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Niveles de integración grupal e inclusión social alcanzados

27 de junio de 2014

 

Cultura entre las manos. Más de cinco años de trabajo en pos del desarrollo sociocultural y la integración de la comunidad Sorda de La Habana. XII (A)
Por Yalena Gispert y Gladys González

 

Cultura entre las manos se inserta en la línea de trabajo de la Oficina del Historiador que enmarca un proceso de rehabilitación de un Centro Histórico patrimonial en un fenómeno social muy singular, que pretende su población sea la mayor beneficiaria del proceso de restauración. Así, la comunidad Sorda, igualmente encontró en este sitio un lugar para progresar y crecer espiritualmente, teniendo la oportunidad de apropiarse -en su lengua- del legado cultural habanero y cubano, que también es suyo. Pues, como asegura Magda Resik, “Cultura entre las manos está condicionando en la persona Sorda una mirada diferente al entorno social por la condición participativa de este proyecto, por su capacidad dinamizadora de una comunidad, pero a la vez por su potencialidad como ejercicio de integración. Creo, -agregó Resik- es un proyecto inclusivo por sí mismo, la expresión de la integración de la Comunidad Sorda a todo lo que está sucediendo en este entorno. Pero además, es un proyecto que ayuda a todo un grupo humano que es mayoritario en la sociedad, entre los que cuentan los propios hacedores de la restauración, a dialogar en condición de iguales con esta otra comunidad, la Sorda”.

Orlando Inclán Castañeda

Orlando Inclán Castañeda

Y, es que el patrimonio por el que trabaja cada día la Oficina del Historiador, -espejo de la identidad nacional- como asegura Orlando Inclán Castañeda, Arquitecto de la Dirección General de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo de la Oficina del Historiador, “no puede vivir sin las personas de todos los grupos sociales. Si no se conoce no se respeta, no se cuida, no se le aporta, y si no se le aporta muere porque sería un objeto vacío, solo museable, sin valor, pues precisamente ese valor está dado por lo que las personas le confieren”.
A lo que agregó: “Yo creo que lo fundamental es que ellos (las personas Sordas) entiendan el patrimonio, como es importante también que otros grupos sociales lo reconozcan, sin esto el patrimonio no es nada, no sirve. Entonces que este grupo pueda ser parte también de las personas que se benefician y que aportan al patrimonio es fundamental, lo cual pienso es uno de los logros fundamentales del proyecto”.

Marta Oneida

MsC. Martha Oneida Pérez Cortés

Llegado a este punto es importante referirse a las posibilidades que desde esta otra perspectiva propicia el proyecto. A esto se refieren otros actores como la MsC. Martha Oneida Pérez Cortés, Jefa del Grupo de Investigaciones del Plan Maestro de la Oficina del Historiador, cuando explica: “como parte de la comunidad oyente, puedo decir que en ocasiones no vemos más allá de lo que nos sucede a nosotros mismos. Pero, este proyecto ha puesto a Andar La Habana a otro grupo de personas en las cuales también hay que pensar. No quiere decir que no supiéramos que existen las personas Sordas, pero el trabajo que realiza el proyecto con ellos como comunidad, contribuye a que visionemos muchas otras cosas, a que nos digan: estamos aquí, está propuesta no es accesible para nosotros, qué se puede hacer”.

Claudia Castillo de la Cruz

Claudia Castillo de la Cruz

Por otra parte, Claudia Castillo de la Cruz, Arquitecta de la Dirección General de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo de la Oficina del Historiador, afirmó: “Podemos ser actores del proyecto, pero creo que a la vez somos público beneficiario también porque aunque recibimos preparación para presentar la información y entender primero cómo emitir el contenido, cómo hacerlo interesante y cómo motivarlos; el intercambio siempre es mucho más enriquecedor pues nos acerca a una comunidad con la cual no estamos habituados a actuar”.
No solamente depende de las personas Sordas el hecho de llegar a ser incluidos en la sociedad, también quienes conforman la mayoría deben estar listos para ello y trabajar para lograrla. Una de las formas posibles es precisamente preparándola, no solamente para que acepte, sino también para que se pueda acercar a esa persona y lograr un nivel de comunicación con ella. Aspecto en el que Cultura entre las manos ha intentado poner su granito de arena, al menos en el entorno del Centro Histórico habanero de manera directa, como los actores afirman. “Creo que darnos cuenta también nosotros mismos de toda la información que no llega a las personas Sordas nos hace analizar hasta qué punto la sociedad cubana actual está potenciándola para que les llegue. Por eso pienso que nos falta muchísimo porque realmente hay un altísimo por ciento de los contenidos que se quedan solo en el sonido, que ni siquiera llegan a la imagen, y no me refiero a información profesional solamente sino también a información de la vida, información social, cultural, que habitualmente no llega a ellos y también necesitan, porque como ciudadanos igualmente precisan consumirla”, explicó Castillo.
“Esta es la razón por la que encontramos en ellos un público con un interés y una motivación altísima por conocer lo que les trasmitimos, y es que están teniendo la oportunidad de tener a su disposición personas que están dedicando un tiempo a decodificarle todo un proceso en el que ellos normalmente no están inmersos”, agregó la Arquitecta.

Onedys Calvo

Onedys Calvo

Onedys Calvo al respecto también apuntó “Cultura entre las manos nos ha permitido ver nuestro trabajo en otra dimensión, más allá de la limitación del lenguaje. Está logrando que la comunidad Sorda se integre alrededor de procesos creativos, comunicativos, pedagógicos y educativos; incluso está proponiendo una integración que va más allá de un simple encuentro social, es una integración que en sí misma genera comunicación, desarrollo y participación”.
Pero, la posibilidad de que la mayoría pueda llegar a ofrecer propuestas más accesibles para la comunidad Sorda requiere un cambio de perspectivas tanto de quienes generan las ideas a niveles macro como de quienes las ejecutan, algo no imposible de lograr. Es por eso que, como enuncia Calvo, “el proyecto te implica, quiere conocer tu opinión y eso te obliga a pensar, dudar, y generar conscientemente cómo puede funcionar mejor determinado resorte”.
No obstante, solo el vínculo o la interacción entre ambos grupos -la gran mayoría y la comunidad Sorda-, pueden garantizar la formación de criterios de accesibilidad en función de las necesidades de este grupo, y así lograr ofertas más apegadas a sus demandas.
Quienes validan y pueden incidir en el contexto del Centro Histórico, para alcanzar la soñada accesibilidad comunicacional que demandan los Sordos, expresan: “El momento de llevarlos a consulta pública ha sido muy útil, sin embargo estamos conscientes de que todavía se puede ampliar más. El proyecto se puede aprovechar para que incluso se pueda incidir desde él en la elaboración de un cuerpo de normativas que respondan a esas necesidades, que puedan establecerse, y que además puedan cumplirse y aplicarse, comenta Orlando Inclán. Pero, para eso lo primero es que la mayoría entienda cómo es esa accesibilidad, y el proyecto en ese caso ha sido y es fundamental. Si bien ha puesto pautas que han ido resolviendo el problema -continuó Inclán-, sé que en los años venideros puede hacer muchísimo más”.

Continuará…

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