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Trumpistas británicos contra Assange

12 de enero de 2021

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Luego de haber decretado una jueza de Gran Bretaña la no extradición de Julian Assange a Estados Unidos, las autoridades judiciales de esa nación dieron marcha atrás a esa decisión, negaron la libertad bajo fianza del fundador de WikiLeaks y volvieron a considerar la entrega del periodista australiano a las autoridades norteamericanas.

El todavía vigente presidente Donald Trump siempre ha opinado que Assange debía ser ejecutado. así como todos los miembros de WikiLeaks.

Si bien las filtraciones del portal en cuestión fueron múltiples y muy variadas, las más sensibles son las que pusieron en evidencia los crímenes de guerra de Estados Unidos en las guerras del Medio Oriente. A través del sitio WikiLeaks se han hecho algunas de las más grandes filtraciones de documentos secretos de la historia.

En el 2010 se hizo pública de forma coordinada con varios grandes diarios la filtración de casi 400 000 documentos del Pentágono sobre sus crímenes en Iraq. Allí, se hablaba de más de 60 000 civiles asesinados por las fuerzas aliadas encabezadas por Estados Unidos, del uso sistemático de la tortura y el asesinato sobre la población civil por las fuerzas armadas iraquíes aliadas a las fuerzas invasoras y múltiples de crímenes de igual envergadura.

Los “Diarios de la Guerra de Afganistán”, filtrados el mismo año, hicieron también conocer al público las múltiples atrocidades de las tropas del imperialismo en la zona. También hicieron público un video en el que un helicóptero Apache disparaba sobre un reportero de la agencia Reuters y varias personas desarmadas más.

La agencia había pedido al Estado norteamericano tener el registro del asesinato, el aparato militar había negado su existencia hasta que WikiLeaks lo filtró. Podríamos seguir escribiendo interminablemente de las muy numerosas puestas a la luz pública de los crímenes y vejaciones del imperialismo que fueron puestas en evidencia por el portal de Assange.

De ahí la necesidad del imperialismo de sacarse de encima semejante molestia. Con WikiLeaks se puso en evidencia para todo aquel que lo quiera ver el mecanismo de funcionamiento de la democracia imperialista yanqui, de lo que esconden al público respecto a la brutal opresión que representan.

La entrega de Assange fue un ataque de grandes proporciones a la libertad de expresión y comunicación. Se trata de ponerle un bozal a la prensa en defensa de los intereses de los grandes capitalistas y sus gobiernos.

En este contexto, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, fue calificado de agente rastrero de Trump, por entregar a Assange, quien guardaba asilo en la sede diplomática de la nación suramericana en Londres, debido a que, aseguran analistas, por casos de corrupción que le salpica.

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