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Zona de guerra en Dakota del Norte

23 de noviembre de 2016

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Lo que sucede hoy en Dakota del Norte, Estados Unidos, no parece una acción civilizada en pleno siglo 21.
Se trata de la construcción de un oleoducto a un costo de 3 700 millones de dólares de la compañía Energy Transfer Partners que prevé transportar casi 500 000 barriles de crudo al día del campo petrolero Bakken, en Dakota del Norte a una refinería en Patoka (Illinois).
Cuando se lee la noticia, parece que se está facilitando el desarrollo de la zona y ocupando una buena cantidad de fuerza de trabajo. Es decir que el proyecto es beneficioso.
Pero nada más lejos de la realidad, por cuanto, la construcción de ese oleoducto, según los grupos indígenas de la tribu Sioux, de esa región y los ambientalistas, la obra contaminaría las fuentes de agua cercanas y destruiría los sitios sagrados de la tribu.
Asimismo, afirman que la decisión inicial del cuerpo de ingenieros del Ejército estadounidense de permitir la construcción del oleoducto fue tomada sin consultar a las autoridades tribales y sin un estudio exhaustivo previo sobre los impactos, según un despacho de Rusia Today.
Otro medio de prensa, The Guardian, refleja en sus noticias que en Dakota del Norte, la construcción del oleoducto ha avanzado rápidamente hacia los campamentos de protesta y el río Misuri.
A principios de noviembre, los líderes tribales informaron que el proyecto de construcción parecía estar a punto de terminar y se situaba a pocos kilómetros las fuentes de agua. La tribu alertó de que la excavación ya había perturbado los cementerios sagrados y de que si el proyecto pasaba por debajo del río y se acercaba más a la reserva podría causar daños irreversibles a su tierra y a su patrimonio cultural.
Otro despacho de RT, cita al abogado norteamericano Robert Kennedy Jr, quien refiere que el oleoducto Dakota Access “enriquecerá a unos cuantos multimillonarios”, pero “empobrecerá al resto del país y herirá profundamente a la humanidad”.
Kennedy explicó que el oleoducto “creará más contaminación por carbono que 29 centrales eléctricas que queman carbón”; atravesará e interrumpirá el curso de 209 arroyos y provocará “todo tipo de problemas” con áreas culturales y camposantos indios, entre otros daños.

Sin embargo, todas estas advertencias no han sido tomadas en cuenta por las autoridades norteamericanas y la empresa que emprende el proyecto.
La víspera, más de 167 personas fueron heridas mientras protestaban por la construcción de la conductora, luego de ser reprimidas por la policía de Dakota del Norte.
Del total de heridos hay siete hospitalizados con lesiones graves en la cabeza y tres de ellos son ancianos de la tribu de los Sioux.
“Realmente parece una zona de guerra, no se siente que estamos en EE.UU. en 2016”, ha dicho un manifestante calificando la situación de “muy aterradora”, refiere un despacho de RT.
Se trata, en mi opinión, de otro frente abierto por un sistema empeñado en multiplicar ganancias de los que ya son ricos, no importa lo que pueda suceder con el resto de la sociedad.

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