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Beneficios y riesgos del diclofenaco

14 de septiembre de 2021

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Los antiinflamatorios no esteroideos están entre los fármacos más demandados por la población, especialmente por los individuos comprendidos en los diferentes segmentos de la edad adulta.

Uno en particular, el diclofenaco, ha pasado a estar entre los más consumidos en los últimos tiempos a causa de su marcado efecto analgésico y antiinflamatorio, propiedades que lo hacen muy efectivo en el alivio de los dolores intensos.

Sin embargo, como cualquier farmacoterapia, la administración de diclofenaco no tiene únicamente efectos positivos. También existen riesgos de menor o mayor intensidad, que pueden traer afectaciones a la salud cuando este medicamento no se utiliza del modo adecuado.

El diclofenaco es un medicamento inhibidor relativamente no selectivo de la ciclooxigenasa y miembro de la familia de los antiinflamatorios no esteroideos. Es un miorrelajante indicado para reducir inflamaciones y como analgésico.

Por su actividad anal­gésica y antiinflamatoria, el diclofenaco está indicado por vía oral e intramuscular para el tratamiento de enfermedades reumáticas agudas, artritis reu­matoidea, es­pon­dilitis anquilosante, artrosis, lumbalgia, dismenorrea y otras afecciones.

A pesar de la efectividad del diclofenaco para reducir el dolor y la inflamación, su empleo no debe realizarse sin que medie la prescripción de un facultativo, pues al igual que sucede con otros antiinflamatorios no esteroideos, a largo plazo predispone a la aparición de úlceras pépticas y otras complicaciones cardiovasculares más serias.

En la mayoría de los países el diclofenaco se presenta en forma de sales de potasio, aunque también se puede encontrar como sales de sodio. El diclofenaco sódico está contraindicado en presencia de úlcera gástrica o intestinal, hipersensibilidad conocida a la sustancia activa, al metabi­sulfito y a otros excipientes.

Los efectos secundarios frecuentes del diclofenaco incluyen molestias gastrointestinales como náuseas, vómitos, ardor de estómago, indigestión, calambres, estreñimiento, diarrea y meteorismo, dolor de cabeza, especialmente al principio del tratamiento y alteraciones de las enzimas hepáticas transaminasas.

La administración del diclofenaco puede hacerse por vía oral, intramuscular e intravenosa por infusión. La dosis oral varía de 100 a 200 mg diarios. Las ampolletas se administran por vía intramuscular, en adultos, en dosis de 75 mg diarios, solo durante dos días. Cuando es necesario se puede proseguir con diclofenaco por vía oral.

Es muy importante emplear la dosis más pequeña de diclofenaco que alivie el dolor y no administrarlo durante más tiempo del necesario. El riesgo de reacciones adversas potencialmente graves es mayor cuando se utilizan dosis altas y en tratamientos prolongados, en pacientes con antecedentes de úlcera péptica y en ancianos.

Evidencias de ensayos clínicos y epidemiológicos señalan un mayor riesgo de eventos cardiovasculares graves como por ejemplo infarto del miocardio o accidentes cerebrovasculares asociados con el uso de diclofenaco, particularmente a dosis altas de 150 mg por día y en el tratamiento a largo plazo por más de 28 días. Por esta razón es muy importante que se considere cuidadosamente la relación beneficio/ riesgo al indicar el tratamiento con diclofenaco y nunca usarlo por automedicación.

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