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Verde, que no te quiero, verde

22 de abril de 2017

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Parafraseó de manera antónima al poeta en esta época en que el dólar sigue desentusiasmado, en un alza y baja inconsecuente, y no responde a las políticas preconizadas por el presidente Donald Trump, quien ha tenido que abandonar por el momento la ridícula idea de echarle las culpas a China, cuando a Beijing lo que menos le interesa es la debacle de la moneda verde de uno de sus principales socios comerciales.

De todas maneras, China tiene muchos bonos del Tesoro estadounidense, no recuerdo si tanto como Japón, y refuerza sus lazos con naciones que han exhibido al yuan chino como la principal moneda de intercambio.

Así, hace unos días, Beijing y Moscú sellaron nuevos acuerdos comerciales que serán cancelados en yuanes, los cuales fueron antecedidos hace algún tiempo por un convenio calificado de histórico sobre suministros de energéticos rusos a su gran vecino asiático.

Una de las razones que fortalece a la moneda china es la abundancia de relaciones comerciales con Asia, Europa y América Latina En el denominado Viejo Continente se han abierto espacios donde se transan libremente en yuanes y euros, en tanto Austria, Noruega, Franca y Lituana han declarado oficialmente que sus bancos centrales atesoran la moneda china.

En Asia, Australia, Hong Kong, Indonesia, Japón, Corea del Sur, Macao, Malasia, Nepal, Paquistán, Singapur y Tailandia han confirmado al yuan como moneda de reserva, en tanto, en América del Sur, Chile, Bolivia y Venezuela, así como los africanos Kenia, Ghana, Sudáfrica, Nigeria y Tanzania caminan en esa dirección.

El hongkoniano South China Morning Post informó que al menos 40 bancos centrales han invertido en el yuan, y ello va en aumento, lo cual la va transformando en un activo de reserva.

Por el contrario, el billete verde, el dólares, aunque sigue siendo la moneda de reserva más extendida en el mundo, su tenencia sigue cayendo, y hoy representa algo más de la mitad del 60% de hace algunos años.

Aunque Est6ados Unidos arrastra a Europa y sus principales socios asiáticos a peligrosas confrontaciones militares, tanto contra Rusia como contra la República Popular Democrática de Corea, la principal batalla es –solo opacada por una guerra nuclear, nunca descartable– en el terreno económico.

De ahí que la seguidilla de sanciones contra Rusia no ha impedido la actividad de los bancos centrales en el reclutamiento de yuanes, y ello ocurre, como indicamos anteriormente, en por lo menos 40 naciones del mundo.

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