Monumentos, Oficina del Historiador de La Habana, Patrimonio

Cada año volverás aquí los restauradores para devolverle el esplendor a una de las obras monumentales más representativas, más hermosas de Cuba
Eusebio Leal

 

“La figura representa al héroe en traje militar de campaña, con la cabeza descubierta, en actitud de arengar a sus soldados mientras que con la mano izquierda sostiene las riendas de su corcel”, así describía el primer historiador de La Habana, Dr. Emilio Roig de Leuchsering la colosal estatua del Mayor General Calixto García que se alza en la intersección capitalina de Malecón y G.

Ese fue el lugar escogido para levantar el monumento al héroe mambí de las tres Guerras de Independencia. La colocación de la primera piedra ocurrió el 29 de abril de 1957 y tuvo su inauguración el 4 de agosto de 1959, coincidiendo con el aniversario 120 del nacimiento del prócer holguinero, de quien José Martí aseguró que no necesitaba encomio porque llevaba su historia en su frente. “El que sabe desdeñar la vida, sabrá siempre honrarla”.

Y precisamente honrar y restituir del olvido la figura de Calixto García fue el propósito de la Oficina del Historiador en el 2014. El paso del tiempo y la indisciplina social habían deteriorado la imagen del monumento, cuya concepción original se mantuvo, pero se realizó una nueva instalación eléctrica y se conformó el césped y la jardinería, explica el ingeniero Edrik Reyes, inversionista residente en la obra.

Al llegar los restauradores a esta obra apreciaron que el grado de conservación de la estatua y de los bajos relieves no era malo, pero teníandiferentes grados de oxidación, así como algunas fisuras y pérdidas de la pátina. También el mármol negro que se encuentra ubicado en todo el muro perimetral, dando la forma de una fortaleza y por el frente la quilla de un barco, poseía numerosas piezas desgastadas, partidas o ausentes.

Para la restauración del monumento se tuvo en cuenta la descripción que del mismo realiza Roig, quien puntualiza que: “está formado con una plaza o terraza cerrada por tres de sus partes, en cuyo centro se alza el pedestal que sostiene la estatua ecuestre del héroe. La plaza, en la parte externa de sus muros, imita una antigua fortaleza. Mide 36 metros de largo por 24 de ancho. El muro de piedra tiene una altura de 2, 50 metros, y en su parte interior lleva 24 bajorrelieves de bronce, sobre 96 pies de largo, que representan los episodios más salientes de la vida del héroe, todos con leyendas explicativas. Entre estos bajorrelieves se encuentra un mapa de las campañas de Calixto García, trazado en oro sobre granito negro, según modelo diseñado por el historiador cubano Manuel I. Mesa Rodríguez. El cuarto lado de la plaza da hacia el mar y está cerrado por una verja de bronce. En el centro del piso de la terraza está incrustada una gran estrella pentagonal, de granito negro, y en medio de ella se levanta el pedestal rectangular, también de granito negro, que sostiene la estatua ecuestre, de bronce, del tamaño doble del natural. Al frente del pedestal, que es de granito negro de los Andes del Brasil, aparece el escudo de la República con incrustaciones de oro de 24 quilates…”

Durante la rehabilitación, comenta Reyes,  se comprobó la ausencia de algunos elementos, como el mármol o las incrustaciones de oro que aparecían en el escudo de Cuba, y que otros fueron adicionados en intervenciones posteriores a las que fue sometido, como fue el caso de los cañones.
La estatua se alza a diez metros sobre el nivel del mar y tiene un total de 40 metros de altura. El arquitecto Elbert Peets concibió el monumento y .la figura de Calixto García la realizó el escultor vienés Félix W. de Weldon, uno de los creadores más importantes del siglo XX, quien realizó alrededor de 1200 esculturas, retratos y monumentos en los seis continentes de planeta y que es recordado porque al término de la guerra realizó la construcción de la estatua del Memorial Iwo Jima dentro de un estilo realista tradicional.

Entre los elementos que más sobresalen en el monumento al patriota cubano se encuentran las 24 placas de bronce que narran su vida y una parte importante de la historia de nuestra nación; así como una estrella en el piso que simboliza nuestra nación y el patriotismo de este hijo de Cuba quien se opuso enérgicamente a la intervención norteamericana, pues tenía la decisión inquebrantable de  no aceptar jamás “que se considere nuestro país y se le trate como país conquistado y a eso van sin dudas los americanos, o mejor dicho, los americanos que están en Cuba”, escribía el 12 de agosto de 1898. Y añadía que mantendría “siempre nuestra bandera, hasta que el pueblo, que es el verdadero soberano, diga si debemos plegarla. Mientras ese caso no llegue, y no llegará, debemos estar unidos para defender la patria en todos los terrenos”.

Otro prócer que dedicó su vida a aunar voluntades para que los pueblos de América fueran libres fue Simón Bolívar. En el monumento a su memoria que se erige en la calle G o Avenida de los Presidentes también intervino la Oficina del Historiador. Allí se remozó la jardinería, se repararon las luminarias y se levantó un pedestal más alto que el anterior, donde se sustituyó la estatua antigua y se colocó una réplica similar a la que se encuentra en el parque de Caracas, a la cual Martí hace referencia en el relato Tres Héroes de La Edad de Oro. Esta obra fue donada por Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA) y el monumento precedente se llevó a Santiago de Cuba., explica la arquitecta Ivette González, inversionista residente de esta obra.
La mano de los restauradores también ha estado presente durante los últimos tiempos en los parques Antonio Maceo y Máximo Gómez, el Alma Máter, el monumento a los estudiantes de Medicina y a las víctimas del Maine, la casa natal de Fidel en Birán y el Cementerio de Colón….  Sitios que no deben quedar en el olvido porque como nos recuerda el Historiador de La Habana, Dr. Eusebio Leal Spengler, “un pueblo sin memoria, jamás encuentra su camino”.
A la estatua del héroe de las tres Guerras de Independencia, volverán cada año los restauradores de la Oficina del Historiador para que ni el tiempo ni las olas del mar deterioren este libro abierto en páginas de bronce que es el monumento al Mayor General Calixto García.