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Una suma para restar

16 de mayo de 2017

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Son datos que provocan alarma y desconcierto. Es demasiado el dinero que va y viene producto del crimen organizado, la droga, el tráfico de seres humanos, la venta de órganos y otros negocios sucios salidos de la avaricia de los hombres y de los sistemas basados en la injusticia y las desigualdades sociales.

Según un estudio de la Global Financial Integrity, Transnational Crime and the Developing World, la red francesa de noticias Voltaire, saca a la luz escalofriantes cifras de las ganancias implicadas en los más horrendos manejos mercantiles donde el ser humano no importa para nada y la acumulación de riqueza importa para todo.

Se trata, sin lugar a dudas, de una suma que al final solo sirve para restar. Se suma el dinero pero se resta el valor de la vida.

Cómo imaginar que en este mundo donde más de 1000 millones de seres humanos pasan hambre, el dinero en juego por actividad delincuencial, es de entre 426 000 millones a 652 000 millones de dólares por narcotráfico; de 1 700 millones a 3 500 millones por venta de armas ligeras y pequeñas y de 150 000 a 200 000 millones por tráfico de personas.

De igual forma las ganancias que se obtienen del tráfico de órganos humanos es de entre 840 millones y 1 700 millones; de 1 200 millones a 1 600 millones por tráfico de bienes culturales; de 923 000 millones a 1 billón 130 000 millones por falsificación y piratería; y de 5 000 millones a 23 000 millones por comercio ilegal de vida silvestre.

Súmese a esto que por pesca ilegal se reportan ganancias de entre 15 500 millones a 36 400 millones; de entre 52 000 millones a   157 000 millones por tala y tráfico de madera; de 12 000 millones a 48 000 millones por minería ilegal, y de entre 5 200 millones a 11900 millones de dólares por robo de petróleo crudo.

Son cifras aplastantes, sin duda. Pero detrás de ellas se esconde el mal peor: el desprecio por la vida humana, por los valores, por quienes en este mundo se enfrentan a diario a estos extremos de pobreza espiritual y moral.

Las actividades de las organizaciones del crimen trasnacional generan entre 1.6 y 2.2 billones de dólares estadunidenses al año en todo el mundo. El monto no sólo llena los bolsillos de los perpetradores. Los recursos sirven también para financiar la violencia y la corrupción en países de los cinco continentes, refiere el despacho de Voltaire.

En el desglose de la cantidad de dinero involucrado en cada una de las fundamentales actividades criminales e ilegales, sobresale el mercado mundial vinculado al narcotráfico, que por sí solo significa un tercio de todo el valor de los negocios del crimen trasnacional. La droga ilegal que más se trasiega y mayor dinero significa es la marihuana, seguida de la cocaína, los opiáceos (extraídos de la amapola, como la morfina y la heroína) y los estimulantes de tipo anfetamínico (ATS, sigla del inglés Amphetamine-Type Stimulants).

El tráfico ilegal de armas, con su valor agregado negativo por el uso que se haga de ellas, representa entre el 10 y el 20 por ciento del comercio total de los armamentos.

Una actividad comercial, condenada unánimemente, es el tráfico de personas, uno de mercados criminales de mayor crecimiento en las últimas décadas, pues más de 21 millones de hombres, mujeres y niños de todo el mundo son víctimas de la trata de seres humanos.

Sólo en la región Asia-Pacífico el mercado genera anualmente 51 800 millones de dólares con alrededor de 11 millones 700 000 víctimas.

Pienso que solo estas muestras que expone la red Voltaire pueden aportar luz ante un fenómeno que está penetrando como quiste maligno hasta lo más profundo de los seres humanos; para unos, con el apetito loco de obtener más ganancias y para la mayoría como presa de prácticas verdaderamente enajenantes que convierten en víctimas a millones de seres humanos. Unos mueren por esa práctica y otros, los más, quedan cercenados por tan criminal acción.

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