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Se enreda la madeja

28 de mayo de 2014

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Politólogos y comentaristas aun continúan, cada uno por su parte, tratando de “explicar” lo sucedido en esta reciente elección del Parlamento Europeo.
En mi opinión, y sin restar mérito a las distintas interpretaciones, la subida en vertical de las agrupaciones políticas de derecha y extrema derecha, forman parte de la crisis de credibilidad que junto a la catástrofe social, acompañan el panorama actual del Viejo Continente.
Súmese a ello que los partidos llamados de izquierda han estado carentes de programas y se desgastan cada vez más en luchas intestinas, sin verdaderas alianzas que pudieran hacer creer una posible unión como mecanismo para encontrar la fuerza.
Tampoco la derecha y muchos menos la extrema derecha tienen programas viables, pero cuentan con los recursos económicos y con el voto a favor de los cada día menos acuden a depositar su confianza en alguna que otra agrupación política.
Más bien, como diría una entrevistada por la televisión española luego de las elecciones parlamentarias europeas, “la población está hastiada de esa política y no cree en ella”.
Fueron comicios donde solo hubo una participación del 43% del electorado y donde los llamados “euroescépticos”, resultaron más apoyados.
Dos casos resultan los más significativos: el ultraderechista Frente Nacional resultó vencedor en Francia y el Partido Independencia UK, que quiere sacar al Reino Unido de la Unión Europea, fue el mayor favorecido en los conteos de votos.
En Dinamarca, se reportó que el anti-inmigrante Partido Popular también marcha adelante en las encuestas a boca de urna.
Entretanto, en Grecia, que parece ser la excepción, el partido izquierdista de oposición Syriza, que se enfrenta a las medidas de austeridad, obtuvo la mayoría de votos.
En Alemania, el gobernante Partido Demócrata Cristiano, de la canciller Angela Merkel, en lo que parece un desafío a la tendencia anti-sistema, surgió como la agrupación más fuerte.
En estos comicios se eligieron 751 diputados que integrarán la eurocámara hasta el 2019.
Ahora es esta cámara la que debe nombrar al Presidente de la Comisión , a propuesta del Consejo Europeo en función de los resultados de las elecciones, por mayoría cualificada.
El denominado Partido Popular Europeo, agrupa a 72 organizaciones de estados miembros de la UE y de fuera de la misma, con ideologías que van desde la llamada democracia cristiana, el conservadurismo, lo que llaman el humanismo cristiano, hasta los representantes de la extrema derecha xenófoba.
Volviendo al caso de Inglaterra, donde triunfó la agrupación Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP por sus siglas en inglés) con este resultado, es la primera vez desde 1910 que ni el Partido Conservador ni el Laborista, consiguen imponerse en las elecciones británicas.
Este panorama obligará el premier David Cameron, a considerar las actuales relaciones con la Unión Europea con un nuevo enfoque.
Vale recordar que la posible separación inglesa de Europa ya había tenido eco durante los comicios locales, tema que, junto a la política antiinmigrantes, vuelven con mayor fuerza en esta nueva contienda.
Ese es el panorama que hoy exhibe una Europa, por demás golpeada fuertemente con la crisis económica y social y donde en casi ningún país reina la tranquilidad ciudadana, aunque los líderes políticos hagan caso omiso a las huelgas, manifestaciones y otras formas de protesta por el caduco sistema neoliberal que los golpea.
No hay dudas, la madeja sigue enredada y de qué forma.

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