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Zopilote haciendo daño hasta el final

26 de noviembre de 2020

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Pataleando hasta el último momento, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio luz verde a los demócratas para que empiecen oficialmentela transicióndeasunción del nuevo mandatario, Joe Biden, pero dejando su calumniosa huella de que fue víctimade un fraude electoral.
Así ha formado una base con susmás de 73millones de votantes, que, casualmente, el 73% cree que ha sado víctima de una injusticia, desconociendo que Biden obtuvo la cifra record de más de 80 millones de votos a su favor, el 30% de los cuales es indudablementehijo del voto de castigo a Trump por su mal manejo de la política interior, principalmentesus necedades ante la epidemia de la COVID-19, que ha colocado a EstadosUnidos como el centro de la infección y muerte en el mundo.
Pero quedan aún muchos días para que Biden asuma la presidencia el 20 de enero del 2021, por lo que Trump, nicorto ni perezoso, siguedictando medidas de asfixia y peligro para los pueblos del resto del mundo.
En las últimas horas, ha incrementado el alcance de la Ley César dictada contra Siria, una especie de Helms-Burtonampliada, que dañaprincipalmente a la industria y la salud de la nación agredida durante más de nueve años.
Asimismo, impuso nuevas restricciones contra Venezuela y Cuba, mantuvo las sanciones contra Irán y Rusia, además de la guerra comercial contra China, que ha hecho más daño a la potencia agresora.
Para colmo se ha retractado de otro pacto, esta vez, el de los Cielos Abiertos, lo cual aumenta la posibilidad de una guerra nuclear.
Alrespecto, ha deshechootrostratados con Rusia, abandonado el acuerdonuclear que implicaba a Irán, y otros importantesconvenios a nivel mundial con diversos organismos de Naciones Unidas, como el retiro de la Organización Mundial de la Saludy el relativo al Cambio Climático, anteponiendo, como siempre, las ganancias a la vida humana.
Es mucho el mal que ha hecho, mal que en su propio territorio se denota enel crecimiento de la violencia y el racismo en forma general, así como el aumento de las fortunas de los multimillonarios, en medio de un desempleo y pobreza crecientes.
Ha dejado a una naciónpolarizada, para hacer másdifícil la gobernanza a un Biden, que, dice la lógica,no deberá ser peor que Trump.
Lo cierto es que Biden, de 77 años, respaldado por la más joven Kamala Harris, tratará de poner en práctica un ambicioso programa que pudiera elevar la moral del pueblo norteamericano, hacerle pensar que no todo lo bueno proviene del exceso de consumo y, lo que parece ser más increíble, ser visto con simpatías por el resto del mundo.

 

MUCHO POR HACER

 
Muchas son las cuestiones que Biden pretende abordar y que serán futuro objeto de divulgación y análisis, aunque quisiéramos finalizar con el tratamiento a ciertas cuestiones para la salud, tan alejadas de quienes no ostentan grandes recursos.
Además de dar prioridad a la atención para eliminar la COVID-19, pretende ampliar la financiación federal para la investigación y los servicios de salud mental y trastornos por el uso de sustancias:“Las personas que experimentan problemas de salud mental y trastornos por el uso de sustancias deben tener acceso a atención médica de calidad y asequible mucho antes de que sus situaciones se intensifiquen e interactúen con el sistema de justicia penal”.
El Plan Biden quiere ampliar la cobertura del seguro médico para que más estadounidenses tengan acceso a tratamiento, garantizará el cumplimiento de las leyes de igualdad de la salud mental y duplicará el número de psicólogos, consejeros, enfermeras, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud en las escuelas.
Hará que las personas que deberían recibir apoyo con servicios sociales, en lugar de estar en las prisiones, logren conectar con la ayuda que necesitan, y explica: “Con demasiada frecuencia, las personas que necesitan atención de salud mental o rehabilitación por un trastorno por uso de sustancias no reciben la atención que necesitan. En cambio, terminan teniendo interacciones con la policía que las llevan al encarcelamiento. Lo mismo es cierto para las personas sin hogar. Eso no es justo para esas personas y tampoco para los oficiales de policía. Para cambiar la naturaleza de estas interacciones, la administración Biden financiará iniciativas para asociar a expertos en salud mental y trastornos del uso de sustancias, trabajadores sociales y defensores de la discapacidad, con los departamentos de policía.
Estos proveedores de servicios capacitarán a los oficiales de policía para reducir la intensidad de las interacciones con personas con graves trastornos emocionales antes de que se vuelvan violentas. También ayudarán a los oficiales de policía a aprender cómo acercarse mejor a las personas con ciertas discapacidades, como aquellas con autismo o que sean sordas, para que los malos entendidos no lleven al encarcelamiento.
Esta es una pequeña parte del programa de Joe Biden, el presidente electo de Estados Unidos, el cual, de solo de concretarse en algunas de sus partes, sería de gran beneficio.

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