Sánchez a prueba
3 de enero de 2019
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Con el apoyo de la izquierda radical de Unidos Podemos y partidos nacionalistas vascos, el presidente español, PedroSánchez, tratará de hacer aprobar un presupuesto que ha puesto en vilo a empresarios y principales detentadores de la explotación obrera.
Así, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), socialdemócrata, tendrá la oportunidad de rehacer lo que con anterioridad había desbaratado con promesas incumplidas al trabajador de la nación ibérica.
Desde la crisis económica de la década pasada, que significó una gran recesión en España, las cosas mejoraron para los capitalistas dedicados a la inversión sólo gracias a mantener deprimidos los salarios reales y el emplear mano de obra barata en vez de hacer gastos en nuevas tecnologías para aumentar la productividad.
De hecho, la tasa de inversión española en relación con el Producto Interno Bruto (PIB) ha caído mucho más en comparación con las tasas anteriores a la crisis que la de sus rivales en la Unión Europea (UE).
Versados economistas españoles –Juan Pablo Mateo y Esteban Maito– coinciden en señalar que el Talón de Aquiles del capitalismo local es la caída a largo plazo de su rentabilidad.
La recuperación de la rentabilidad desde la desastrosa década pasada ha sido modesta, y está por debajo de la del 2007, a pesar de los enormes recortes en el gasto público, la caída del empleo y los salarios.
En el más reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre España, se puede leer que desde el 2009, “el desempleo ha disminuido para todos los grupos de edad, pero sigue siendo más alto que antes de la crisis y afecta de manera desproporcionada a los trabajadores poco cualificados. Los parados más de un año representan aproximadamente la mitad de los desempleados. El empleo a tiempo parcial no deseado sigue siendo alto, muy por encima de la media de la UE. Más de una cuarta parte de los trabajadores solo tienen contratos temporales. Y la tasa de empleo temporal entre los jóvenes está por encima de su nivel anterior a la crisis “.
Por otra parte, España registró el crecimiento del salario real más bajo de todos los países de la UE en el 2017, es decir, ¡cero!, y en el 2018 no se creció; sólo los trabajadores italianos y británicos van a sufrir una caída mayor.
Aunque la ‘austeridad’ en forma de recortes en el gasto público, impuestos más altos y los excedentes presupuestarios (antes del servicio de los intereses de la deuda) se frenó en el2015, el Estado tiene una enorme deuda acumulada desde el imprudente y corrupto rescate del sistema bancario en España. Según el FMI, las necesidades anuales de financiación bruta son las más altas de la zona del euro, incluso superior a las de la endeudada Italia.
De ahí la importancia que adquiere el presupuesto elaborado por el PSOE y Unidos Podemos para el 2018, ya que es una especie de mapa que refleja las prioridades y objetivos de los poderes públicos.
Ello permite saber haca donde se va, por lo cualhabrá que escribirsobre ello en lo adelante, aunque sí es seguro que se está dando un giro social con respecto a las políticas que se han venido aplicando desde que empezó la crisis económica.
El Acuerdo constituye un auténtico programa de gobierno que afecta a aspectos muy sensibles para el bienestar de la ciudadanía, tales como sanidad, vivienda, dependencia, empleo y protección social. Y hay que destacar dos cuestiones a fin de calibrar su importancia: las medidas y compromisos adoptados en materia de pensiones y salario mínimo interprofesional (SMI). De gran significado, y que, de ser aprobado, como todo parece indicar, despertará grandes ronchas a quienes han llevado la batuta en la explotación al trabajador español.
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