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Trump II a la carga

6 de septiembre de 2019

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Nada más parecido. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, parece encaprichado en convertirse en una copia de su homólogo norteamericano, Donald Trump.

Si Trump, entre otras cosas, pasará a la historia como el mandatario más inepto y el que más veces afirmó una cosa hoy y dijo lo contrario mañana, Bolsonaro va transitando por ese mismo camino.

Algo similar ocurre cuando Trump ofende, ya sea verbalmente o a través de sus predilectos tuit, lo mismo a un gobernante de otro país que a funcionarios del suyo; a periodistas y hasta asesores. Al poco tiempo Bolsonaro lo imita, ofende al mandatario francés y su esposa, se pelea con los medios de comunicación y repite como un papagayo, las más infundadas acusaciones contra gobiernos no afines con su modo de actuar.

También el mandatario brasileño expresa las más delirantes defensas contra la dictadura que existió en su país, revivió personajes horrendos comprometidos con crímenes y ahora, lo último, acaba a de expresar su admiración por el sanguinario dictador chileno, Augusto Pinochet.

En un reciente ataque contra la ex mandataria chilena Michelle Bachelet, hoy Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, quien había advertido sobre el auge de la violencia policial en Brasil, Bolsonaro le reprochó con la siguiente afirmación: «Señora Bachelet, si no fuera por Pinochet, que derrotó la izquierda en 1973, entre ellos a su padre, hoy Chile sería una Cuba».

Resulta que en su balance anual de trabajo, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, indicó que «entre enero y junio del 2019, solo en Río de Janeiro y Sao Paulo, se habían reportado 1 291 personas asesinadas por la policía, un aumento del 12 al 17% comparado con el año anterior».

Inmediatamente Bolsonaro respondió: «Nos acusa de que no estamos castigando a los policías que matan gente en Brasil, pero está defendiendo los derechos humanos de los vagabundos».

Más tarde, a través de su cuenta de Facebook, Bolsonaro volvió a cuestionar al padre de la exmandataria, quien murió como consecuencia de las torturas recibidas tras el golpe militar en Chile en 1973.

«Dice que Brasil pierde espacio democrático, pero olvida que su país no es Cuba gracias a aquellos que tuvieron el coraje de detener a la izquierda en 1973, entre estos comunistas, su padre», enfatizó.

Por otra parte, Bolsonaro aseguró que Bachelet se está «entrometiendo» en la soberanía brasileña y la comparó con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

«Parece que la gente que no tiene nada que hacer, como Michelle Bachelet, va para la silla de derechos humanos de la ONU», concluyó el presidente brasileño.

La expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, también se sumó a la ola de críticas hacia el mandatario brasileño.

«Él (Bolsonaro) superó todos los límites de bajeza y sordidez al celebrar el asesinato del padre de Michelle Bachelet, quien murió como resultado de la tortura que sufrió en la dictadura de Pinochet», enfatizó Dilma.

En Chile, mientras tanto, Isabel Allende, senadora socialista e hija de Salvador Allende, manifestó que Bolsonaro con sus ofensas «solo muestra cuán miserable es».

En resumen, aunque Bolsonaro, por ser brasileño, no podría aspirar a presidente de Estados Unidos, su ídolo, Donald Trump debe sentirse contento al saber que en Brasil un personaje como Jair fue elegido presidente y en Estados Unidos el actual gobernante y magnate inmobiliario, puede ser reelegido el próximo año.

Aunque digan esa cantidad de disparates.

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