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Veneno para curar

1 de febrero de 2021

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escozul

 

Nadie dudaba ya. No había sugestión en aquella mejoría comprobada en los enfermos de cáncer. La aplicación del producto natural, aliviaba el dolor y reducía las zonas inflamadas.

Eran las propiedades analgésicas y antiinflamatorias de la toxina diluida del escorpión o alacrán azul, cuyo ensayo exitoso en los casos oncológicos, fue iniciado en la Facultad de Ciencias Médicas de Guantánamo, la más oriental de las provincias cubanas.

Este temido invertebrado, pertenece a una de las 1,400 especies endémicas del Caribe. Es un arácnido de cuerpo plano y estrecho, dotado de dos pinzas, ocho patas y una cola abdominal segmentada, que normalmente termina en un aguijón alimentado por un par de glándulas venenosas, que suele curvarse sobre el dorso del animal. Por lo general, son de color pardo y miden entre 2,5 y 20 cm de longitud.

Oriundo de regiones tropicales cálidas y secas, es de hábitos nocturnos y se alimenta de arañas e insectos. Las crías nacen vivas y permanecen con su madre durante un breve periodo. Cuando captura una víctima con las pinzas, le inflige un picotazo paralizante con su aguijón abdominal. Su picadura es en extremo dolorosa, pero no fatal para el ser humano, aunque su veneno es una neurotoxina que ataca el sistema nervioso.

Escozul, solución derivada de la dilución del veneno, brinda una positiva respuesta clínica y de laboratorio en el 97 % de los pacientes con tumoraciones malignas.

El licenciado Misael Bordier, descubridor de las propiedades curativas de la ponzoña del escorpión azul, fue el responsable original del proyecto cubano de investigación, aunque el estudio de este elemento natural, se extendió hasta los Laboratorios Biológicos Farmacéuticos de Cuba, LABIOFAM, ubicados al este de la capital cubana.

El biopreparado no garantiza la cura total, pero ofrece notable mejoría e incrementa la calidad de vida. Hasta el momento, sus efectos son altamente favorables en pacientes que no han recibido tratamiento de quimioterapia, pero con inflamaciones pélvicas o prostáticas de origen maligno.

El Lic. Bordier, que llevó esta experiencia al Congreso Internacional de Medicina Tradicional y Alternativas Terapéuticas, celebrado en México, encabezó un equipo multidisciplinario que trabaja en conjunto la Facultad de Ciencias Médicas guantanamera, y el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

EN LABIOFAM

Aquí se trabajó en el Proyecto de Investigación dirigido a la caracterización bioquímica y molecular del alacrán Rhopalurus Junceus como agente de actividades antitumorales que se lleva a cabo en estos megalaboratorios habaneros de reconocido prestigio internacional.

La obtención de la toxina del invertebrado cubano es mediante estimulación eléctrica u ordeño manual. Básicamente se utiliza para el tratamiento del cáncer, aunque valoran altamente sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias.

Sobre el rigor de los estudios científicos, se reconoce que están muy alejados de concluir. Más bien, se encuentran en fase de experimentación, pero admiten que antes del inicio de las investigaciones, muchos enfermos de cáncer tomaban el veneno procesado.

Hasta ahora se desconoce desde cuándo la utilizaron nuestros ancestros, pero fue en Guantánamo donde se empezó la extracción mecánica de la toxina, sin matar al animal, para aprovechar varias veces su veneno. El nivel de demanda de los casos que aseguraban mejoría total con el tratamiento, determinó las investigaciones para validar las propiedades de la toxina como antitumoral.

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