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Trump y la no ética

3 de mayo de 2018

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No es necesario abundar mucho sobre el tema de la no ética del presidente norteamericano, Donald Trump. Se sabe, si no todo, al menos mucho, de su accionar antes y después de instalarse en la Casa Blanca. Sus amenazadores twits para intimidad a locales y foráneos, parecen salidos de una mente para nada coherente y mucho menos tratándose de un mandatario de la mayor potencia militar del planeta.

El tema de hoy vale la pena llevarlo a nuestro público, tal y como lo refleja un despacho de la agencia noticiosa BBC Mundo.

Se trata de que Donald Trump escribió en 2015 la carta en la que el médico Harold Bornstein lo calificara de “la persona más saludable en llegar a la presidencia de Estados Unidos”.

“Soy un genio muy estable”, exclamó el magnate, feliz de que lo dictado al galeno se reflejara textualmente.

Pero resulta que el tiempo, para bien o para mal, puede ser el mayor amigo o el peor enemigo de acuerdo a las circunstancias.

Y esta vez, el propio galeno, al que Trump le dictó el “dictamen médico” del “genio”, ha declarado que fue el propio gobernante quien le “dictó toda la carta”.

Cuando los entonces también candidatos a la Casa Blanca Hillary Clinton y Jeb Bush publicaron su historial médico, Donald Trump respondió con una carta en la que el controvertido doctor Harold Bornstein hablaba de una salud “asombrosamente excelente” y una “fuerza física y energía extraordinarias”, relata BBC Mundo.

La insistencia de Trump durante la campaña, en que Clinton no estaba en condiciones físicas y de salud como para ser presidenta, hizo que el asunto se convirtiera en un tema del debate electoral.

¿Qué les parece este recurso, también anti ético, usado por quien apostaba a llegar a la presidencia al precio que fuera?

La carta en cuestión, en algunos de sus párrafos decía:

“Trump pasó recientemente por un completo examen médico que mostró solo resultados positivos”, señalaba.

Su presión arterial y los resultados de los análisis en laboratorio eran “asombrosamente excelentes” y reflejaba que había perdido 7 kg en el último año.

Aseguraba que Trump no tenía ningún tipo de cáncer ni había pasado por ninguna cirugía en articulaciones.

Pocas semanas antes, el magnate había twiteado que el reporte médico de Bornstein mostraría “perfección”.

“Tengo la fortuna de haber sido bendecido con grandes genes”, escribió Trump, quien acabó convirtiéndose en el presidente de mayor edad de la historia de Estados Unidos.

La no ética llegó más allá, cuando se supo, por una denuncia del propio médico Harold Bornstein, que el 3 de febrero de 2017 recibió una visita de uno de los guardaespaldas personales de Trump y otros dos hombres en su consultorio de Nueva York.

“Deben haber estado unos 25 o 30 minutos, creó mucho caos”, le dijo el médico a NBC, agregando que el incidente le hizo sentir “violado, asustado y triste”.

El doctor dijo que se llevaron el original y la única copia de los registros médicos de Trump, incluidos sus análisis de laboratorio.

El incidente ocurrió poco después de que el diario The New York Times publicara un reportaje en el que Bornstein decía que le había recetado Propecia a Trump, un medicamento contra la caída de cabello.

Hasta aquí el destape noticioso sacado a la luz esta primera semana de mayo del 2018 y que refleja cómo se manifiesta la “ética de un presidente” en los Estados Unidos.

De las interpretaciones al respecto, dejemos que sean lectores y oyentes quienes opinen. Por ese hombre botaron muchos electores de Estados Unidos y lo eligieron mandatario. ¿O es que no lo cree?

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