Antiguo Convento de Santa Clara inaugura nuevo espacio cultural

25 de febrero de 2020

|

Elaine Caballero Sabugueiro

|

Convento de Santa Clara, Cuba, Cultura, Eusebio Leal Spengler, Oficina del Historiador de La Habana, Patrimonio

 

 

Entre puntales y esperanzas es el nuevo espacio cultural con frecuencia mensual en el antiguo Convento de Santa Clara, que ha sido inaugurado por el Centro de Gestión Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), este 22 de febrero con el Coro Ensamble Vocal Luna.

El otrora templo religioso, concluido para su función original en 1644, se encuentra en remodelación capital para servir como sede del Centro de Formación Académica en Artes y Oficios de la Restauración y Conservación del Patrimonio de Cuba, El Caribe y Las Antillas.

 

 

Con esta propuesta cultural se pretende otorgarle una nueva vida artística a la edificación; de ahí el título del espacio tomado de una frase del Historiador de la Ciudad, Doctor Eusebio Leal Spengler en la conferencia de prensa que se realizó para dar a conocer el plan de obras arquitectónicas por el medio milenio de la ciudad.

En declaraciones exclusivas a Habana Radio, la coordinadora de Entre puntales y esperanzas, Glenda Pérez Fernández, explicó que “muchos de los encuentros serán protagonizados por conferencistas, también haremos entrevistas a personalidades involucradas en la rehabilitación del inmueble. Los encuentros estarían amenizados casi siempre por música, porque fue importante para la vida del Convento como se demostró esta primera vez”.

 

 

Una visita guiada por el especialista del Gabinete de Arqueología de la OHCH Eduardo Martell Ruiz permitió conocer la historia del emblemático lugar, desconocido para la mayoría de los cubanos, ya que estuvo cerrado durante décadas para la población en general. En su etapa inicial, el templo acogió a la orden de clausura de las Hermanas Pobres de Santa Clara, conocida como las clarisas.

Donde se ubicó la iglesia tiempo atrás todavía se conserva, como parte de la restauración, las cajas con los enterramientos, “cada una era de un particular, mientras más cercano se estaba del altar mayor, era sinónimo de que el propietario tenía más rango y recursos”, precisa Martell Ruiz.

 

 

Resultados de estudios antropológicos evidenciaron la existencia de un centenar de enterramientos debido a la cantidad de restos óseos encontrados. “Hay un caso particular donde se hallaron 103 niños enterrados, aquí estuvo la Reconcentración de Weyler y el lugar funcionó como hospital de sangre y pueden estar asociados a este hecho. Los niños fueron encontrados en la capilla mausoleo”.

“También está la famosa leyenda del tesoro de los ingleses –afirma el especialista– que las monjas lo había traído para acá; como estuvo cerrado tanto tiempo dio lugar a muchos mitos. Cuando se compra el Convento por 2 millones 500 mil pesos cubanos se abre por primera vez. Aquí estuvo la secretaría de obras públicas, después tuvo otros usos antes del triunfo de la Revolución, donde fue sede de la compañía de espectáculos”.

 

 

La edificación también acogió durante años el Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología (CENCREM). “Con aprobación de la Unesco se restauraba todo el patrimonio en diferentes soportes, textil, metal, cerámica”, detalla Martell Ruiz.

Otra de las historias impresionantes del Convento es la fuga de la Condesa de Merlín, María de las Mercedes Santa Cruz y Montalvo, la única que logró escapar durante el período que permanecieron las clarisas en este sitio, hasta ser trasladadas a un nuevo templo en el reparto Lawton, ahora la secundaria básica Camilo Cienfuegos Gorriarán.

Este pasaje de la vida de la Condesa aparece reflejado en su libro Los doce primeros años de mi vida. Al respecto asegura Martel Ruiz: “la fuga fue espectacular”.

 

 

El futuro Centro de Formación Académica en Artes y Oficios de la Restauración y Conservación del Patrimonio de Cuba, El Caribe y Las Antillas tendrá cuatro claustros conservados de la estructura original. El primero será dedicado a la docencia, mientras que en el segundo donde se encuentra la Casa del Marino “habrá salas para exposiciones, así como un pequeño alojamiento para profesores invitados”, comenta Norma Pérez-Trujillo, inversionista del Convento.

“El claustro tres, el claustro perdido como se le llama, va a tener una intervención arquitectónica más contemporánea y el cuarto, al decir de Eusebio Leal, será un bello jardín con todos criterios de aprovechamientos de los recursos naturales y sostenibilidad. Se piensa que en ese jardín haya plantas medicinales y comestibles”, añade.

 

 

La experta de patrimonio cultural inmaterial, Gladys Collazo Usallán, será la directora de la institución docente que acogerá a los niveles medio y superior de especialidades relacionadas con las artes y el patrimonio.

 

 

 

El Coro Ensamble Vocal Luna fue el encargado de cerrar el primer encuentro de Entre puntales y esperanzas con buena música clásica.