Ver y escuchar esencias de La Habana (I)
3 de abril de 2023
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Tres discos en formato DVD que invitan a ver y escuchar las esencias de la hermosa urbe, ha dedicado a la otrora villa de San Cristóbal de La Habana en su aniversario 503 el sello discográfico La Ceiba, perteneciente a la Oficina del Historiador de esta ciudad (OHCH). La propuesta lanzada a finales de 2022 por la discográfica y relanzada durante la 31 feria del Libro de La Habana constituye una muestra de su amplio perfil dedicado fundamentalmente a la salvaguarda de la memoria audiovisual.
“Nuestra intención es perpetuar. Por eso también tenemos una línea de producción de materiales audiovisuales”, aseguró a Habana Radio Magda Resik Aguirre, Directora de Comunicación de la OHCH”. En este sentido La Ceiba destaca por la multiplicidad de archivos que reproduce y pone a disposición del público. Entre ellos destaca la “línea de Voces, porque tanto en Habana Radio como en muchas de las intervenciones o actos públicos que la Oficina realiza, hay una serie de conferencias, pronunciamientos, discursos memorables, que nosotros debemos guardar. Un ejemplo de esas producciones es el disco que guarda la única intervención pública que se conserva de Emilio Roig de Leuchsenring, quien fue el predecesor del historiador Eusebio Leal.”
Las producciones bajo este sello se dividen en algunas colecciones como El Historiador, “que tiene todo lo que el Doctor Eusebio Leal aportó en ese universo audiovisual” y entre ellas se encuentran sus programas Andar La Habana.
Transitar las calles de nuestra historia
El primero de estos DVD constituye la entrega de los volúmenes 13 y 14 de Andar La Habana, el prestigioso programa de Televisión que hacia los años 90´ popularizó la iniciativa del Doctor Eusebio Leal de recorrer la ciudad transitando sus calles de historia. Una selección de sus capítulos nos llega ahora restaurados por la Productora de Audiovisuales de la OHCH lo cual permite disfrutar de estos videos con una mayor calidad de audio y video.
Al decir de la doctora Magda Resik Aguirre, Directora de Comunicación de la OHCH, esta iniciativa se debe a que “tenemos mucho material acumulado de aquellos programas que realizara el Historiador y que, en nuestra opinión, forman parte de ese patrimonio nacional que debemos proteger y que debemos transmitir a los demás”.
En esta oportunidad, Eusebio Leal con su conocimiento y admiración de La Habana nos toma de la mano para visitar tanto casas y patios coloniales, costumbres citadinas o sucesos históricos que marcaron el desarrollo de la urbe.
La obra de restauración colosal de la Oficina del Historiador
Otro de esos lugares emblemáticos, símbolo de la obra y entrega del doctor Eusebio Leal hacia la ciudad que más amó, y que nos invita desde lo audiovisual a admirarlo y entenderlo, es El Capitolio de los cubanos.
Convertido en un DVD, el material audiovisual homónimo nos narra aquellos años de incertidumbre y esfuerzos por rescatar del abandono y olvido el inmueble declarado Monumento Nacional y que ha constituido la obra colosal de restauración emprendida por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana desde su fundación en 1938.
“El Capitolio de los cubanos es ese documental que demuestra la gesta restauradora de un edificio tan emblemático, pero a la vez tan complejo, que suponía un reto muy grande para la restauración”- explicó Magda Resik.
En 57 minutos de narración documental se resumen más de una década de labores constructivas y artísticas para devolver el valor a uno de los inmuebles más importantes de la historia contemporánea de Cuba. El proyecto audiovisual estuvo dirigido por Joel Guerra, y contó con la producción ejecutiva de Magda Resik y Yanelys Hernández. Para hacer posible este sueño creativo se sumaron además el camarógrafo Roy Ávila y los periodistas Indira Román y Yoel Lugones a cargo del guion y las entrevistas respectivamente.
Para su productora ejecutiva “es un material que reúne información, testimonios e imágenes de todo el proceso de restauración de ese gran Capitolio Nacional y es una manera también de dejar constancia, de legar a las nuevas generaciones todos los esfuerzos que ha vivido la Oficina liderada por Eusebio Leal con respecto al rescate de patrimonio habanero”.
