Empresa Restaura regala sueños compartidos

15 de noviembre de 2022

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Francisco Delgado

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Centro HIstórico de La Habana, Ciudad inteligente, Cuba, Cultura, Empresa de Restauración del Patrimonio, Empresa RESTAURA, Inmuebles familiares, Obra social, Oficina del Historiador de La Habana, Restauración

 

 

Como muestra de la virtud y la bondad defendida por el Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, en su afán por rehabilitar la mayor parte del Centro Histórico habanero, la vivienda urbana adquirió una prioridad en el quehacer cotidiano de la Oficina del Historiador (OHCH).

Ha sido la obra constructiva de la rehabilitación de los inmuebles familiares, en la mayoría de los principales espacios urbanos de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana, un objetivo esencial en la regeneración de una ciudad inteligente que aspira a satisfacer las necesidades más elementales de sus habitantes como suele ser el derecho a una vivienda decorosa.

 

 

La Empresa Restaura, perteneciente a la OHCH, ejecuta entre sus múltiples proyectos la conservación del carácter arquitectónico y urbanístico de muchas de estas edificaciones, construidas en distintos periodos de la vida habanera, que ya advierten por su estado de conservación una fase de demolición.

En términos cualitativos, las fachadas, techos y paredes de muchos de estos inmuebles se encontraban en un estado lamentable, debido a la antigüedad de su construcción, el sobreuso y el deficitario mantenimiento para sostener, en el paso del tiempo, edificaciones con varias viviendas en su interior, algunas de ellas convertidas en cuarterías o ciudadelas.

 

 

Esto impulsó a priorizar la rehabilitación de dos edificios del Centro Histórico con las características referidas anteriormente. Uno de ellos, ubicado en la calle San Ignacio No. 209, entre las calles Lamparilla y Obra Pía, adscrito al Consejo Popular Plaza Vieja.

El citado edificio de tres niveles data de la primera mitad del siglo XIX con un estilo neoclásico en su diseño arquitectónico, que perteneció inicialmente a una importadora de maquinaria nombrada “Heckamann y Cía.”, hasta que luego pasó a formar parte de un inmueble familiar.

 

 

La obra tardó varios años desde el comienzo de su etapa investigativa- histórica, la cual debía cumplir varios requisitos en su revisión técnica, pasando por la Comisión de Monumentos, Planificación Física, Inversiones, y por otras etapas durante su conducción interventiva.

 

 

Raúl Gortazar Fernández, de profesión arquitecto, y Jefe del Departamento de Arquitectura e Ingeniería de la Empresa Restaura, nos comentó: “Se trabajó intensamente con un equipo interdisciplinario, donde participaron varias especialidades; entre ellas, estructuras (cubiertas, muros, entrepisos y tabiquería), así como hidrosanitarios, electricidad, y otras”.

 

 

Asimismo, destacó el especialista de la institución: “El inmueble se le devuelve la fachada original, y cuenta en la actualidad con una vivienda en cada uno de sus tres niveles, dispuesta en su interior con 2 habitaciones de alto estándar, un patio interior, baño, cocina y comedor, además de una sala de estar, que reincorporará a tres familias residentes del Centro Histórico a sus hogares”.

 

 

Entre los valores arquitectónicos sobresale su carpintería totalmente en madera, la cubierta nueva con impermeabilización, patinejos, junto a un sistema de iluminación para el exterior e interior del inmueble, además de una escalera nueva.

A diferencia de esta construcción, del edificio Narciso López No. 4-14, entre las calles San Pedro y Enna, según datos ofrecidos en el Archivo Nacional de Cuba, resultan ser escasas las noticias históricas acerca de esta edificación.

 

 

Un estudio documentado de la numeración antigua de la actual calle Narciso López, aportado por Gortazar Fernández, refiere que esta arteria recibió el nombre de Enna o Ena, y de acuerdo con otras fuentes orales, este nombre también pudo ser dado a la notoriedad alcanzada por un oficial durante el gobierno de la colonia española.

