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Un NO allende los mares

6 de julio de 2015

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Este último domingo no fue precisamente de jolgorios para los líderes europeos, principalmente los más decisores dentro de una Unión que vio estremecerse sus cimientos luego que un 61% de los griegos dijera NO a las exigencias de una troika que demanda más recortes sociales y por tanto más desgracias para la nación helena.
Luego de conocerse los resultados, el primer ministro, Alexis Tsipras, aseguró que la decisión popular “no es una ruptura con Europa”, sino que “refuerza nuestro poder de negociación”, en particular en el tema de la deuda (cerca del 180% del PIB), que espera se trate en la mesa de negociación.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, aseguró que los resultados son “una herramienta que servirá para tender una mano cooperativa a nuestros socios”, y aseguró que a partir de este lunes el gobierno trabajará con sus acreedores para “encontrar un terreno de acuerdo”.
El estruendo del NO viajó velozmente hasta las capitales alemana y francesa donde sus respectivos dignatarios, la canciller Angela Merkel y el presidente galo, Francois Hollande, decidieron convocarse este lunes en París para analizar el revés de los planes europeos y convocar una reunión urgente de los jefes de Estado de esa región para abordar la forma de actuar respecto a Grecia tras el referendo.
No obstante, ambos mandatarios dijeron que “hay que respetar la votación del pueblo griego aunque sea un duro golpe a las medidas de austeridad del Fondo Monetario Internacional el Banco Europeo y la Comisión Europea”.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien había hecho campaña abierta por el Si en el referendo griego, aseguró que “la victoria del NO es muy lamentable”.
Un despacho de AFP señala que en España, el “NO” griego fue muy bien recibido por el partido Podemos, que promete también el fin de la austeridad y una alternativa en Europa. Su líder, Pablo Iglesias, celebró en Twitter la victoria de la democracia en Grecia.
La agencia inglesa Reuters se refería anoche a que cuatro grandes crisis en la periferia de Europa amenazan con engullir a la Unión Europea, lo que podría hacer retroceder décadas el ambicioso proyecto de unificación continental iniciado tras la Segunda Guerra Mundial.
Y agrega: Con su destino aún por aclarar, el caso de Atenas ha dejado en evidencia que los fundadores del euro fueron ingenuos cuando dijeron que la pertenencia a la moneda única era irrompible.
Ahora, los socios de la EU podrían intentar contener el problema después de la salida de Grecia, cuando el mal ya está hecho, y moverse con velocidad para mantener unidos al resto de los miembros, quizás enmendando algunos de los defectos de diseño iniciales de la unión monetaria.
Según la propia agencia inglesa “el colapso económico de Grecia, además del sufrimiento que causaría y la pérdida de miles de millones de euros que supondría para los contribuyentes europeos, podría agravar las otras crisis a las que se enfrenta Europa y desestabilizar el frágil sur de los Balcanes”.
La exigencia de Reino Unido de renegociar los términos de su pertenencia a la Unión, y su decisión de someterlo a un referéndum de resultado incierto en 2017 aumenta el riesgo de que el bloque pueda perder a su segunda mayor economía.
Estas reacciones forman parte del gran alboroto que se ha creado allende los mares tras un domingo de NO en Grecia y de angustias y pesadillas para los líderes europeos que se saben presa de sus propias contradicciones.

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