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Valoración del sistema de acciones del proyecto Cultura entre las manos (b)

30 de mayo de 2014

 

Por Yalena Gispert y Gladys González

Jesús Barroso

Jesús Barroso

El encuentro y contacto de los Sordos cara a cara para expresarse, dialogar e interactuar en su lengua, resulta tan imperioso como cualquier otra necesidad legítima de una persona, los cohesiona como grupo. Como comenta Barroso, “…el Sordo busca al Sordo para poder comunicarse. Necesita estar donde está el otro Sordo para conversar en Lengua de Señas de infinidad de cosas, sobre amistades, trabajo, para hablar de deportes…”.
La desarticulación de espacios de socialización habituales de la comunidad Sorda habanera ha provocado un improductivo distanciamiento entre muchos de ellos. “La Asociación de Sordos, que hasta hace algunos años estaba ubicada en Teniente Rey y Monserrate, Habana Vieja -hoy radicada en el municipio Playa-, ha provocado que disminuya la concentración de personas Sordas en la sede, donde se reunían muchos Sordos por estar ubicada en un lugar céntrico. Desde entonces estamos muy dispersos y esto no es bueno para nosotros”, comentó Adolfo González, persona Sorda de 60 años, con estudios terminados de 12mo grado, y actualmente Instructor de Lengua de Señas Cubana del Municipio Plaza de la Revolución.

Adolfo González

Adolfo González

La experiencia de Cultura entre las manos es pionera en el trabajo con los Sordos en el Centro Histórico habanero. El modo en que los miembros de esta comunidad conocen y se apropian del mundo fue descubierto por hacedores de la restauración y otros especialistas, quienes -en su mayoría- ni siquiera habían tenido la oportunidad de pensar en la comunidad Sorda por primera vez.

“Desprevenidos de todo tipo de preparación o prejuicio, esta iniciativa les ha permitido involucrarse en acciones desarrolladas desde la propia visión de sus integrantes: qué es para ellos Patrimonio, qué conceptos trabajar, cómo mostrarles lo realizado hasta ahora, cómo trazar nuevas metas de conjunto, cómo trabajar estos conceptos para los que a veces la lengua de señas aún

MsC. Yanet Rodríguez Martínez

MsC. Yanet Rodríguez Martínez

resulta incompleta”, comentó la MsC. Yanet Rodríguez Martínez, integrante del grupo gestor del Proyecto como Especialista de la Dirección de Cooperación Internacional de la Oficina del Historiador.
La construcción de nuevas conexiones sociales por las que apuesta Cultura entre las manos para desarrollar en la persona Sorda toda una serie de conocimientos, hábitos y valores “estimula no solo las relaciones entre los Sordos, sino también de ellos con otras personas de la sociedad y con nuevas instituciones salidas del estrecho marco Escuela-ANSOC al que han estado acostumbrados”, como dijera Toledo.
La comunicación posee carácter sistémico y no es solo una necesidad fortuita o contingente. La equiparación de oportunidades en este sentido es defendida por la convección de la ONU por los derechos de las Personas Con Discapacidad (PCD), de la cual Cuba es firmante.
En línea con las políticas inclusivas que defiende la sociedad cubana junto a otros países “Cultura entre las manos y es un ejemplo de accesibilidad”, asegura Jorge Ponjuán Tamayo, Asesor de la Presidencia de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC).

Jorge Ponjuán Tamayo

Jorge Ponjuán Tamayo

Este sector minoritario de la sociedad clama por la necesidad de unir fuerzas, de alcanzar la avenencia de criterios en su reconocimiento social para garantizar el control de la Comunidad Sorda sobre su cultura. Como ellos mismos expresan “…ojalá otros organismos se sumen a proyectos con estas características. Que nos tomen en cuenta, respeten nuestros criterios y respondan a nuestras demandas, para que nos sintamos cada día mejor dentro de la sociedad”, resaltó Meneses.

