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Suicidio ecológico

28 de octubre de 2013

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Mientras en nuestro país se siembran cinco posturas por cada árbol utilizado, en la mayor parte del mundo se asiste a la deforestación desmedida de sus bosques, con consecuencias tan adversas que se pueden comparar con  los efectos de cualquier bomba nuclear en  cámara lenta.
Y ello ocurre ante nuestras narices, incluso envuelto en atractivos productos que algunos de nuestros lectores han disfrutado , como las galletas Oreo -famosas en Asia-  y la espuma de afeitar Gillette, producto que, con sus derivados,  son de indudable calidad y añorados por cualquier hombre que, como dice su publicidad, quiere sentirse ”elegante”, aunque también encierra la compra por Gillette de la Wilkinson inglesa y la eliminación de una bien calificada hoja de afeitar de la ex Yugoslavia.
Ambos productos son responsables de la deforestación en Indonesia, afirmó Greenpeace, que acusó en Jakarta a la empresa agroalimentaria Wilmar International de trabajar con plantaciones ilegales.
En un informe titulado “Licencia para matar”, la organización ecologista afirma que Wilmar, con sede en Singapur y el mayor procesador de aceite de palma del mundo, está obteniendo este producto gracias a la explotación ilegal de terrenos en el parque protegido de Tesso Nilo, donde viven la mayoría de los tigres de Sumatra, en peligro de extinción.
Con anterioridad,  Nestlé y el fabricante de papel Asia Pulp & Paper se habían comprometido con una política de “cero deforestación”, después de que Greenpeace dejara en evidencia sus políticas insostenibles.
Si se analizan las tasas de deforestación de las distintas áreas ecológicamente importantes —bosques tropicales húmedos, bosques tropicales secos, bosques de llanura, bosques de montaña—, se puede concluir que, en los últimos años, este proceso ha resultado mucho más intenso en las zonas secas y semiáridas, especialmente en las montañas, que en las regiones húmedas.
Esto es comprensible, dado que las áreas de mayor altitud o más secas resultan más adecuadas para la ganadería que las zonas húmedas de llanura, Los suelos de las regiones de montaña, en general, más ricos y fácilmente cultivables que los suelos viejos de las llanuras tropicales, prácticamente lavados de todo tipo de nutrientes. Señala AFP que, además de las restricciones agronómicas, hay que tener en cuenta la limitación que supone para la colonización la presencia de diferentes enfermedades, como malaria o fiebre amarilla, mucho menos extendidas en zonas de montaña o secas que en áreas húmedas.
Otra de las causas principales de la deforestación de los trópicos es el aprovechamiento de la madera, tanto para consumo propio como para la exportación. En muchas regiones, el factor determinante es el aprovechamiento energético de la leña por sus habitantes. Los bosques van perdiendo densidad, y cuando sus existencias bajan de un determinado nivel, su desarrollo resulta frenado, degradándose rápidamente hasta su práctica destrucción. El proceso se acelera como resultado del crecimiento herbáceo —provocado por la reducción cubierta arbórea—, que, a su vez, aumenta las posibilidades de un uso ganadero del terreno. El ganado no se limita a comer hierba; también se alimenta de los arbustos, factor que contribuye a agravar la destrucción de los bosques. En las épocas de sequía, la hierba seca aumenta el riesgo de incendios forestales.
Las empresas capitalistas y los latifundistas controlan cada vez mayores extensiones de tierra para la explotación industrial y la agricultura y la ganadería, respectivamente, sin tomar medidas adecuadas para evitar los incendios, las plagas y enfermedades de los árboles, la construcción anárquica de espacios urbanos y rurales y la tala indiscriminada .
Los gobiernos de Indonesia y Brasil han tomado medidas para paliar este problema, pero no han sido aplicadas por algunas autoridades locales, sospechosas de corrupción, por lo que no se ha podido evitar que se siga ocasionando la extinción de especies que viven gracias a los bosques, así como el mayor calentamiento global, que no solo provoca el deshielo de los glaciares, sino también hace desaparer el denominado efecto esponja, el cual almacena el nitrógeno y expulsa el oxígeno que producen los bosques amazónicos.
Al modificarse el clima del país, se aumentan enfermedades como el asma y otras referentes a los  bronquios. En lo social, afecta directamente a la población con el desempleo, debido al cierre de fábricas por la falta de materia prima para elaborar sus productos.
En la economía, se produce el aumento monetario del costo de la madera, siendo favorable para empresas con gran desarrollo y desfavorables para los que se inician en el mundo industrial y nosotros, los consumidores
Y si en los países subdesarrollados toda esta cuestión hace disminuir peligrosamente la densidad de los bosques, en los industrializados se producen otras agresiones, como la lluvia ácida, que comprometen la supervivencia de los bosques.

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