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Venezuela: voto y realidad (I)

30 de noviembre de 2015

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Cuando analizamos el panorama de muchos países latinoamericanos, resulta más que complicado buscar explicaciones a procesos electorales que, como en Argentina, dieran la victoria al candidato de la oposición.
Y es difícil explicarlo cuando se sabe que los gobiernos argentinos de Néstor y Cristina, dejaron sentada una base sólida de logros sociales, como nunca antes se había logrado en la época republicana.
Pero hoy, en este comentario, quiero referirme a Venezuela, otra nación sudamericana y quizás la más aventajada del mundo si tenemos en cuenta lo alcanzado durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Entonces viene la pregunta: ¿Cómo es posible que muchas personas den su voto a la oposición venezolana, es decir, que se pongan en el bando contrario a quienes tienen en su haber logros irrebatibles jamás obtenidos en esa nación?
Es lógico que con la oposición venezolana estén los oligarcas –que hay muchos en ese país– y que, por supuesto, a través del dinero –de dentro y de fuera– se puedan comprar algunos votos que es igual a decir algunas conciencias de personas que no quieran reconocer lo conquistado por la Revolución Bolivariana.
¿Cómo entender que a la hora del voto se puedan depositar las papeletas en las urnas de quienes sabotean la economía del país; atentan contra las redes eléctricas, hacen atentados terroristas contra sus conciudadanos; y se alinean sin ningún recato a gobiernos externos a los que solo le interesa acabar con la obra social venezolana y apoderarse del petróleo del país?
Lo hecho en los últimos 16 años en Venezuela se puede calificar de fabuloso, único en el mundo; ejemplo para otros países con recursos energéticos que son explotados por transnacionales que para nada les importan los hambrientos, analfabetos o enfermos.
Como publicó Telesur en su página web, las misiones diseñadas y ejecutadas por el Gobierno venezolano en los últimos años fueron las piezas clave para que el país lograra avanzar a pasos agigantados en el cumplimiento de las Metas del Milenio, establecidas en el año 2000 por la Organización de Naciones Unidas (ONU), a fin de desarrollar una mayor equidad e inclusión social para la población.
En octubre de 2014, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) otorgó un reconocimiento especial a Venezuela por su “excelente” política para la erradicación del hambre.
Se ha constatado nacional e internacionalmente que el porcentaje de familias en pobreza extrema disminuyó de 21 a 7,3 por ciento entre 1998 y 2011. Una verdadera proeza que no tiene comparación con otra nación.
En lo que respecta al salario, en los últimos 16 años se han realizado un total de 32 ajustes salariales, 22 a lo largo del mandato de Chávez, y los otros 10 durante los dos años de gestión de Nicolás Maduro. Cuatro de estos aumentos se han hecho en 2015.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el desempleo registra una disminución significativa al pasar de 12,0 por ciento en noviembre de 1999 a 5,9 por ciento en ese mismo mes pero de 2014.
Esto quiere decir que son millones los trabajadores beneficiados con empleos dignos y bien remunerados a lo largo de esta década y media de gobierno bolivariano.
En hechos como los descritos y otros ejemplos que pondremos en próximos comentarios está la gran verdad, el gran voto por la continuidad de la obra bolivariana y por la unión de todo el pueblo venezolano para cerrar el paso a una oposición que solo quiere apoderarse de los recursos del país y acabar con la gran obra social de la Revolución Bolivariana.

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