Los archivos audiovisuales de los que se nutre el documental comenzaron a graficarse con mayor sistematicidad por indicación del propio Eusebio Leal desde el año 2013 cuando la OHCH se involucró totalmente en la restauración integral del inmueble. Desde entonces, el equipo de producción asistía con regularidad a perpetuar con la imagen esa gran obra de rehabilitación desde cada uno de sus más ínfimos detalles.
“Para Leal siempre fue muy importante tener ese antes y después de cada obra de restauración- aseguró el realizador quien además trabajó durante casi 10 años junto al Historiador de la Ciudad como camarógrafo de la Productora de Audiovisuales de la OHCH-. Sus libros Para no olvidar –continúa- es el testimonio gráfico que tenemos de cómo estaban disímiles inmuebles de La Habana Vieja, sus estados de profundo deterioro y después vemos el cambio con el resultado de esa obra de restauración. Obviamente utilizando nuevas tecnologías al servicio audiovisual qué mejor manera de tener ese registro y de tomar a esos obreros e ingenieros trabajando en cada una de las áreas del Capitolio”.
“Es decir que fue algo bastante grande desde el punto de vista de los recursos –enfatizó Guerra- porque había que hacer un registro de todas aquellas personas que estuvieron involucradas en la restauración. El objetivo de nuestro documental era que se vieran identificados todas las especialidades, obreros y trabajadores en general que desde cada uno de sus puestos jugaron un rol fundamental en la obra de restauración.”
A partir del año 2019, coincidiendo con el aniversario 500 de La Habana nació la idea de comenzar a producir dicho material con la intención de estrenarlo en un próximo noviembre. La llegada de la pandemia de la Covid 19 dificultó llevar adelante los planes de producción, más no lo amedrentó.
Entre imágenes, sonidos, movimientos y expectativas transcurre la narración del audiovisual que incluye los testimonios de sus protagonistas. Según su director, “la mayor parte de los entrevistados fueron seleccionados a partir de las direcciones que estuvieron involucrados desde el comienzo en la restauración del inmueble”.
Dada la importancia histórica del edificio, sus valores arquitectónicos y la multiplicidad de usos para los que fue destinado desde su fundación, eligieron a las personas idóneas para testimoniar la obra en todas sus facetas.
“Entre esas personas que podían hablar con conocimiento del esfuerzo y la magnitud con la que se hizo estuvieron Perla Rosales, Johana Aedo, Tatiana Hernández, Mariela Mulet; entre otras personas involucradas que estuvieron desde el inicio en todas esas gestiones de la OHCH y pudieron dar una explicación más profunda de todas las problemáticas a las que se enfrentaron en esta obra, de las soluciones que hubo que dar a la hora de restaurar un edificio como ese -que además debía contextualizarse a los tiempos modernos: poner clima, seguridad, renovar todo el sistema de los elevadores, etcétera. Había que introducir todos esos servicios modernos – que el Capitolio no tenía por la época en la que fue construido- sin afectar el inmueble. Eso conllevó disímiles propuestas, dolores de cabeza y quiénes mejores que ellas para que lo contaran.
“Por otra parte –continuó Guerra- teníamos involucrados a los yeseros, a los carpinteros, los electricistas, los que limpiaron los metales y cada una de esas especialidades que salen en el documental que debían narrara sus experiencias. Piensen que es un inmueble que incluye todas las especialidades de la Escuela Taller. Estuvo Carlos Bauta, por ejemplo, que tuvo que ver con el tema de los mármoles pues el Capitolio tiene infinidad de tipos de mármoles que había que restaurarlos y que no solo los tenían a nivel de pisos sino también en columnas, en esculturas.”
Desde el poder de la fotografía empleado para este audiovisual el espectador puede viajar en el tiempo y regresar para admirar la belleza del empeño y la virtud de las manos que construyen y restauran almas. Tal y como sucedió en la vida real, el documental transita por las diversas áreas en las que fue organizada la restauración del inmueble de nos 12 mil metros cuadrados de superficie total.