Miriam Meneses Volumen

Miriam Meneses Volumen

“Cultura entre las manos es compatible con los anhelos y los esfuerzos que hacemos nosotros para el desarrollo de la Comunidad Sorda -continuó-, otro proyecto como éste no conocemos. Sabemos de algunas acciones que se han realizado en diferentes territorios de La Habana pero no se ha manejado como proyectos con un sistema de acciones coherente y consensuado con nosotros. Han sido como una especie de cursos o talleres en función de romper barreras de comunicación, en busca de un acercamiento entre los miembros de la comunidad Sorda y la oyente. En este caso me estoy refiriendo a la solicitud que ha hecho la organización de pioneros José Martí para desarrollar círculos de interés de Lengua de Señas Cubana en grupos de niños de diferentes niveles escolares, pero ya te digo son talleres o cursos, no es un proyecto.
En Cienfuegos por ejemplo, también hay muchas iniciativas de diferentes organismos, hay algo relacionado con la naturaleza y el medio ambiente, otras actividades que se realizan con sordociegos; pero no, ninguno es un proyecto con las características de Cultura entre las manos”.
Sobre la coherencia del trabajo del proyecto con la política educacional seguida por Cuba, Toledo expresó: “Estas acciones también contribuyen al desarrollo del modelo educativo bilingüe que se desarrolla hoy en las escuelas de Sordos por ser política educacional del país. Cultura entre las manos posibilita la extrapolación del modelo, o sea que el trabajo que alcanzaba solamente el contexto escolar y familiar, se puede decir ahora que también llega al plano social, y específicamente en relación con la cultura”.
La construcción de conocimiento mediante la socialización es guía del trabajo de Cultura entre las manos. Esto se representa en primera instancia por la relación de las personas Sordas con otros actores del proyecto, especialistas en las diferentes materias como: Patrimonio, Comunicación, Gestión Cultural, Historia, Economía, Arquitectura, entre otros; así como con sus Intérpretes, aquellos que establecen el puente entre ambos grupos y el patrimonio. A esto se refiere la MsC. Onedys Calvo, Especialista en Artes Visuales de la Oficina del Historiador, quien describe el sistema de acciones del proyecto como “oportuno y abierto por haber logrado implementar varios niveles de comunicación”.

Onedys Calvo

Onedys Calvo

Cita el caso de los encuentros mensuales como un espacio en el que los participantes “descubren temáticas específicas y actores determinados, donde se trabaja de manera íntima y cómoda porque se ofrece una comunicación inmediata con un individuo (especialista en una materia determinada) sobre cuestiones definidas”; menciona los recorridos “en los que guiados por un entendido en la materia que se aborda pueden moverse por diferentes instancias de la ciudad, y cuya selección ha sido muy acertada, tomando en cuenta las referencias culturales que poseen las personas Sordas, la capacidad de interactuar y de participar por el propio concepto de Rutas y Andares”. Igualmente Calvo se refirió a los materiales audiovisuales elaborados por Cultura entre las manos empleados como “alternativa de comunicación más inmediata, ajustada a la medida de la Cuba de hoy porque en términos generales hoy la cultura es más audiovisual” y como última cuestión la especialista hace alusión a los cursos de Lengua de Señas como impulsores de la interacción social y la socialización de la Lengua de Señas, potenciándola como elemento gestor del desarrollo que entre otras cosas, puede influir en el bienestar de las actuales y futuras generaciones. “…han permitido que más personas oyentes se involucren en la adquisición de nuevos saberes como el aprendizaje de la Lengua de Señas, una lengua que pudiéramos aprender todos, por lo menos para comunicarnos dentro de la frontera”. Y, concluyó diciendo, “pienso que más allá de mirar las acciones como una oportunidad que se abre, estas se sistematizan en un proyecto de integración”.
Las acciones de Cultura entre las manos responden unas a otras, actúan “como un sistema que funciona en tanto él mismo desde un punto originario ha sido capaz de ir en una especie de proceso de espiral integrando nuevas acciones”, aseguró la MsC. Magda Resik Aguirre, Directora de Comunicación de la Oficina del Historiador y la emisora Habana Radio. “Creo que no es un sistema cerrado -prosigue Resik- pues el proyecto idea y genera acciones o iniciativas constantemente que tributan al objetivo inicial. Sin dudas, ha probado que en sí mismo funciona, que en él mismo se produce la retroalimentación de las acciones para generar otras integradas a esa voluntad de aglutinar en determinados procesos a la comunidad Sorda, y a una serie de componentes tanto del proceso de restauración del Centro Histórico como de la otra comunidad más amplia por el desarrollo de las personas Sordas”.

Continuará…

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