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Una sociedad vulnerable

28 de octubre de 2013

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Los terremotos y otros desastres naturales que han tenido lugar con mayor incidencia este año en nuestro planeta revelan a las claras que los problemas inherentes a los cambios en la Naturaleza son agravados por las ambiciones depredadoras de los egoístas de este mundo, encabezados por quienes tratan de implantar órdenes desde el establishment norteamericano.
Ello demuestra la vulnerabilidad de nuestra sociedad, agravada por las naciones ricas, que necesitan desesperadamente que los pobres consuman; de lo contrario se paralizarían sus centros productores de bienes y servicios.
En este contexto, nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro, expresó en una carta al ex presidente brasileño Luiz Ignacio Lula da Silva que los países ricos deben utilizar sus computadoras “para calcular cuántos millones de millones deben invertir para que las naciones pobres se desarrollen sin destruir la vida y la ecología en nuestro planeta”.
El mundo en que vivimos está expuesto a la Naturaleza, como el movimiento de las placas tectónicas de la Tierra, tsunamis, huracanes, inundaciones y terremotos. El primero es netamente imposible de controlar, y los demás pueden ser agravados por las acciones del hombre.
El movimiento de las placas tectónicas hace que los continentes y los océanos estén cambiando continuamente de forma y de posición, lo que afecta al clima, debido a que su cercanía o lejanía de los polos, la temperatura tiende a subir o bajar. Se pueden crear nuevas montañas, cañones, islas, volcanes, etcétera, además de la repentina aparición de terremotos y tsunamis, por ejemplo.
Este necesario didactismo es bueno para saber o recordar que el dióxido de carbono es capaz de retener el calor, por lo que juega un papel importante en la regulación de la temperatura global.
Sus principales causas son el llamado efecto invernadero, que es la acumulación de gases que atrapan la radiación solar cerca de la superficie terrestre, lo cual provoca el calentamiento de la Tierra y el deshielote los casquetes polares, incrementando así la cantidad de agua y la disminución del área de la corteza continental. Esto provoca tormentas más intensas y una distribución diferente de las precipitaciones, que, a su vez, causan sequías inundaciones.
Otras de las consecuencias que trae el descontrol de los productos contaminantes, es la destrucción de la capa de ozono, ya que los rayos solares entran con mayor facilidad al planeta e incrementa su temperatura. Entre esos contaminantes destaca el uso de los clorofluorocarbonos o CFC, que se encuentran en los refrigerantes y en algunos aerosoles, y que saturan el aire con cloro, lo cual daña la capa de ozono.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha expresado que los desastres naturales vinculados con eventos meteorológicos extremos concuerdan con un aumento generalizado de la temperatura, tal como hemos estado sufriendo desde hace años. Así, el deshielo ha causado la desaparición de lagos que se formaban sobre la superficie de los glaciares de Groenlandia, y varios estudios advierten sobre la posibilidad de que desplazamientos hacia el mar aumenten los niveles marinos, tal como ha sucedido cerca de las costas de la India.
Por ello, se infiere que un desastre natural pone al descubierto la vulnerabilidad de las naciones y de las personas, porque no todos toman medidas preventivas como Cuba, un país subdesarrollado, pero donde salvaguardar la vida es una prioridad.
Por el contrario, y para empeorar las cosas, los países ricos suelen dar preferencia  en sus programas de ayuda a las naciones que están en línea con sus prioridades de política exterior.
Esto implica a la nación que más envenena el medio ambiente, Estados Unidos, la principal consumidora y derrochadora de energía en el mundo, culpable de la actual crisis económica, y que inventa pretextos para negarse a cualquier medida de protección medioambiental que afecte a sus intereses.

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