“El Capitolio no fue una obra que se acometió total, se fue trabajando por espacio, por áreas y nosotros fuimos testimoniando eso: la limpieza de los bronces, reposición de los mármoles, las pinturas, el trabajo en la cúpula. Esto último fue muy difícil para nosotros -apunta Guerra- ya que debíamos tener también todos los sistemas de seguridad.
A casi 92 metros de altura, mientras La Habana sentía curiosidad por las lonas que impedían ver lo que ocurría en esa área, el equipo de producción grababa para mostrar luego los secretos de la restauración de la cúpula del Capitolio. Joel Guerra y Roy Ávila dejaron, al pie de su escalinata, el miedo a las alturas.
“Lo último y más peligroso que tuvimos que hacer fue cuando se estaba aplicando el dorado de la cúpula. Nos subimos hasta donde está le pararrayo, estamos hablando de lo último de la linterna, a más de 90 metros de altura. Y para mí fue una gran experiencia poder estar allá arriba, poder ver la labor que se estaba haciendo con el dorado de la cúpula que era un enigma para todos porque estaba cubierto ya que llevaba una climatización especial. Los expertos de Rusia estaban trabajando allí y nadie podía ver lo que se estaba haciendo y yo tuve el privilegio de poder ver cómo se estaba acometiendo esa labor, que fue enigmática para el resto hasta que después se develó y se pudo ver el dorado en toda su magnificencia.”
Producido en apenas 4 meses y dedicado al 502 aniversario de la ciudad, en medio del contexto marcado en aquel entonces por la pandemia de la Covid 19 en el que las regulaciones y el aumento de los contactos detuvo el proceso de producción, el documental ha sido la obra de realización más importante en la carrera audiovisual de Joel Guerra, así confesó el joven realizador en entrevista exclusiva para Habana Radio.
“Fue bastante complejo conceptualizar el documental porque no podíamos hablar de una restauración en la línea de tiempo de manera general porque se nos iban a aquedar muchas cosas pendientes (…) El hilo conductor entre las diversas temáticas fue Eusebio Leal quien era la figura cimera siempre a la hora de darnos el camino que debíamos seguir en todo lo que se acometía dentro de la Oficina, incluso hoy sin su presencia física, porque su legado nos marcó siempre a todos. Entonces qué manera más bonita de poder tener a Leal presente también dentro del documental, que se viera dentro de las labores de restauración porque además era una persona que iba constantemente a chequear las obras. Él tocaba con las manos todo el tiempo esas problemáticas que ocurría y dictaba las soluciones muchas veces, y era el que daba el impulso a seguir en la contienda de la restauración. Entonces decidimos hacer como una especie de Andar La Habana”.
Desde esas imágenes de archivo Leal transita por el Capitolio y entra en cada uno de sus salones que luego puedes admirar relucientes como lucen en la actualidad.
“Leal nos fuera introduciendo por cada uno de esos espacios y nos va llevando en el documental a través del tiempo, incluso desde el año 1986 que es como empieza el audiovisual, con él y Fidel que ya estaban manejando la idea de que había que salvar el Capitolio y restaurarlo y a partir de ahí en un propio Andar La Habana de Leal llevándole a la gente y quitándoles la idea de que el edificio en sí no era culpable de las atrocidades de quiénes lo habían construido, desmitificando aquello de que los edificios no son culpables de quienes lo construyeron ni qué fueron lo que hicieron para construirlo, sino que loimportante era salvar un inmueble de esa magnitud que era un símbolo para Cuba.”
Su concepto de lo que debía constituir de ahora en lo adelante ese inmueble para los cubanos, fue obtenido también para el documental. “Leal nos habla además de esos nuevos espacios a habilitados dentro del Capitolio como lo es la Tumba del mambí desconocido, un espacio que existía en el proyecto inicial pero que no estaba ejecutado y al cual leal le dio mucha importancia. Él creía que ese edificio debía llevar el fundamento de la nación que es un mambí desconocido, con todos los símbolos que tiene la sala y de hecho fue la primera sala que se abrió al público con la idea de que cada uno de nosotros sepa nuestra historia, de dónde venimos para saber hacia dónde vamos.”
