Unión para el terror
13 de marzo de 2015
|No importa que en un caso el nacimiento del grupo terrorista denominado Estado Islámico, haya tenido su asiento en los países del Oriente Medio, específicamente en Irak y Siria y que otro grupo, Boko Haram, con similares actitudes terroristas naciera en tierras del África Negra, fundamentalmente en Nigeria.
Lo real es que en ambos casos —y quizás se pudieran agregar otros— se observa un creciente estado de terror que hace sumar por decenas de miles los muertos y heridos, y que las más extremas expresiones de barbarie circulen hoy por todo el mundo a través de vídeos filmados por los mismos que decapitan personas o secuestran niñas y niños que luego obligan a prostituirse.
La última noticia sobre el accionar de ambos grupos se refiere a la decisión de unirse el uno con el otro, quizás con la aspiración de llevar a más lugares sus acciones terroristas o hacerse más fuertes en uno que otro de los frentes que tienen abiertos en varios países.
Como estamos en época de Internet y el mundo de la informática llega a cualquier parte del planeta, el supuesto líder de Boko Haram, Abubukar Shekau, hizo la proclama de la unión a través de la red social Twitter.
“Anunciamos nuestra lealtad al califa… y vamos a escuchar y obedecer en tiempos de dificultad y prosperidad”, dice la voz subida a la red de redes, que termina con un llamado a los musulmanes de todo el mundo a jurar lealtad al califa.
De acuerdo con un reporte de la BBC, con este paso, Boko Haram sería el último de varios grupos del norte de África y la Península Arábiga en unirse al EI; ya que en noviembre del año pasado, por ejemplo, el líder del EI, Abu Bakr al Baghdadi, conocido por sus seguidores como el califa Ibrahim, aceptó las promesas de lealtad de yihadistas de Egipto, Libia, Argelia, Yemen y Arabia Saudita.
Lo que ocurre ahora con Boko Haram se veía venir, por cuanto el grupo nigeriano ha adoptado estrategias de comunicación propias del Estado Islámico, como es el caso de la emisión de videos en las redes sociales.
Particularmente Boko Haram, responsable en los últimos años de los más variados y feroces actos de terror contra poblaciones nigerianas, se dio a conocer en el año 2009, cuando se propuso imponer un régimen islámico extremo en el norte de ese país africano.
El balance de su actuar se refleja no solo en los miles de ciudadanos que ha asesinado, sino también en la migración de poblaciones enteras amenazadas por el terror imperante a la par con la crisis humanitaria que afecta a los lugares donde actúa.
El empleo de bombas contra asientos poblacionales no solo ha sido frecuente en el nordeste del país, sino que ha llegado hasta la propia capital, Abuja, lo que ha obligado a retrasar unas seis semanas la realización de las elecciones, por falta de seguridad para las mismas.
En el caso del Estado Islámico, grupo terrorista con bases fundamentales en Irak y Siria, ha divulgado posibles formaciones de sus militantes en tierras de Afganistán y Pakistán.
Evidencian este tipo de acciones y las posibles uniones entre grupos como el Boko Haram y el Estado Islámico, el fracaso de las acciones militares emprendidas en su contra por países occidentales que primero vendieron armas y municiones a los mismos y ahora se proponen destruirlos desde el aire, con bombardeos constantes que muchas veces causan grandes daños materiales y humanos entre la población civil de uno y otro país.
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