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Un acto escénico de vuelta a la guerra fría

9 de diciembre de 2021

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En un acto bochornoso y de total falta de credibilidad, el presidente de Estados Unidos,  ha convocado a un acto escénico al que le ha llamado Cumbre por la democracia.

La manera de seleccionar a sus «convidados» ha sido, quizás, la acción menos democrática dentro de la cita en cuestión.  Se invitan a unos que responden a su patrón de democracia —no importa si son mandatarios o payasos pre fabricados— y no se invitan a otros porque, en criterio de Biden y sus asesores, «no son democráticos».

En un documento elaborado por la Cancillería China sobre el ejercicio de la democracia en Estados Unidos, se lee: «Otro asunto imperativo para los Estados Unidos es asumir mayores responsabilidades internacionales y brindar más bienes públicos al mundo en lugar de buscar siempre imponer su propia modalidad de democracia a los demás, dividir el mundo en diferentes campos utilizando sus propios valores como instrumento o imponer intervenciones, subversiones e invasiones en otros países con el pretexto de promover la democracia».

Luego, aborda la alienación y los malestares de la democracia en ese país a partir de tres aspectos: un sistema plagado de problemas profundamente arraigados, las prácticas desordenadas y caóticas de la democracia y las desastrosas consecuencias de la exportación estadounidense de su modalidad democrática.

Ejemplifica la Cancillería china que Washington, tratando de asumir el papel de «líder democrático global», es líder en el número de presos en sus cárceles, las condiciones de reclusión degradan la dignidad humana y siguen guardando silencio sobre la tortura en la cárcel en que ha convertido la ilegal base de Guantánamo.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha declarado que «Estados Unidos y sus aliados no pueden ni deben pretender ser un «faro» de la democracia, ya que ellos mismos tienen problemas crónicos en el ámbito de libertad de expresión, sistema electoral, corrupción y Derechos Humanos».

La historia contemporánea muestra que las aventuras militares de «democratización» forzada llevaron a guerras sangrientas y desembocaron en tragedias nacionales para los países que fueron víctimas de tales políticas. Para desencadenar guerras se utilizaron todos los pretextos – la lucha contra el terrorismo, o la supuesta existencia  de armas de destrucción masiva, recuerda el gobierno de Moscú.

En mi opinión, aunque no pocas agencias y medios de prensa se refieran a esta Cumbre como un encuentro mundial al que no son invitados los gobiernos no democráticos, sería muy provechoso que esas mismas agencias relacionen, aunque someramente, los ejemplos «democráticos» de las administraciones estadounidenses en las últimas décadas: pueden empezar por la acción «democrática» de bloquear a Cuba, con medidas consideradas crímenes de lesa humanidad y que Baiden mantiene intactas.

E que se detallen los efectos de la invasión y ocupación de Irak y los más de un millón de muertos y mutilados por los bombardeos.

También las decenas de miles que han muerto en 20 años de ocupación de Afganistán. Los de Siria, Libia, Yemen, o los miles de militares de Estados Unidos, llevados a la guerra y regresados en ataúdes.

En la convocatoria de Joe Biden, se escucharán a mandatarios como el de Israel, país que ha cometido los más salvajes crímenes contra la población palestina y también a impostores como Juan Guaidó, el mismo de la guarimbas, donde se quemaron vivos a ciudadanos por el solo hecho de ser chavistas.

¡Son ejemplos de democracia que se exhibirán en este acto escénico convocado por el gobierno que es el peor ejemplo sobre el significado de esa palabra!

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