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Sumisión incondicional

8 de enero de 2018

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El más reciente exabrupto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó bien esclarecida la doctrina de política exterior del omnipresente Imperio, que aunque puesto en práctica desde tiempo inmemorial encaja ahora perfectamente bajo el lema “América first”, que el nuevo Emperador esgrime y aplica.

Se trató en esta ocasión, de la reprimenda insultante dirigida a Pakistán, donde le recordó que la cuantiosa “ayuda” otorgada por Washington a ese país en los últimos 10 años ascendente a más de 30 mil millones de dólares no había sido debidamente correspondida por los gobiernos pakistaníes sucesivos.

En pocas palabras, que el imperialismo estadounidense exige a sus socios y aliados una sumisión incondicional a cambio de cualquier dádiva o apoyo –aparente o real–, en cualquier circunstancia y sin importar los eventuales intereses del receptor, su independencia o su dignidad como país.

Siendo una vieja práctica de los gobiernos imperialistas de Estados Unidos, pocas veces ha sido expuesta de manera tan descarnada y abiertamente, como ya lo había hecho Trump en su campaña electoral, cuando incluso algunos amigos del Imperio se resistían a creer que pudiera llegar a los extremos actuales.

La política de sumisión incondicional ha sido puesta en vigor también con respecto a organizaciones internacionales cuyas resoluciones discrepen o contradigan el dictado imperial, como fue el caso de la UNESCO de la cual se retiraron maltrechos y cabizbajos, rumiando en vano toda su prepotencia.

El más reciente de esos zarpazos fue lanzado contra las Naciones Unidas, a la que la Administración Trump acaba de reducir 285 millones de dólares de su contribución, en venganza del acuerdo de la Asamblea General donde su membresía de manera aplastante condenó el reconocimiento yanqui a Jerusalén como capital del estado sionista de Israel.

La Autoridad Nacional Palestina ha sido también amenazada por los recortes y pocos dudan de que tal medida se hará efectiva, teniendo en cuenta que dichas autoridades de resistir a acatar los dictados imperiales y a aceptar los chantajes israelíes.

La sensible disminución del presupuesto para “ayuda exterior” asignada al Departamento de Estado para el actual ejercicio fiscal 2018-2019 fue un mensaje de lo que ocurriría después, acompañado de un aumento de los gastos militares, como señal de cuál será la política de la actual Administración, hoy claramente expresada.

Para los socios, aliados o simplemente receptores ocasionales y de buena fe de algún tipo de esas “ayudas” imperiales, saben ya que esas deudas se pagan con sumisión incondicional, tal como ha proclamado Trump.

El mensaje ha sido claro; quienes no lo entiendan no tendrán luego excusas.

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