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Avitaminosis, seria enfermedad

30 de enero de 2018

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Nadie puede discutir el valor de las vitaminas en su papel de prevenir enfermedades. Pero, debemos tener presente, que su déficit influye en el metabolismo de minerales, digamos, calcio, cobre, hierro, fósforo o magnesio. Y la insuficiencia de estos minerales acentúa síntomas muy conocidos: irritabilidad, fatiga, debilidad muscular, nerviosismo y jaquecas.

A esas complicaciones se añade la insuficiente ingestión de vitaminas, que genera una enfermedad muy importante la avitaminosis.

 

¿Qué se entiende por vitaminas?

Pues son compuestos orgánicos que existen en pequeñas cantidades en materias nutritivas, muy necesarias para la energía o metabolismo celular; aunque no son precisamente alimentos, estas sustancias resultan indispensables para el crecimiento y funcionamiento normal del ser humano. El organismo no puede sintetizarlas, sino obtenerlas a través de la alimentación o exógenamente.

Las vitaminas se dividen en liposolubles: A, D, E, F, y K, que se encuentran en alimentos asociados con lípidos, y no se eliminan por la orina; e hidrosolubles: complejos vitamínicos B y C, que sí se eliminan por la orina.

 

¿Cuáles son las causas de la avitaminosis?

Las insuficiencias vitamínicas en los alimentos, interferencia en la absorción y almacenamiento de las vitaminas ingeridas –lo que puede ocurrir por diarreas crónicas–, disfunción biliar, ingestión de alimentos ricos en productos antagónicos a una vitamina, o por existir fármacos o tóxicos que las neutralicen, y aumento de las necesidades del organismo.

Las evidencias más frecuentes de esta enfermedad se manifiestan en problemas dermatológicos. Las hipovitaminosis A, también llamada frinodermia (piel de sapo, de gallina). Esta vitamina es muy necesaria para la conificación normal de la piel, indispensable para la integridad de los tejidos epiteliales y para el crecimiento normal de las células.

La deficiencia de la vitamina A provoca una hiperqueratinización, o sea, lesiones cutáneas populosas de tamaño variado sobre una piel seca y áspera. Aparecen en las extremidades, parte superior del tronco, cuello y glúteos, aunque pueden generalizarse. Se presenta también la queratodermia (engrosamiento) de palmas y plantas con acentuación de los pliegues normales. En lactantes y niños pequeños la resequedad es el rasgo más típico de la hipovitaminosis A.

Tan importante vitamina se encuentra en la retina, asociada con una proteína –opsina–, esencial para la adaptación a la oscuridad. En casos avanzados de avitaminosis A puede haber “ceguera nocturna”, sequedad de conjuntiva y córnea, y disminución de la secreción lagrimal.

La vitamina A tiene efectos sobre el crecimiento de las estructuras óseas y los dientes. Sus fuentes naturales son: leche materna, de vaca, la yema del huevo, la mantequilla, el hígado, el aceite de hígado de pescado, verduras y frutas verde oscuro y amarillo intenso, tomate y sus derivados.

 

¿Qué sucede cuando hay exceso de vitamina A?

Cuando aparece la hipervitaminosis A se puede producir un aumento de la presión intracraneal, como si fuera un tumor cerebral, el cabello se pone ralo, quebradizo, áspero; aparecen zonas alopécicas (peladas), pérdidas de las cejas, piel seca y rugosa, prurito (picazón) generalizado, anorexia, detención de la curva de peso, irritabilidad, fisuras en los labios, hepatoesplenomegalia (aumento del tamaño del hígado y bazo) y descalcificación de los huesos.

Muchas personas desconocen la función del caroteno, sustancia que da lugar a la vitamina A, y que está presente en alimentos amarillos como la zanahoria, calabaza, etc. Su ingestión excesiva produce una transitoria coloración amarilla intensa brillante, más marcada en palmas y plantas, en surcos nasogenianos y contornos de la boca. Las conjuntivas permanecen blancas; la carotinemia se cura por la eliminación de la fuente del exceso de caroteno en la dieta.

 

¿Cómo utilizan los dermatólogos la vitaminoterapia?

La terapia con vitamina A oral se utiliza frecuentemente en estados patológicos de causas desconocidas, aunque el paciente no tenga deficiencias de esta vitamina. Por su efecto desqueratinizante se recomienda en casos de ictiosis (anomalía congénita caracterizada por acumulación de grandes cantidades de escamas sobre la superficie cutánea); en psoriasis, acné y alopecia.

La vitamina A es ineficaz si se aplica localmente. El ácido de la vitamina, llamado tretinoina, de aplicación tópica, es un importante agente descamativo que ha adquirido la ciencia dermatológica.

Está indicado en dermatosis caracterizadas por desórdenes de la queratinización, ya que su ataque es la hiperqueratosis folicular, ocasionando una limpieza más rápida y permanente del orificio folicular. Se indica, preferentemente, en el tratamiento del acné.

Con la introducción de los retinoides orales derivados de la vitamina A se han abierto muchas esperanzas terapéuticas en variadas dermatosis con desórdenes de la queratinización; las mejores experiencias se han logrado en el tratamiento de la psoriasis. Su uso está contraindicado en el embarazo y en las insuficiencias hepáticas y renales.

 

Conclusión:

Por último, señalamos que en las personas fumadores y alcohólicas, la vitamina C se metaboliza con mucha lentitud, por lo que necesitan una dosis mayor. En los ancianos, las vitaminas implicadas son las A, C y E por su efecto antioxidante y antienvejecimiento. Además, se recomienda el calcio, hierro y vitamina B12.

Existe el errado criterio que tomando suplementos vitamínicos durante un corto de tiempo, es suficiente para compensar las carencias vitamínicas. Realmente, el organismo necesita un tiempo mínimo de un mes para comenzar a reequilibrar su funcionamiento metabólico, por lo que aconsejan prolongar la ingestión de dichos suplementos durante largos periodos, si es necesario, durante un año. Y, algo importante, hasta para tomar vitaminas se debe consultar al médico porque, aunque a usted le parezca raro, ellas pueden producir efectos secundarios.

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