El patrimonio que agiganta

9 de junio de 2022

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Daniel Benítez Pérez

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Cuba, Cultura, Diplomado Internacional, Instituto de Periodismo José Martí, Oficina del Historiador de La Habana, Patrimonio, Quinta de los Molinos

 

 

Aunque el Décimo Diplomado Internacional Medios para Comunicar el Patrimonio llegará a su fin esta semana -cuando sus participantes expongan sus trabajos finales-, el curso ha demostrado ser capaz de sorprender y de enseñar hasta el último momento. Resultaba apropiado que la jornada del ocho de junio estuviera centrada en el patrimonio natural, coincidiendo con el Día Mundial de los Océanos.

Por un día, la cita fue en la Quinta de los Molinos y no en las aulas del Colegio Universitario de San Gerónimo de La Habana. Toda expectación de lo que sucedería fue superada cuando los trabajadores de aquel espacio le ofrecieron a los estudiantes que liberaran unas palomas, en una tradición heredada de los antiguos que siempre espera atraer buenos augurios.

 

 

La primera parte el recorrido estuvo a cargo de Yenin Hernández, quien condujo a los casi graduados comunicadores del patrimonio por senderos de piedras que serpentean entre ceibas y palmas, mientras los trinos de aves cantoras se entremezclaban con los graznidos de los pavos reales, y más allá, a un mundo de distancia, aunque solo los separara una reja, se sentían de vez en cuando los sonidos de la ciudad.

 

 

Los enormes frutos de la jácana llamaron la atención de los ojos y las cámaras de los visitantes, mientras Hernández explicaba que este árbol tiene el fruto más grande del mundo, que puede llegar a pesar unos 80 kilos. La ceiba se presentó como un árbol adorado por tres culturas: Los europeos la veían como un signo de fortaleza, los aborígenes, como una representación del Sol, y los africanos la convirtieron en un símbolo religioso, viendo en ella al recuerdo de los baobabs de su continente natal. Al hablar de la ácana, la guía avanzó hacia un árbol, justo en las lindes de la Quinta y contó que la primera protesta pro ambientalista en Cuba fue la que impidió su tala.

 

 

La Palma Real, árbol nacional, se encontraba en la Quinta en un número mayor que cualquier otro árbol. También se hallaba la flor mariposa, que fue elegida como la flor nacional de Cuba en este espacio, en los tiempos en que la Quinta de los Molinos se desempeñaba como Jardín Botánico Nacional. De flores mariposas, los participantes se adentraron en el mariposario, que tiene el mérito de haber sido el primero de Cuba. Con once espejos de agua, la Quinta de los Molinos es también el hogar de carpas, que se acercaron a los visitantes como un reflejo vivo de su curiosidad mutua.

 

 

En la Casa del Generalísimo Máximo Gómez y las tropas Mambisas, ubicada en la Quinta de los Molinos, Sandra Rodríguez se encargó de hacer un recorrido por este espacio, tan vinculado a la historia cubana. Más que los antiguos capitanes generales, la figura de Máximo Gómez cobró protagonismo en el recinto principal de la Quinta, y los participantes del Diplomado pudieron contemplar numerosos objetos de uso personal del Generalísimo de las Guerras de Independencia cubanas.

 

 

Ya en el segundo piso de las instalaciones, esperaba a los diplomantes Luis Enrique Ramos Guadalupe, coordinador de la Comisión de Historia de la Sociedad Meteorológica de Cuba. La primera de las tres conferencias que se darían en la Quinta de los Molinos, estuvo dedicada al tiempo, al clima y al patrimonio natural. En su intervención, el también colaborador de Habana Radio logró demostrar cómo los elementos naturales y meteorológicos están incorporados a la identidad nacional, y a los constructos sociales y económicos.

 

 

Ramos Guadalupe destacó al patrimonio documental como la única forma de saber sobre los fenómenos meteorológicos que se dieron antes de que existieran los modernos instrumentos de medición. El coordinador concluyó su presentación, destacando cómo el patrimonio meteorológico une a la cultura cubana con aquella de los países de la región caribeña.

 

 

La segunda conferencia, que estuvo dedicada al patrimonio geológico, fue impartida por Jorge Isaac, director de la Casa Alejandro Humboldt. Para Isaac, el gran reto de la preservación del patrimonio geológico y la geodiversidad, es que solo han sido reconocidos recientemente, y resaltó cómo los usos sociales de los georrecursos representan una gestión del patrimonio geológico.

El director Isaac confesó que en su momento se sorprendió al descubrir que el mármol tenía tanta prevalencia en los tipos de rocas empleadas en la arquitectura del Centro Histórico, y destacó que una de las maravillas de La Ciudad de La Habana es precisamente tener espacios donde coexisten rocas de gran belleza junto a otras de un increíble valor geológico, ya que cuentan con cientos de millones de años. La presentación fue concluida con varias frases de Alejandro de Humboldt, ese gran sabio alemán que dijo en su día que “El efecto del poder [de la comunicación] tal es, por consiguiente, conmover la imaginación”.

 

 

La última charla del día fue impartida por Roberto Alonso Bosch, quien dedicó su tiempo a hablar sobre la biodiversidad cubana. Roberto Alonso explicó cómo la mayor diversidad biológica en Cuba se encuentra en los principales macizos montañosos y en los mayores humedales del país. El Doctor en biología destacó que Cuba tiene un endemismo cada 12 km cuadrados, fenómeno característico de la biodiversidad del país. La biodiversidad en Cuba se caracteriza también por la presencia de muchas especies raras y microlocalizadas y por un enanismo o gigantismo de las especies animales. Al comparar la enorme biodiversidad de Cuba con la de países muy superiores en masa territorial, el Dr. Roberto Alonso destacó que Cuba se agiganta al contar con tantas y destacadas especies.

Este diplomado se realiza con el apoyo del proyecto de cooperación “Promoviendo el desarrollo integral de La Habana Vieja para el disfrute y preservación del patrimonio, con herramientas de comunicación para la transformación social”, que fue realizado de conjunto con la KCD ONGD y con financiamiento de la AVCD.