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Yemen: patrimonio en peligro

31 de marzo de 2015

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La UNESCO ha encendido las alarmas y lanzado una exhortación a los habitantes de Yemen y a los países participantes en la operación militar contra el movimiento chií de los hutíes a que protejan el patrimonio cultural de esa nación.
“El patrimonio de Yemen es único. Refleja siglos de reflexión sobre el islam, de intercambios y de diálogo”, dijo la directora general del organismo, Irina Bokova, citada por BBC Mundo.
La directiva señaló de igual forma que el patrimonio cultural de una nación es “esencial”, porque permite a sus ciudadanos “preservar su identidad, sacar provecho de su diversidad e historia y construir un futuro pacífico”. “La experiencia demuestra que el patrimonio cultural nunca es más vulnerable que en período de conflicto.
Se trata de un país con una gran riqueza patrimonial expuesta ahora a los avatares de un conflicto inter étnico agravado por la participación militar extranjera.
Yemen cuenta con cuatro sitios reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, como son la antigua ciudad amurallada de Shibam: la Ciudad Vieja de Sanaá; la Ciudad Histórica de Zabid y el Archipiélago Socotra; este último como sitio natural.
Las divergencias entre grupos étnicos tienen su asiento en la lucha por el acceso al poder entre los que se consideran marginados y los que lo ostentan.
No olvidemos que se trata del país más pobre de todo el Oriente Medio, el que, además de su gran patrimonio cultural, tiene una ubicación geográfica estratégica respecto al estrecho de Bab el-Mandeb por donde transita el 38 por ciento de la carga mundial, fundamentalmente del petróleo que se envía por los grandes productores de la zona hacia el mercado occidental.
Tal condición lo hace más vulnerable ante quienes, como Arabia Saudita, vecina de Yemen y mayor exportador mundial de petróleo, ha intervenido militarmente con el pretexto implícito de garantizar su vía principal de comercio internacional.
La nación está golpeada por grandes dificultades internas como el desempleo, los altos precios de los alimentos y los servicios sociales, muchos de ellos sin acceso a los más pobres que, según datos recientes han llevado a unos 10 millones de yemenitas a la inseguridad alimentaria.
A la hora de analizar el actual conflicto en Yemen, además de la realidad social que vive la nación, vale recordar que los hutíes que ya controlan grandes territorios del noroeste, son una rama del grupo zaidí chiita, que componen un tercio de la población y gobernaron en Yemen del norte durante mil años, hasta 1962.
Los hutíes se oponen a los actuales gobernantes encabezados por el presidente Abd Rabdo Mansur Hadi, de quien se dice se encuentra protegido en la capital de Arabia Saudita, luego que sus oponentes irrumpieran en Sanáa.
En las actuales circunstancias, ha hecho su presencia el grupo Al Qaeda en la Península Arábiga, también conocida bajo el nombre de Asnar al-Sharia, y desde finales del 2014 la situación se complicó aún más, cuando irrumpió en el país un grupo del Estado Islámico, que se ha responsabilizado de una serie de atentados suicidas realizados en Sanáa en marzo de 2015.
La realidad es una: Yemen vive preludios de una guerra civil, y quienes bombardean pueblos y ciudades para supuestamente acabar con el conflicto, lo único que pueden lograr es más muertos y heridos y más daños materiales que hacen peligrar la estabilidad del país y su patrimonio cultural.

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