Otros hallazgos indican que hacia el año 1774, este inmueble identificado en la parcela no. 2 era propiedad de la familia Castro Palomino. Estos propietarios procedían de la villa de Pastrana, en Guadalajara, Castilla, y habían pasado a Sevilla en el siglo XVII, a donde viajaron con posterioridad a la Ciudad de La Habana.

 

 

Con el apoyo de las nuevas tecnologías y las bondades asistidas por la apps.planmaestro.och.cu, sitio de Información Territorial del Plan Maestro, se pudo acceder a mapas cartográficos de la zona, mostrándose muchas más características del inmueble y de la manzana, cuyos datos permiten dar fe de la significación patrimonial de este edificio, ubicado en una de las arterias más céntricas de La Habana Vieja.

El proyecto interventivo tardó varios años, y pasó por numerosos análisis entre los especialistas, debido a las características de su construcción, precisó el ingeniero. Desde el inicio fueron valorados sus antiguos muros y cómo debían soportar una nueva estructura contemporánea que fuese capaz de dialogar armónicamente con el pasado de la edificación.

 

 

Este inmueble muestra su nueva fachada reconstruida tal como fue inicialmente y cuenta con la prestancia de 12 apartamentos en sus 3 niveles de 2 cuartos, además de uno con características especiales (para discapacitados) en la planta baja que dará bienestar a un total de 13 familias.

Su localización privilegiada, a pocos pasos de los muelles de la Bahía Habanera, acogerá también en su interior al proyecto “Cultura entre las manos”, que tendrá la posibilidad de contar con salas para impartir conferencias, talleres, y otras aulas especializadas para atender las necesidades de la comunidad de personas sordas.

 

 

El plan de rehabilitación integral de este edificio, declarado en fase de demolición, logró recuperar su red hidro-sanitaria, el sistema de corriente débil, así como sus patios interiores, y uno mucho más espacioso que brinda acceso a todo el edificio.

 

 

Cabe señalar, como sugiere la Sub-Directora Técnica de la Empresa Restaura, arquitecta Lohania Cruz González, “este proceso interventivo transitó por varias etapas, donde se incluyó la investigación de la historia patrimonial del inmueble, el diagnóstico de su estado arquitectónico, asi como las posibles soluciones al proyecto, donde fueron dadas a conocer las premisas conceptuales, para su posterior aprobación por las diferentes instituciones responsabilizadas en su encargo social”.

 

 

El modelo de intervención de estos primeros pasos en la rehabilitación de la edificación pasó también, según criterio de la directiva, por la aprobación de las inversiones que tendría el mismo, así como de la ejecución de sus detalles y la etapa de control de autor.

Por último, destacó Cruz González que no hubiese sido posible concretar estas obras para el disfrute de varias de las familias residentes en La Habana Vieja sin el apoyo de la Cooperación Internacional. En ambos proyectos se recibieron caudales financieros del Fondo para el Desarrollo del Gobierno de Arabia Saudita, además de la contribución de la Asociación de Entidades Locales Vascas Cooperantes (Euskal Fondoa), especialmente otorgada para el proyecto de “Cultura entre las manos”.

 

 

Igualmente, valoró de significativo y necesario el apoyo dado por la Dirección de Inversiones, las diferentes Brigadas de Constructores, Cooperativas, y de la Empresa de Restauración del Patrimonio, además del apoyo incondicional de los principales directivos de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

El interés de un modelo de gobernanza territorial, ideado para fomentar el desarrollo local, partiendo de los esfuerzos de las instituciones y la capacidad de su gestión innovadora, posibilita el programa pactado por la OHCH de conservar y restaurar el patrimonio urbanístico del Centro Histórico de La Habana Vieja, con una prioridad en la regeneración de las viviendas.

 

 

La integralidad de este pensamiento, diseñado originalmente por el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, es legitimada en el presente a través de la obra de la Empresa Restaura, y el resto de las Direcciones de la OHCH. Nuevas acciones que hacen posible los sueños compartidos de muchas personas en un mismo fin: el disfrute de una vivienda. En especial, cuando este 16 de noviembre reciban las llaves de su nuevo hogar, tal como lo augura con sus campanadas la celebración de los 503 años de fundada la villa de San Cristóbal de La Habana.