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Temor de muchos

30 de noviembre de 2020

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No exagero al pensar que la  caída del cabello atemoriza a gran parte de la humanidad, y es comprensible, teniendo en cuenta, que desde la  antigüedad, lo vinculan al concepto de belleza, por ejemplo, Platón, consideraba que era  sinónimo de armonía y proporción. En general, el pelo siempre ha tenido importancia trascendental desde el punto de vista ornamental, religioso, racial, y sexual. No obstante, son criterios subjetivos y pocos profundizan en el origen real de su causa.

Acudir a la doctora  Miriam Planas Pavón, especialista de I grado en Cirugía Plástica y Caumatología facilitó ampliar conocimientos sobre el tema.

“El término de alopecia fue dado por el dermatólogo francés Savourad (1864-1938) y se deriva de Alopex (Zorra) porque muda la pelambre 2 veces  al año, y se define como caída del pelo de cualquier tipo u origen. Entre las  más comunes en la infancia es la Areata que representa del 2 al 5% en las consultas dermatológicas.

Alopecia, es el nombre de esa pérdida y la Alopecia Areata (AA), afecta cualquier área pilosa del cuerpo. La doctora precisa que se han descrito varias líneas de manejo, pero todas con una tasa de recaída significativa con efectos secundarios. Y añade:

“La Alopecia Areata, AA,  es producida por un trastorno autoinmune,  especialmente de la cabeza, y en ocasiones, de otras zonas del cuerpo; afecta con mayor frecuencia a niños y adultos jóvenes. En el 60%  la primera placa aparece entre los 5 y 20 años de edad, donde la acción del sistema inmune es decisiva, y en ocasiones, acompañando otros trastornos asociados a enfermedades tiroideas.

“La AA es frecuente, crónica y recidivante, y los tratamientos incluyen un amplio espectro de agentes tópicos, intralesionales y sistémicos. La respuesta terapéutica es variable y la evidencia científica, relativamente, limitada.

“No se ha logrado identificar una sola causa y, por tanto, se vincula a  factores como: herencia, constitución genética, estado atópico, trastornos endocrinos-metabólicos, fundamentalmente, relacionados con tiroides, emociones y trastornos autoinmunes”, concluyó la dermatóloga.

No obstante, la ciencia trabaja en la búsqueda de concentrados de plaquetas –ricas en proteínas–,  que auguran regeneración de tejidos, y sobre todo, bioestimulación conveniente  para frenar el proceso de caída del cabello.

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