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Silencio tras la derrota…

31 de octubre de 2022

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El periodista brasileño, Breno Altman, citado por RT, ha dicho que el silencio de Jair Bolsonaro, supone que «está haciendo un cálculo político», sobre si va a reconocer el resultado electoral o no. No obstante, en su opinión, no hará nada más que una declaración sobre un fraude, pero no convocará a su gente. «Creo que se va a preparar para asumir el liderazgo de la oposición», apuntó.

Y es precisamente esta última apreciación, con la que coincido totalmente, es la que parece más segura para el alicaído Bolsonaro, luego de perder su reelección, algo que hasta el último momento lo hacía sentirse seguro.

Mucho se ha especulado en cuanto a la posición de Bolsonaro, pues, ha sido una costumbre establecida que el candidato derrotado, una vez contabilizadas todas las boletas, reconozca su derrota y lo comunique al adversario vencedor.

Su comportamiento —en mi opinión para añadir nuevas dudas y crear una incertidumbre sobre su actuación posterior a los comicios— puede compararse, incluso, con un personaje como Donald Trump, a quien quiso imitar durante sus cuatro años en mandato.

Una multitudinaria marcha de pueblo por la avenida principal de Sao Paulo, fue el recibimiento a la noticia esperada de la victoria de Lula.

Mientras, el contrincante derrotado, se atrincheraba junto al silencio cómplice de su actuación, en el Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, en Brasilia, que apagó sus luces a las 22.00 horas.

Bolsonaro no compartió con ninguno de sus ministros, y según filtraciones de algún empleado del recinto, cada vez que sonaba el teléfono, se le comunicaba a los que querían hablar con él que «el Presidente estaba durmiendo».

El ganador de los comicios, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró: «Me gustaría estar simplemente alegre, pero estoy alegre y medio preocupado. Porque a partir de mañana tengo que empezar a preocuparme por cómo vamos a gobernar este país. Necesito saber si el presidente que hemos derrotado permitirá que haya una transición, para que podamos tener conocimiento de las cosas».

No obstante la derrota sufrida por Bolsonaro, hay que tener presente que la oposición dentro de las estructuras del Congreso brasileño y en algunos sectores gubernamentales, ha quedado fortalecida a favor del hasta ahora mandatario.

En tal sentido, el Partido Liberal que preside, y algunos de sus aliados bolsonaristas, dominan la Cámara y el Senado brasileños, y el todavía presidente, cuenta son seguidores en los tres estados más importantes del país, Sao Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro, de acuerdo con reportes de prensa.

Puede agregarse que las elecciones del domingo en Brasil desnudaron a un país totalmente dividido en dos corrientes políticas, una encabezada por Lula y otra por Bolsonaro. El primero obtuvo 60,3 millones de votos (50,9%) y su rival y perdedor, contabilizó 58,2 millones de simpatizantes (49,1 %).

Puede concluirse entonces que será una tarea muy difícil la que a partir del 1 de enero del 2023 emprenderá Lula, que, de seguro, tendrá que vencer no pocos obstáculos de una Cámara y Senado que podrían serle adversos en el ejercicio de gobernar.

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