Regla, un viaje a su patrimonio local

3 de marzo de 2017

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Yamira Rodríguez Marcano

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Cuba, Cultura, Historia, La Habana, Patrimonio, Regla

 

 

Numerosos barrios, calles o plazas, y hasta pueblos de La Habana, surgieron asociados a construcciones religiosas de las cuales, inclusive, llegaron a tomar su nombre. Así se bautizaron, por ejemplo, la Plaza de San Francisco, por su iglesia y convento; la calle de Santa Clara, por el monasterio de igual designación, y con mayor trascendencia, el pueblo ultramarino de Regla, nacido junto a la edificación del santuario de Nuestra Señora de Regla, en el lugar señalado en una punta de tierra al fondo del puerto habanero.

El sitio fue poblándose desde que se aprobó la fábrica de la iglesia en 1687, de ahí que se tomara como referencia para su fecha fundacional el 3 de marzo de ese año, cuando el Marqués de la Real Proclamación, don Pedro Recio de Oquendo, donara un pedazo de terreno para la construcción de la ermita. A partir de ella comenzaron los asentamientos humanos hasta alcanzar configuración de pueblo y tomar en el siglo XVIII el nombre de la Virgen de Regla. Su imagen fue traída de España en 1696 y jurada patrona de la Bahía por el Ayuntamiento de La Habana en 1714.

 

 

Sin dudas, es su santuario el rincón más atractivo y visitado –por fieles o no– a pesar de ser una obra de absoluta sencillez. Construida en varias etapas, llegó al presente con una fachada de filiación neoclásica, cuya entrada resalta por el frontón que corona la puerta y la torre-campanario levantada sobre su pórtico. Diseñado en 1817, fue obra del destacado arquitecto Pedro Abad y Virrareal quien fuera traído a la capital cubana por el Obispo Espada para materializar sus reformas educativas. Abad era profesor de matemáticas y dominaba, además, varias disciplinas técnicas y científicas como la física, la astronomía y la arquitectura, lo que le valió, sin dudas, la confianza del Obispo para ejecutar diversas labores relacionadas con las mismas. El frontispicio del templo reglano será su trabajo más conocido y original al quedar cerrado su frente con un esquema moderno basado en el arco de triunfo romano, que si bien no era una solución desconocida en La Habana, el hecho de que Abad colocara la torre campanario al centro le imprime a la construcción gran singularidad. Asimismo, la iglesia consagrada a la virgen negra, conserva la generalidad de sus techos de armaduras, contrastantes con la bóveda casetonada del presbiterio.

 

 

Pero la Iglesia de Nuestra Señora de Regla, no es el único símbolo del pueblo reglano. Otros monumentos también son orgullo de sus pobladores y de todos los habaneros. Entre estos destaca el Liceo Artístico y Literario, Monumento Local. Fue abierto el 8 de febrero de 1879, día en que José Martí, quien fuera socio del mismo, pronunciara las palabras en el acto de su apertura, y en el cual profirió hermosas lisonjas al pueblo reglano. El contenido patriótico de dicho discurso dio realce a la función inaugural del Liceo Artístico y Literario de Regla. Igual de gran valor histórico son las casas donde nació, en 1829, el poeta y revolucionario Eduardo Facciolo y Alba, y donde murió, en 1922, la ilustre poetisa cubana Luisa Pérez de Zambrana.

Dentro de los límites de Regla se conservan, asimismo, dos construcciones del siglo XVIII que integraron parte del sistema defensivo del puerto de La Habana, declarado –junto al Centro Histórico La Habana Vieja–, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982: el Fuerte de San Diego y el Polvorín de San Antonio. Y en esta misma franja costera, se yergue majestuoso el Cristo de La Habana, obra de la escultora Jilma Madera, inaugurada el 25 de diciembre de 1958. Ubicada en el enclave de Casablanca –territorio que forma parte del Municipio Regla– esta colosal estatua de mármol de Carrara, parece bendecir al pueblo cubano desde sus 20 metros de alto y 51 sobre el nivel del mar.

 

 

Precisamente, su situación al otro lado de la bahía, hizo que la comunicación por mar entra ambas orillas fuera la más rápida y común, devenida vía tradicional de transportación entre los sitios de La Habana, Regla y Casablanca. Así, las lanchas forman parte del paisaje natural y urbano de la zona, y del ambiente cotidiano de los habitantes de la región. Por su parte, el Emboque de Regla que aún hoy se conserva a pesar de su estado de deterioro, fue erigido en 1910 y constituye una de las construcciones más importantes del patrimonio industrial de la bahía habanera. A él se llega desde el ya renovado Emboque de Luz, en La Habana Vieja; travesía como la que antes hiciera, desde los antiguos muelles en 1860, el viajero norteamericano Samuel Hazard para admirar los famosos Almacenes de Regla, de los cuales expresó:

 

“Son los almacenes más importantes que ha sido mi suerte ver, y se me asegura que rivalizan con cualquiera otra construcción de su clase que existen en Europa, tanto por su capacidad como por su sistema”.

 

Incluso, no los olvidó en su reproducción de la Tarifa reguladora de pequeños botes para el transporte de pasajeros y equipajes en el puerto de la Habana cuando sugiere el viaje del desembarcadero general a los Almacenes de Regla, “una travesía muy agradable”, por 40 centavos.

 

 

Emplazado a dos cuadras del embarcadero se halla el Museo Municipal de Regla, una de las instituciones culturales que se encarga de mantener la memoria histórica del patrimonio reglano. Inaugurado el 29 de diciembre de 1982, se proyectó como un museo representativo de la comunidad. En su devenir ha incorporado nuevos espacios e instalaciones y se beneficia con un edificio principal y dos salas anexas; cuenta con cuatro salas de historia donde se ilustran el origen del Santuario de la Virgen de Regla y el desarrollo de la localidad entre los siglos XVII y XVIII; la actividad económica en el puerto habanero durante el siglo XIX, así como el aporte de los inmigrantes europeos, africanos y asiáticos. De gran importancia son las visitas sobre José Martí y la participación de los reglanos en la guerra de independencia de 1895, la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958) y el triunfo de la Revolución Cubana. En su edificio central el Museo organiza varias exposiciones temporales durante el año para relacionar al público con las colecciones de artes plásticas, cuyos fondos más valiosos son de pintura y grabado.

A ella se suma el Complejo Monumentario de la Colina Lenin, territorio que le otorgó al pueblo de Regla el derecho histórico de ser el primer lugar de Cuba donde se reconoció públicamente la figura de Vladimir Ilich Lenin, fundador del otrora primer estado socialista del mundo. El 24 enero de 1924, a las 5:00 PM, los habaneros fueron conminados, a la entonces Loma del Fortín, para plantar un olivo como símbolo de paz. Al mismo tiempo se estarían efectuando los funerales del más grande líder del pueblo soviético. Desde entonces, se le conoció como Loma o Colina Lenin y la clase obrera de los años veinte convirtió en tradición las peregrinaciones al lugar.

 

 

Todo ello, junto a otros sitios y tradiciones populares, hacen de Regla, a 330 años de su fundación, uno de los centros históricos más importante y singular de la capital cubana.