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Una paz imposible

30 de enero de 2020

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Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, juega con un posible proceso de paz en la tierra palestina, como si de lo que se tratara es de cambiar fichas y repartir dinero… por supuesto, siempre en detrimento de los palestinos y en beneficio de Israel.

Por eso me atrevo a asegurar que la paz será imposible mientras ese conflicto sea tratado allende los mares, y desde los salones de la Casa Blanca, el Congreso o el Pentágono estadounidense se tracen hojas de ruta o se lancen al éter llamados Acuerdos del Siglo.

No es la primera vez que Washington –con la presencia del primer ministro israelí y sin ningún representante de la Autoridad Nacional Palestina– se arroga el derecho a «decidir» en un asunto donde el mayor afectado no es ni siquiera consultado.

La última de estas mentiras fabricadas, esta vez por Donald Trump, y con el pomposo calificativo de Acuerdo del Siglo, la dio a conocer el propio mandatario, en presencia del premier israelí Benjamín Netanyahu.

BBC Mundo describe el instante de la siguiente forma: «Por momentos, el ambiente en la Sala Este de la Casa Blanca parecía más una fiesta que una conferencia de prensa.

El anfitrión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el invitado de honor, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se miraban con mutua adulación.

Los invitados, que formaban parte de los séquitos de los dos líderes, aplaudían y gritaban.

Los aplausos más fuertes fueron para el momento en el que se recordó lo que Trump ha hecho por Israel».

Estoy seguro que Trump sabía que los palestinos y la comunidad internacional no aceptarían dicho Plan por cuando implica –como ya lo intentaron otros– mutilar aún más a los territorios palestinos, desarmar a su movimiento Hamas, permitir a Israel que siga ocupando los territorios árabes que ha quitado a sus moradores y concederle el dominio total de Jerusalén, entre otros aspectos.

Ante tantos favores dl mandatario estadounidense, el primer ministro Netanyahu dijo que «el día sería tan recordado como el de la independencia de Israel en 1948».

El premier israelí quedó complacido por Trump que le ofrece todo lo que quiere, mientras los palestinos siguen privados de su propia tierra.

El momento escogido por ambos mandatarios para dar a conocer esta aberración de plan de paz, no fue al azar. Se trata de presentar ante el mundo a un Trump hablando de paz y a un Netanyahu aceptando con humildad lo que su amo ha hecho. Recordemos que el presidente de Estados Unidos vive un momento de juicio político y Netanyahu enfrenta cargos criminales de corrupción, soborno y abuso de confianza. Ambos, aspiran a reelegirse en las elecciones de este año.

Trump, autoconvencido de su «hazaña», no olvidó su manera de actuar y hasta amenazó a los palestinos cuando dijo que esa era «su última oportunidad».

Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, respondió que: «Ni Jerusalén ni los derechos palestinos están a la venta ni expuestos a la negociación»

Por lo pronto, seguirá siendo la paz una cuenta pendiente para millones de palestinos, mientras sean los gobiernos de Estados Unidos quienes quieran decidir los destinos de esas personas.

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