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Trump y el camino al apocalipsis

24 de junio de 2019

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Para alguna que otra prensa, seguir los mensajes de Trump a través de tuiter, es como un medio  de sustento para alimentar la no poco explosiva situación internacional. Se saben noticias vendibles aunque no sean creíbles por su alto contenido de superficialidad.

Un ejemplo de estos días es la tensión extrema causada por el posible bombardeo contra la República Islámica de Irán, luego que la nación persa derribara un avión no tripulado o dron que incursionaba ilegalmente sobre su país.

Trump dio la orden de ataque a Irán y diez minutos antes de que se apretara el gatillo, suspendió su propia decisión, con aquello de que hasta 150 personas podrían morir en el hecho.

Leerlo frívolamente, parecería conocer la otra cara de un Donald Trump reflexivo y hasta preocupado por las víctimas. Pero se trata de alguien empeñado en aparecer todos los días en los grandes titulares de los medios internacionales, debido a su actuar contra todo el mundo, lo mismo  por acciones militares, guerras económicas, sanciones comerciales, o guerras mediáticas. En esto último, sin lugar a dudas, es un especialista.

Usando mentiras ya empleadas en otras acciones, Washington llevó al mundo en estos días al borde de una verdadera catástrofe, cuando pareció determinado a atacar a Irán, enviando primero aviones no tripulados o drones para espiar las instalaciones militares del país persa, a sabiendas de que serían detectados y derribados por los militares iraníes.

«No tengo apuro, nuestra fuerza militar está reconstruida, nueva y preparada para actuar, es con diferencia la mejor del mundo. Las sanciones están haciendo daño y agregamos más anoche”, apuntó cínicamente Trump, luego de detener el gatillo de quienes se prestaban para apretarlo.

De acuerdo con AP, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, habían abogado por una posición dura ante Irán, mientras que los líderes del Congreso recomendaron precaución.

Por su parte, el comandante de la división aérea de la Guardia Revolucionaria de Irán, general Amirali Hajizadeh, dijo en la televisión estatal que antes de disparar contra el dron estadounidense, ellos enviaron dos alertas pero que, lamentablemente, la aeronave siguió acercándose sin cambiar de trayectoria por lo que tuvieron que derribarla.

Días antes, en las propias aguas infestadas por Estados Unidos con portaaviones y otros barcos de guerra en el estrecho de Ormuz, un incidente, que todo hace indicar fue preparado por Washington y la colaboración israelí, disparó las alarmas y la tensión subió de tono.

Tras lo ocurrido, el Sr. Pompeo, rápidamente -y de forma rotunda- señaló con el dedo acusador a Irán.

La actualidad estará determinada por la manera que responda Washington, luego que sus planes provocativos no le han dado el resultado esperado.

Cualquier decisión al respecto tendrá consecuencias cruciales, no solo para Medio Oriente, sino también para las relaciones entre EE.UU. y sus tradicionales socios en el Golfo, así como allende los mares de aquella zona.

Cualquier chispa en el estrecho de Ormuz, por donde diariamente transita alrededor del 21% del petróleo mundial y que conecta a los productores del Medio Oriente con mercados clave en Asia Pacífico, Europa y América del Norte, será una segura explosión de impredecibles consecuencias.

El estrecho de Ormuz está entre Omán e Irán, conectando el paso marítimo de los países del Golfo —Irán, Kuwait, Arabia Saudita, Bahréin, Qatar y Emiratos Árabes Unidos— con el Mar de Arabia y más allá.

Finalmente, vale recordar que la tensa situación actual provocada por el gobierno de Donald Trump, tiene su antecedente más cercano  en la ruptura por parte de Estados Unidos de su compromiso con el Acuerdo Nuclear iraní, alcanzado en 2015 y considerado entre los mayores logros de la diplomacia mundial en las últimas décadas.

La salida del gobierno de Trump de dicho Acuerdo, unido a la aplicación de sanciones extremas contra la nación persa, han dado al traste con años de negociación y diálogo y, lejos de ser garante para la paz, es una verdadera bofetada al mundo, incluyendo a sus aliados.

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