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Vasectomía: método confiable

23 de enero de 2018

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Para el matrimonio de estreno, el primer hijo que llega, colma sus máximas aspiraciones; el segundo constituye la posibilidad de lograr la “parejita”. Si tampoco acertaron en la suposición, pues vale la pena intentarlo nuevamente por aquello de, que “a la tercera, va la vencida”. ¡Y lo logaron!

Pero, cuando fueron sorprendidos con un cuarto embarazo, lo aceptaron con amor, pero con la firme decisión de que la familia estaba completa, y algo rápido había que hacer, porque el organismo de la fecunda mamá, no toleraba ningún método anticonceptivo.

Ambos acudieron al médico con su dilema, y éste les aconsejó acudir a la vasectomía. Y él, aceptó a recurrir a la seguridad del método.

Tabúes y falsos temores se erradican con el paso del tiempo y la comprobación de los buenos resultados. Así se han ido derribando absurdas teorías, y la ciencia sigue acumulando puntos a su favor.

Igual ocurrió con el miedo masculino a todo lo que pudiera dañar o limitar su virilidad. Por tanto, muy lentamente, la vasectomía se ha ido imponiendo, una veces por necesidad de la salud femenina, otras, por cálculos económicos de la pareja.

Este recurso consiste en una sencilla intervención quirúrgica que impide al hombre volver a embarazar a una mujer. La cirugía consiste en cortar los conductos espermáticos (vasos deferentes) a ambos lados para impedir que los espermatozoides puedan llegar hasta el semen.

El proceder se lleva a cabo en el salón de cirugía menor, o hasta en un apropiado consultorio y de forma ambulatoria, es decir, no requiere ingreso hospitalario; en cuanto al tiempo que dura operación, no excede de los 30 minutos, ni requiere anestesia general, sino local, aplicada en el escroto.

El paciente podrá sentir alguna sensación, pero es totalmente indolora, y los conductos espermáticos quedarán sellados con grapas, mediante una punción tan pequeña, que sanará sin necesidad de puntos.

Los médicos advierten que, a pesar de que la mayoría de los hombres pueden eyacular esperma después de la cirugía, este esperma, con frecuencia, no es capaz de fertilizar un óvulo. No obstante, se orienta al paciente, que después de la vasectomía, debe eyacular unas 15 o 20 veces para que los espermatozoides sean eliminados de ambos conductos espermáticos (vasos deferentes). Por esa razón la pareja debe seguir usando algún método anticonceptivo para evitar un embarazo.

Solo después del análisis de dos muestras que no tengan espermatozoides, se le considerará incapaz de embarazar a una mujer. Esta espera puede tomar entre tres o más meses, etapa suficiente para comenzar el disfrute de las relaciones sexuales sin el riesgo de aumentar su prole.

Una vez que los espermatozoides no pueden atravesar los vasos deferentes sus testículos comienzan a producir menos esperma paulatinamente, hasta que es absorbida por el propio organismo.

Después de haberse recuperado de la intervención, la vida sexual no deberá tener cambio alguno. Se eyaculará casi la misma cantidad de semen que antes, y no notará ningún cambio en su deseo sexual.

La vasectomía es considerada un método confiable para la planificación familiar, más seguro y efectivo, cuando ya se han tenido los hijos deseados, y no se puede correr el riesgo de una mayor descendencia por problemas de salud, economía, o simple decisión personal o de la pareja en conjunto.

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