Un mito yanqui que se derrumba
21 de julio de 2025
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Los distintos gobiernos imperialistas, expansionistas y depredadores que han ocupado el mando de ese país a lo largo de dos siglos y medio, esgrimieron constantemente y según sus intereses el noble concepto de los derechos humanos -nacido con la Revolución Francesa- y confirmado sucesivamente desde entonces por otros documentos históricos, nacidos con posterioridad en aras del cumplimiento y la defensa de ese fundamental derecho para los seres humanos y para la humanidad en su conjunto.
Uno de los más recientes y vigentes, que así los recoge expresamente, es la Carta de Naciones Unidas, aprobada unánimemente en 1947 como consecuencia de la fundación de la Organización de Naciones Unidas (1945) y de la derrota del nazifascismo que, según se creía, había quedado aplastado e imposibilitado de resurgir tras la Segunda Guerra Mundial y sus resultados.
No ha transcurrido un siglo desde entonces y ya se evidencia el error de aquella ingenua suposición. El mundo de hoy ve con estupor cómo algunos viejos participantes en la derrota del nazifascismo se convierten en la práctica en sus aliados de hoy y rejuvenecedores, actualizándolo con algunos pocos cambios cosméticos que les sirven de justificación y apoyo a tan insólita decisión.
El gobierno imperialista de Estados Unidos y algunos de sus socios europeos se suman hoy a un mazifascismo “de nuevo tipo” y ello queda en evidencia cuando se analiza lo ocurrido alrededor del llamado “conflicto ucraniano”.
Por el camino ha perecido hecho trizas el verdadero concepto original de los derechos humanos contenido en la Carta de Naciones Unidas y las funciones que debía cumplir la paralizada ONU en su observación y ejercicio, con excepción de los funcionarios honestos que han alzado valientemente su voz contra el genocidio en Gaza, como la relatora Albanese.
El mito yanqui de los “derechos humanos” puesto al servicio de los intereses del gobierno imperialista de Estados Unidos ya había sido puesto en práctica en numerosas ocasiones anteriores, tergiversado y manipulado a capricho o mediante el uso de la fuerza, pero en los últimos tiempos diríamos que quedó definitivamente descalificado y fuera de juego.
La interpretación yanqui de los “derechos humanos”, unida a Israel. dejó de funcionar a partir de su retirada del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, junto a la entidad sionista, que también huyó de ese foro.
Por su parte, la Carta de Naciones Unidas se libró de tanta hipocresía y cinismo.
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