Es el Capitolio de los cubanos más que el testimonio de una época, un documental de profundos valores estéticos. Toma a la fotografía como uno de los recursos estilísticos más importantes con la intención de mostrarle al espectador detalles que podrían perderse ante tanta majestuosidad de una arquitectura única de su tipo en Cuba.
“Una persona dentro de esos espacios se ve mínima, te empequeñeces dentro de la magnificencia de sus salones y porque además demuestran los oficios en su máximo esplendor. Por eso, desde el punto de vista de la realización queríamos que se vieran esos espacios, que las personas que no han podido estar dentro del Capitolio lo pudieran conocer, que les llamara la atención y quisieran visitarlo; no solo los espacios visitables sino también otros porque en su interior cuenta también con salas museográficas, salones de reuniones, el lugar que ocupa la Asamblea Nacional, lugares a los que el público visitante no tienen acceso pero que en valores arquitectónicos igualmente importantes. También para que conocieran todo lo que estuvo involucrado en la construcción del Capitolio y que aún se conservan, y que gracias a la OHCH se ha restaurado una buena parte de esos elementos. A través de la fotografía, que es el golpe de impacto visual siempre, que las personas se pudieran llevar la magnificencia del Capitolio.”
Tuve la oportunidad de ver y apreciar detalles que a veces se pasan por alto, hay mucha simbología dentro de este lugar y quise desde la fotografía mostrar algunos de ellos que a veces pueden pasar imperceptibles ante tanto esplendor. En el documental hice eso: un llamado de atención a detalles dentro de las esculturas, el mobiliario, las lámparas, las luminarias. La intención era que las personas los pudieran apreciar y que a lo menor el visitante que luego vaya o se interese en visitar el Capitolio los pueda buscar y encontrar. Además me sirvió como recurso de transición dentro del propio documental entre cada entrevista, de modo que pudieran ver esos detalles en cada una de las especialidades, con más detenimiento.
Así transcurre este documental en el que 57 minutos parecen poco para recorrer de forma virtual la historia más antigua y reciente de este símbolo nacional. Para Joel Guerra, el mayor reto además de elegir las imágenes y los fragmentos que más aportaran contenido a la narración audiovisual, fue lograr tener presente la figura al principal artífice de que esta restauración se llevara a ejecución y quien se entregó su cuerpo y vida para lograrlo.
“Si hubiésemos tenido físicamente a Eusebio Leal entre nosotros se le podía haber hecho una entrevista y hubiese sido espectacular, o a lo mejor hubiésemos hecho el documental de otra manera, lo hubiésemos podido tener a él realmente guiándonos –que es como yo realmente hubiese querido concebirlo-, pero tuvimos que partir de cosas que ya estaban previamente grabadas y a partir de lo que Leal nos contaba en ese material de archivo ajustar ese guión.”
Tantos años de visita sistemática a cada uno de los procesos de la restauración del Capitolio hizo posible el anhelo y Leal, transita en la narración audiovisual por cada espacio y enseña sus oscuras verdades y sus luces escondidas. El sacrificio mereció la pena.
“El logro del sacrificio de la realización del documental ha sido que las personas lo logren ver, que se pueda visibilizar este documental lo que la OHCH logró en esta obra; y que el público acceda, lo visite, que pueda ver y pueda palpar con sus manos la gran obra de restauración que se acometió durante tantos años.”
El desafío de narrar en breve tiempo y acorde a las demandas del género documental la historia de una de los inmuebles más importantes de Cuba, y a su vez, testificar la obra de restauración más importante desarrollada en la isla fue logrado por este joven realizar.
Joel Guerra queda satisfecho con su primer largometraje documental “aunque no complacido del todo porque siempre hay cosas que yo vuelvo a ver el documental y pienso que tal vez no lo hubiera hecho así o lo hubiese resuelto de otra manera. Pero sí estoy satisfecho con el resultado y con la aceptación que ha tenido. Me encantará que a través de este disco producido por La Ceiba, se pueda socializar el documental y que se pueda ver más allá del plano de la isla, de nuestro archipiélago, y que se pueda expandir ese trabajo no solo desde el punto de vista del documental sino de la propia obra de restauración que es el principal objetivo nuestro: que se socialice y visibilice la labor de restauración y de nuestro patrimonio.
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