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Siria reivindicada, pero destruida y saqueada

15 de mayo de 2023

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Una señal inequívoca de hacia dónde va moviéndose el mundo está teniendo lugar en la región del Medio Oriente, donde se han concretado entendimientos que hasta no hace mucho hubieran parecido imposibles de lograr.

Los más recientes arreglos y reconciliaciones diplomáticas han llegado sucesivamente, como si hubiera prisa para dar solución a tan graves problemas y a tan alto costo de guerra y muerte, sin apenas cabida para el progreso y el desarrollo en un ambiente de paz y comprensión entre los beligerantes, en busca de la estabilidad y las mayores coincidencias posibles en aquella riquísima zona del mundo.

El gobierno imperialista de Estados Unidos y estado sionista-terrorista de Israel parecen ser los grandes derrotados en medio de las maniobras político-diplomáticas que se han realizado y han contribuido a desenmascarar los sucios rejuegos y dobles raseros de Washington, unidos a la utilización de Israel como tropa de choque y también del llamado Estado Islámico que cada vez se define más abiertamente como una criatura del imperialismo yanqui para desestabilizar la zona y sumirla en la anarquía y la confusión, tal como ha ocurrido a partir de la Primavera Árabe no casualmente.

El pueblo sirio, abnegado y heroico, ha tenido que pagar el más alto precio por la agresión múltiple yanqui-sionista-terrorista que arroja el saldo de un país otrora próspero que tiene que iniciar su reconstrucción desde las bases mismas.

El partido Baas y el Ejército Árabe Sirio resultaron un hueso demasiado duro de roer para los prepotentes que intentaron no solo derrocar al presidente Al Assad sino hacer desaparecer a Siria como nación y repartírsela por pedazos. La ayuda iraní y rusa fue valiosa y oportuna y cambió el curso de los acontecimientos varias veces, como fue también inteligente y sensata la diplomacia siria.

Hoy Damasco, aún sin restañar las heridas, recoge los frutos de la resistencia y de la hazaña pero debe enfrentar aún grandes desafíos para reintegrarse a una vida normal que reintegre al país al desarrollo y a un futuro esperanzador, después de la tragedia vivida durante más de diez años.

La readmisión de Siria en el seno de la Liga Árabe es una reivindicación trascendental para ese pueblo y ese gobierno que todo han sacrificado en aras de su compromiso, su honor y su dignidad. En medio de un mundo lleno de zozobras y engaños, la actuación de Siria es un ejemplo de persistencia y coraje como pocos hoy en día y eso puede servir de ejemplo a otros.

Tampoco se puede describir este momento sin aludir al papel jugado por otros importantes factores como China, que logró el entendimiento entre Irán y Arabia Saudita, indispensable para seguir adelante y lograr la paz en el conflicto yemení.

En fin, los países del Golfo y los del Medio Oriente en su conjunto toman conciencia de dónde están sus legítimos intereses nacionales y regionales, dejan de ser rehenes de Estados Unidos y buscan con sus propias fuerzas el camino de la cooperación, la buena vecindad y la ayuda mutua.

Serían también pasos importantes para definir en algún momento las perspectivas de la causa palestina y el surgimiento al fin de su Estado independiente.

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