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Un escándalo sin fin

6 de marzo de 2018

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Parecía que todo se había escrito y conocido sobre uno de los escándalos más sonados, no solo en América Latina y el Caribe, sino a nivel mundial.

Sin embargo las últimas semanas han traído nuevamente a los titulares de la prensa peruana e internacional el papel jugado por la empresa brasileña Odebrecht, nada menos que en las elecciones donde fue elegido como mandatario de esa nación Pedro Pablo Kuczynski.

En los primeros días de marzo la líder progresista peruana Verónika Mendoza pidió la destitución del gobernante y que sea sancionado severamente, junto a otros políticos, quienes recibieron fondos para sus respectivas campañas electorales.

La también Presidenta del Movimiento Nuevo Perú hizo la denuncia mediante un video, mientras que el también progresista Frente Amplio solicitó la inmediata prisión preventiva del ex presidente Alan García, quien vive en España y de la líder neoliberal Keiko Fujimori, por iguales razones, según despacho de la agencia Prensa Latina.

El mes de marzo “calentó” el escenario político cuando Luís Carranza, ex colaborador del actual Presidente, lo comprometió como elemento clave en el proceso de un contrato con la empresa brasileña que se obtuvo mediante soborno.

El también ex titular de Economía con el ex gobernante Alejandro Toledo, declaró en contra de importantes figuras políticas de esa nación ante una comisión parlamentaria que investiga las coimas recibidas por funcionarios peruanos en su relación con la empresa brasileña.

Mendoza fue categórico al afirmar, “nuestra democracia, nuestro Estado están secuestrados por el poder del dinero; el sistema, las reglas de juego están hechas para favorecer siempre a los poderosos por encima de los derechos de la gente. Todo se compra, todo se vende, todo es mercancía, la salud, la educación, la naturaleza y hasta la gente’, agregó.

Para concluir que todos los acusados por recibir fondos deben ser investigados y sancionados, “pero no basta con mandar a la cárcel a los corruptos; si no cambiamos las reglas de juego, vamos a repetir la misma historia con nuevos corruptos”.

Todos los acusados, incluidos los miembros de la poderosa unión de empresarios niegan las acusaciones y se defienden como pueden, aunque lo más importante es que la corrupción, que incluye a varios ex mandatarios, sale cada vez más a flote y da razón a la mayoría de los peruanos que no se cansan de exigir el fin de un mal que corroe al gobierno y sus estructuras oficiales.

Como señalara la Presidenta del Movimiento Nuevo Perú, la situación existente hoy en esa nación, y que no es nada nuevo, “es un triste símbolo de nuestra democracia secuestrada por el poder del dinero, por quienes no creen que los ciudadanos debamos elegir libremente nuestro destino y nuestro gobierno, sino creen que su dinero puede comprarlo todo”.

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