Cuatrocientos noventaitrés días en Cuito Cuanavale

16 de febrero de 2015

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Ofelia Sandar Valles

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24 Feria del Libro de La Habana, Editorial Verde Olivo

Foto Alexis Rodríguez

La historia de África será diferente antes y después de Cuito Cuanavale.
Y en esa inolvidable proeza, el pueblo cubano tendrá siempre
un motivo de legítimo orgullo revolucionario.
Fidel Castro

Este volumen se presentó este lunes 16 de febrero, en la Sala  Nicolás Guillén, de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, a propósito de la 24 Feria Internacional del Libro.

Bajo el sello editorial Verde Olivo vio la luz este texto que recoge las vivencias de Venancio Ávila Guerrero, fundador de las fuerzas blindadas, y el teniente coronel jubilado Eduardo Tauriñán  Yánez.
En cerca de 300 páginas ambos relatan  lo ocurrido en cuatrocientos noventaitrés días  de combates ininterrumpidos en la zona de Cuito Cuanavale, en Angola.
Jefe y segundo jefe del 71 grupo táctico, bajo orientaciones precisas del alto mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), dirigieron su tropa desde la salida de Menongue hasta su regreso al punto de partida, una vez lograda la retirada de Cuito Cuanavale de las fuerzas sudafricanas.
Basados en el recuerdo de lo ocurrido cada día, en los que no faltaron voluntad y entrega, táctica y  estrategia, inteligencia y coraje, cuentan sobre el quehacer militar que, además, hizo posible la independencia de Namibia y el fin del Apartheid.
Olivia Diago, editora del libro, narró que el volumen “nos traslada a un poblado al sudeste de la inmensa geografía de Angola donde enseguida imaginamos las gestas combativas que allí sucedieron al finalizar los años 80 del siglo pasado.
“Seguro que muchos se preguntan  por qué cuatrocientos noventaitrés días; la respuesta nos lleva al tiempo que los protagonistas de esta obra y de aquella contienda permanecieron en ese poblado”.
La presentación se hizo más emotiva al saber que algunos de los que participaron en los combates, por aquel entonces muy jóvenes, entre 18 y 20 años, estaban en la sala.
En el intercambio con los autores el público preguntó qué como se habían relacionado con la FAPLA a lo que respondieron  que en aquellos momentos y actualmente siguen siendo hermanos. Compartíamos todos nuestro momentos con la FAPLA desde dormir, comer, combatir, o sea, primó una gran compenetración.
Aprendimos de ellos el teatro de operaciones combativas, conocimos de la vida selvática, como eran de allí dominaban perfectamente todo, nos podían decir donde había una chana, refiriéndose  a un pantano, cómo se atravesaban los ríos y ellos de nosotros el manejo de las armas con que ellos contaban. Nosotros le facilitábamos el armamento, las armas de infantería, los tanques.
“Todo lo que ustedes verán en esta obra es realidad, nos consta a nosotros que eso sucedió. Entonces nos queda la interrogante ¿será este un gran libro? Esa respuesta se la dejamos a ustedes para después que lean Cuatrocientos noventaitrés días en Cuito Cuanavale”.