Medio milenio de historia en tres villas cubanas

31 de diciembre de 2014

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Ana Lidia García Hernández.

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Cuba, Patrimonio, Villas Fundacionales

 

La Santísima Trinidad

 

El 2014 fue pletórico si a acontecimientos relacionados con el patrimonio nos referimos. En este año, tres villas fundadas por los colonizadores españoles en el 1514 arribaron a su medio milenio y el pueblo, no solo de cada una de ellas sino de toda Cuba, celebró con júbilo estas fechas.

La villa de la Santísima Trinidad festejó dicho aniversario a principios del mes de enero. A sus calles empedradas, llegaron miles de personas enamoradas de la ciudad Museo del Caribe para conmemorar, 500 años después, su fundación. Víctor Echenagusía, especialista de la Oficina del Conservador de Trinidad explicó a Habana Radio que los peninsulares buscaban para establecerse “lugares protegidos, cercanos a fuentes de agua y con mano de obra abundante para buscar el oro en la región”. Trinidad les pareció un sitio con estas condiciones y por eso fundaron la villa “en las primeras semanas de enero de 1514”. Según cuenta la tradición, “el acto fundacional ocurrió debajo de un frondoso jigüe que se ha ido conservando con el paso de los años para mantener vivo ese legado”.

Cuando se llega a Trinidad, los museos son espacios de obligatoria visita. Las instituciones de este tipo fueron objeto de intensas labores constructivas con motivo del importante onomástico. El Museo Romántico, por ejemplo – comentó a nuestra emisora Enriqueta Ramírez, Directora del Museo de Historia Municipal “Palacio Cantero” – recibió una reparación capital en el inmueble y en sus colecciones. Por su parte, el Museo de la lucha contra bandidos también fue remozado y en especial se trabajó con la museología y la museografía de su sala de exposiciones. Además, en la ciudad existen otros tres museos: el de Arquitectura, el de Arqueología y el de Historia Municipal, los cuales también fueron intervenidos en el período.

Las luminarias de hierro, las casonas de altísimo puntal cubiertas con elaborados techos de madera y las enormes rejas en sus fachadas, son algunos de los atractivos que al decir de Alicia García Santana, voz autorizada cuando se habla de villas patrimoniales en Cuba, se encuentra en esta tierra el viajero y el residente. Además, son muy admirados sus verdes paisajes coronados por las montañas del Escambray y ese valle inmenso conocido como Valle de los Ingenios. Según el especialista en patrimonio Víctor Echenagusía este sitio también posee altos valores arqueológicos pues en él se hallan “huellas de la presencia aborigen y del desarrollo industrial en la zona”. En ese sentido, apuntó, “existen alrededor de 12 viviendas de ingenios azucareros en diferentes niveles de conservación”.

Este Valle junto al Centro histórico de Trinidad fue declarado Patrimonio de La Humanidad en el año 1988. Desde esa fecha se ha incrementado el número de visitantes a la ciudad. En una urbe patrimonial, los grandes flujos de visitas y el turismo pueden generar conflictos asociados a la pérdida de identidad y a la supremacía de aspectos económicos sobre los culturales. En tal sentido, la Oficina del Conservador de la localidad se ha visto compulsada a establecer diversas estrategias que permitan la confluencia armónica de intereses. Según Norberto Carpio, director de esta institución, hasta el momento los resultados han sido positivos en favor del patrimonio atesorado: “Tuvimos que cambiar las Ordenanzas para regular el desarrollo de la actividad por cuenta propia, realizamos muchas capacitaciones para educar a la población y apelando al sentido de pertenencia de los trinitarios, hemos logrado que las ganancias individuales se reviertan en beneficios para la comunidad”.

Con estas acciones, las autoridades locales aúnan esfuerzos para que se mantenga “hermosa por su arquitectura; cálida y espléndida por su gente y por los múltiples talentos que ha reunido a lo largo de los años”, tal y como la definió durante la ceremonia oficial de celebración por sus 500 años, el Dr. Eusebio Leal Spengler, director de la Red de Oficinas del Historiador y el Conservador de ciudades patrimoniales cubanas.

Santa María del Puerto del Príncipe

Con el segundo mes del año llegó también el aniversario 500 de otra de las primeras villas de Cuba. Santa María del Puerto del Príncipe, Camagüey, celebró el 2 de febrero sus cinco siglos de historia.

