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Vana ilusión

31 de agosto de 2016

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Norteamericanos y alemanes siguen dominando el escenario preparado por el imperialismo para tratar de debilitar primero y destruir a Rusia después.
EE.UU. ha fortalecido todo su andamiaje bélico en el continente europeo, con la instalación de nuevos y más modernos misiles con portadores del arma nuclear en Alemania, elevando la complejidad de los ejercicios bélicos con Ucrania y Polonia, y montar un andamiaje hostil en este aspecto en las fronterizas repúblicas del Báltico.
En todo este contexto cuenta con la derechización de los gobiernos europeos, incluidos aquellos que se tildan de socialdemócratas.
A la mayor influencia económica de Estados Unidos y Alemania, se suma el hecho de que todos están implícitamente contra Rusia y aplauden los movimientos que el presidente Barack Obama ha realzado para, antes de abandonar el poder, establecer una virtual y nueva Guerra Fría, en el que tiene un lugar importante defender a toda costa al gobierno reaccionario y fascista que el imperialismo ayudó a instalado en Kiev.
El movimiento interno de algunos sectores alemanes para evitar que la canciller Ángela Merkel obtenga un cuarto mandato consecutivo, no interfiere nada en el plan antirruso y solo son movidas para evitar que Berlín siga una política acerca de la inmigración que perjudica supuestamente al país, porque, en verdad, quienes llegan a suelo teutón son tanto o más explotados laboralmente que el obrero local.
Lo cierto es, subrayo, que los integrantes del Grupo de los 7, incluido Japón, está siendo controlado por norteamericanos y alemanes, y estos últimos están extendiendo sus influencias más allá de posiciones discretas y de los intereses de sectores industriales que buscan abrir camino al comercio y las exportaciones con Rusia.
Cuando Merkel abraza la política norteamericana de agresión, sanciones y militarizaciones es todo un peligro, porque Alemania está a las puertas de Rusia, y siempre era la punta de lanza para cualquier agresión, incluso en el período de la Unión Soviética, cuando gobernaba un partido comunista en la República Democrática Alemana,
Cualquier declaración ahora sobre distensión no es real, incluso cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte presionó a Turquía para que contemporizara momentáneamente con Moscú.
Hay peligro de que cualquier pretexto pueda detonar una confrontación militar, y ello es posible cuando se dibuja una falsa imagen sobre Rusia, presentándola como una amenaza.
El otro grave peligro es que hay algunos estrategas norteamericanos que todavía piensan que con un golpe sorpresivo, diría traicionero, aseguraba la “victoria” de Estados Unidos, pero Rusia ha demostrado que tiene suficientes recursos para contraatacar y eliminar al agresor.
Sería una destrucción mutua, porque los enemigos de Rusia piensan que esta nación es vulnerable, sin pensar que también ellos lo son.
Destruir sin serlo es una vana ilusión.

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