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Ucrania mira hacia Crimea

23 de agosto de 2016

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Noticias que por estos días inundan las redes, refieren que Ucrania moviliza medios militares y hombres hacia su frontera con Rusia, con la mirada puesta en Crimea y con el marcado objetivo de atraer la atención internacional, principalmente de Occidente, involucrado hasta los tuétanos en la campaña anti rusa de Kiev.
Una y otra advertencia de Moscú parecen encontrar oídos sordos tanto en la capital ucraniana como entre los guerreristas de la OTAN, muy interesados estos últimos, en dar vía libre al escudo anti misiles que va ocupando espacio en zonas limítrofes con la nación rusa.
La península de Crimea se encuentra en la parte septentrional del Mar Negro, al sur de Ucrania y hace dos años, pasó a formar parte de Rusia luego de un referendo. La mayor parte de sus habitantes son rusos (1,5 millones, el 68 %).
Después del golpe de Estado contra el presidente constitucional de Ucrania y el acceso al poder de grupos extremistas vinculados con posiciones fascistas, Crimea aprobó una Declaración de Independencia y celebró un referéndum en el que el 95,6 % de la población votó a favor de que la península pasara a formar parte de Rusia.
Hay muchos hechos históricos que también avalan la unión de Crimea con Rusia. Por ejemplo, esa península formó parte de Rusia desde 1783 hasta 1954, cuando el gobierno de la ex Unión Soviética le trasladó prerrogativas de jurisdicción a la entonces República Socialista de Ucrania.
La capital histórica de Crimea fue el puerto de Sebastopol, donde Rusia tiene enclavada la base naval de la Flota del Mar Negro.
Vale recordar que tras la separación de Ucrania de la URSS en 1991, se estableció una administración independiente para la ciudad y se mantuvo la base naval, bajo tutela rusa. Desde ese entonces, la capital de Crimea se trasladó hacia la segunda urbe de la península, Simferópol.
Ucrania, luego de la integración de Crimea a Rusia, ha usado distintos métodos de presión, que incluyen bloqueos económicos, corte del suministro eléctrico y de agua, y provocaciones militares contra ese territorio.
Primero el gobierno de Kiev cerró el suministro de agua que llegaba a ese territorio a través del canal de Crimea del Norte, por donde entraba el 85% del líquido que utiliza la península.
Luego bloqueó la entrada de productos alimentarios y medios de transporte procedentes de Ucrania; y en el 2015 la península se declaró en estado de emergencia debido al cerco energético y la destrucción de soportes de las líneas eléctricas, lo que provocó que la zona quedara a oscuras.
Rusia ha respondido a todas las provocaciones y gracias a ello hoy la situación en Crimea es otra, con el suministro de alimentos estable desde territorio ruso, así como de la electricidad y el agua.
Las tensiones actuales, incitadas por movimientos militares ucranianos hacia esa región, pueden provocar males peores en el contexto de una realidad que evidencia el uso que está dando Occidente a su aliada Ucrania, como punta de lanza contra la Rusia que no solo resiste, sino que se prepara para responder a la agresión en cualquiera de sus variantes.

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