Los festejos se convirtieron en una excelente ocasión para dialogar con Grisel Santana, directora del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, sobre la idiosincrasia de los camagüeyanos y aquellas cualidades que los distinguen de otros cubanos. La forma de hablar y de caminar constituyen, en su opinión, rasgos característicos. Asimismo, resaltó las costumbres culinarias que se conservan como la elaboración y consumo del mata-jíbaro y el ajiaco. La conga y la fiesta popular San Juan camagüeyano fueron otros de los elementos mencionados por la especialista.

La zona más antigua del Centro histórico de Camagüey posee la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad desde el año 2008. Durante las celebraciones por el medio milenio el señor Herman van Hooff, en ese entonces Director de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la UNESCO en La Habana y quien tuvo el privilegio de otorgarle a la ciudad ese título en representación de su organización, comentó a nuestra emisora que la inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial es una responsabilidad pues las autoridades del territorio deben tomar medidas para que se conserven las cualidades que le permitieron obtener la categoría.

En esa dirección, Grisel Santana refirió que el mayor reto reside “en la educación de los ciudadanos que deben aprender a vivir en una ciudad patrimonial, concientizar que aunque tengan posibilidades económicas no pueden cambiar la fachada o la cubierta de su vivienda y que es necesaria su contribución para mantener los bienes edificados”.

Con el fin de recibir el aniversario 500 con una ciudad rejuvenecida, la Oficina del Historiador de Camagüey lideró la restauración de inmuebles en diversas esferas. María Carmenate, Directora del Plan Maestro, explicó que se desarrollaron obras en el sector de la salud, la educación, la cultura. También se intervinieron los espacios públicos, se repararon las esculturas urbanas, los murales, las luminarias, el mobiliario, las arterias principales. El Paseo de los cines, ubicado en la calle Ignacio Agramonte, “fue una de las acciones más abarcadoras pues además de repararse las instituciones cinematográficas se rescataron los establecimientos gastronómicos con una perspectiva cultural”.

La villa del Espíritu Santo

A sus 500 años arribó en el mes de junio la villa del Espíritu Santo, Sancti Spíritus, que según la historiadora María Antonieta Jiménez, desde su surgimiento estuvo cerca de las márgenes del Río Yayabo: “La misa de fundación y el sermón de Pentecostés fueron oficiados por el Padre Bartolomé de las Casas y su primer establecimiento fue en un punto medio entre el Yayabo y el Trinucu”.  Sobre las actividades económicas de esos primeros siglos, Jiménez aseguró que existía una abundante producción pecuaria y que a la vez había un amplio desarrollo del contrabando de cuero y carne salada.
En la villa del Espíritu Santo, la cuarta de la Isla, al principio, predominaron las construcciones de guano y tabla. Poco a poco, las edificaciones mejoraron a base de ladrillo embarrado y tejas, pero las calles se mantuvieron tortuosas y empedradas. Las fachadas, con influencias moriscas, fueron apareciendo sencillas, poco ostentosas, y se multiplicaron puentes, plazas y plazuelas.

La bonanza llegó a Sancti Spíritus en el siglo XIX, cuando crece la demanda nacional por su ganado. Nacieron entonces las obras arquitectónicas que, junto a la Iglesia Mayor, concluida en el 1680, identifican hoy a la ciudad por todo el mundo: el teatro Principal y el puente sobre el río Yayabo.
Para la historiadora María Antonieta Jiménez uno de los atractivos de la ciudad es la mezcla de estilos arquitectónicos que en ella existen. Esta variedad, “conformada por la arquitectura de los siglos XVII, XVIII y XIX”, le hizo merecedora de la condición de Monumento Nacional desde 1978 y se aspira que en un futuro pueda convertirse en sitio Patrimonio de la Humanidad.

La celebración por los cinco siglos de Sancti Spíritus propició no solo la recuperación de inmuebles y monumentos sino también – aseguró Roberto Villoch, Presidente de la Comisión Provincial de Monumentos – el rescate de la autoestima para los espirituanos: “Con estas acciones los ciudadanos redescubrieron sus maravillas, comprendieron que tenemos una ciudad con incontables valores patrimoniales”.

Tres villas llegaron a su medio milenio este 2014. La Santísima Trinidad, Santa María del Puerto del Príncipe y la del Espíritu Santo. Estas primeras ciudades fundadas en Cuba demostraron en su aniversario 500 que es posible mantener vivo nuestro patrimonio y que la sociedad aunque cada vez es más moderna también tiene apego a sus raíces y a la historia que le precedió.