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Una cuña que puede dividir

13 de febrero de 2014

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Un análisis objetivo me hace pensar que los países agrupados en la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile, Perú, México) y Costa Rica como aspirante, debían meditar con profundidad el “alcance” de ese grupo y la posible cuña divisoria que podría crear en medio del proceso de integración latinoamericana.
Nada bueno se puede esperar cuando “todos los países que están firmando esta Alianza tienen un requisito: tener un TLC con EE.UU. Y eso le va a permitir a Washington ir montando una especie de ‘Alquita’, que compense por el fracaso de su pretendida Área de Libre Comercio para la Américas, ALCA, refiere BBC Mundo, que ha consultado con especialistas en la materia.
“También es una forma de catapultar a estos países al llamado Acuerdo Transpacífico, que Estados Unidos está impulsado como alternativa a la OMC, para permitir formas mercantiles ilegítimas como el dumping y el endurecimiento de las normas de propiedad intelectual y así consolidar toda una serie de nuevas reglas a favor de las grandes corporaciones”, agregó el despacho.
En la foto de la cita, celebrada en Cartagena de Indias, Colombia,  dos de los cinco mandatarios que aparecen, dejan de serlo en las próximas semanas. Me refiero al chileno  Sebastián Piñera, ya en retirada luego de la elección de Michelle Bachelet para sustituirlo; y Laura Chinchilla, de Costa Rica, en proceso de dejar la presidencia  cuando se produzca en los próximos días la segunda vuelta electoral en esa nación centroamericana.
No olvidemos que en fecha muy reciente se efectuó en La Habana la  Cumbre de la CELAC, donde todos los mandatarios —sin excepción— se pronunciaron por fortalecer la unidad latinoamericana y caribeña.
Me parece prematuro e ilusorio pensar —como ya han expresado algunos de los involucrados en la Alianza Pacífico— que tal intención hará más prósperos a sus  países.
En este contexto debe tenerse en cuenta la experiencia —bastante negativa para productores, campesinos y pequeñas empresas— que han dejado ya los TLC que estas naciones han firmado con Estados Unidos.
En México, por ejemplo, la “invasión” del maíz transgénico ha ido en detrimento de la producción nacional del grano y por ende, miles de campesinos y sus familias han perdido su medio de sustento económico.
Otro tanto está pasando en Colombia donde los reclamos de pequeños productores agrícolas, las marchas de protestas y la condena a tales prácticas se han hecho cotidianas en gran parte del territorio.
Y es que la decisión de suscribir un acuerdo que desgravará las importaciones de hasta el 92% de los bienes y servicios provenientes de México, Perú y Chile no ha caído nada bien entre aquellos que consideran que los tratados de libre comercio son la principal razón para la crisis de la industria y el campo de Colombia.
En tal sentido, para el economista colombiano Aurelio Suárez, la conformación del bloque Alianza del Pacífico responde más a los intereses de Estados Unidos que a los países de la región.
Es cierto que el proceso de libre comercio dentro de la Alianza del Pacífico se mueve bastante rápido y sus impulsores valoran con mucha vehemencia la suscripción de acuerdos para eliminar los aranceles de importación para el 92% de los bienes y servicios que comercian entre ellos.
No es algo nuevo, porque todas las naciones que integran la Alianza tienen tratados con Estados Unidos y, precisamente esas medidas liberadoras han provocado la invasión de productos subvencionados provenientes de la mayor economía del mundo que inundan los mercados nacionales y hacen mella en  los productos de esos países, en amplia desventaja con la libre competencia con los del Norte.

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