Trump, Rubio y el cambio climático
18 de noviembre de 2025
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Por estos días sesiona la Cumbre sobre el Cambio Climático en la ciudad amazónica de Belem, una reunión de gran trascendencia para la vida humana, con la notable, y esperada, ausencia de Estados Unidos, la nación más contaminante del mundo.
La no asistencia de Donald Trump, un negacionista que había retirado del acuerdo de París a la nación norteamericana, fue anunciada por otro individuo que influye mucho sobre el colorado mandatario, su canciller Marco Rubio, de vasta experiencia legislativa e inocultable enemigo de la Revolución Cubana.
Si bien no niega el cambio climático, el susodicho de lamentable origen cubano considera que no hay que trabajar para frenarlo y da prioridad a otros temas de su agenda: “La amenaza que definirá este siglo es China”, sostuvo en el 2022, influyendo en este contexto sobre Trump, y más en un momento en que la nación asiática está contribuyendo al bienestar humano con su política climática, limpiando la basura de Estados Unidos y otros países genuflexos al imperialismo.
En una columna de opinión publicada en el 2019, Rubio rechazó el imperativo científico de reducir el uso de combustibles fósiles, argumentando que una serie de soluciones de adaptación, tales como la rehabilitación de arrecifes de coral, serían suficientes para mitigar la mayoría de impactos climáticos.
En el Senado, Rubio votó siempre contra legislaciones climáticas y de energía limpia, incluyendo la Ley de Reducción de la Inflación. A lo largo de su carrera, distintas compañías petroleras y gasistas han donado más de 1,7 millones de dólares a sus campañas, sin contar con los emolumentos por su apoyo a la Asociación Nacional del Rifle.
Rubio ha llamado al Acuerdo de París “una broma sin gracia” y es probable que, como jefe de la diplomacia estadounidense, fue quien aconsejó a Trump a que sacara al país del mismo por segunda vez.
Ahora el país pase a estar ausente (puede que incluso a ser antagonista) en las cuestiones climáticas que han dominado el discurso global en los últimos años: si los países van a “eliminar gradualmente” o “reducir” el uso de combustibles fósiles, o cuánto deben pagar los países ricos a los empobrecidos.
Con Rubio, el cambio climático dejó de ser una preocupación principal.
CHINA, LO CONTRARIO DE ESTADOS UNIDOS
Este 10 de noviembre, subrayo, comenzó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) en Brasil. Ante este panorama surge la pregunta: ¿Podrá avanzar la cumbre en acciones concretas contra este desafío sin el apoyo de EE.UU.?
Es bien conocido que China ha mantenido durante largo tiempo una sobresaliente nota en la materialización y superación de sus objetivos concernientes a la lucha contra el cambio climático y al desarrollo de energías limpias.
Al igual que China, los países de América Latina y el Caribe otorgan gran importancia al tema sobre el cambio climático, y ambas partes han llevado a cabo la cooperación de diversas modalidades en este ámbito, obteniendo muy alentadores resultados.
China y América Latina y el Caribe han fortalecido su cooperación en la prevención de catástrofes, el socorro de los damnificados, la reconstrucción y la adaptación al cambio climático, contribuyendo a ayudar efectivamente a los países de la región.
La central hidroeléctrica San Gabán III, construida y financiada por empresas chinas en el Perú, se ha puesto oficialmente en funcionamiento este año, aliviando con éxito el déficit energético de millones de peruanos. El Complejo Eólico Tanque Novo de CGN construido en Brasil puede reducir las emisiones de dióxido de carbono en 650 000 toneladas anuales, lo que equivale a la reforestación de 1 800 hectáreas. El parque solar Cauchari levantado en Argentina ha pasado a ser la obra fotovoltaica de mayor potencia instalada y altitud de Sudamérica, siendo alabada como un “girasol en pleno florecimiento en los Andes”.
EN EL ÁREA DEL TRANSPORTE
Los vehículos de nuevas energías chinos contribuyen al mejoramiento de calidad y al incremento de ecologicidad del sistema de transporte de los países de la región. Teniendo en cuenta que el sector del transporte representa el 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero en América Latina y el Caribe, los vehículos de nuevas energías revisten significados de gran relevancia para estos países en cuanto a su esfuerzo de reducción de emisiones de CO2. Actualmente, los vehículos de nuevas energías chinos representan la mitad de cuotas del mercado latinoamericano y caribeña. Además, aproximadamente 6 000 autobuses chinos “100% eléctricos” circulan por las calles de Brasil, Chile, Colombia, Uruguay y otros países, no solo ofreciendo facilidades de desplazamiento para la ciudadanía local, sino que también contribuyen a la reducción de emisiones de esas ciudades.
China y Brasil, junto con otros países de la región, suscribieron la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre Bosques y Uso de la Tierra en la COP26, adoptando el compromiso de hacer realidad la deforestación cero para el 2030. Recientemente, sojas brasileñas producidas con “cero deforestación y destrucción de vegetación” han arribado a China, poniendo de manifiesto ante el mundo tanto la determinación como las acciones reales para fortalecer la cooperación en agricultura sostenible.
China y las naciones pequeñas insulares, incluidas las caribeñas, colocan la respuesta al cambio climático en una posición prioritaria en su cooperación. Promueve la práctica en ocho áreas tales como seguridad alimentaria, cambio climático y desarrollo verde, entre otras; al lanzar la “Iniciativa de Cooperación Internacional para el Desarrollo con Cero Emisiones de Carbono de los Estados Insulares”, Une sus esfuerzos a los de naciones caribeñas con el objetivo de hacer de sus países islas verdes. Hace apenas unas semanas, China y Guyana firmaron un Memorando de Entendimiento sobre el Proyecto de Transporte Verde en el Marco de Cooperación Sur-Sur en Respuesta al Cambio Climático, en virtud del cual, China donará vehículos de nueva energía e instalaciones complementarias de recarga eléctrica para apoyar el esfuerzo de Guyana de forjar proyecto piloto de transición bajo en carbono del sector de transporte.
En fin, Beijing refuerza lazos con América Latina para trabajar por el bienestar regional, mientras Trump, Rubio y comparsa conspiran contra el bienestar de la humanidad.
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