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Salud embotellada

14 de septiembre de 2023

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Ahora que la crisis hídrica se hace más aguda, agravada paradójicamente por graves inundaciones, el Banco Mundial ha exhortado a la privatización del agua para, dice, mantener la salud a un nivel estable.

De ahí que los préstamos al efecto sean generosos, con bajos intereses, lo cual hace aún más millonarias a las entidades que lucran con la salud de millones de seres.

A la crisis alimentara mundial, se añade ahora la falta de agua potable, cuando los gobiernos tienen en sus manos la solución adecuada, si ayudaran a los municipios a mantener las condiciones de higiene al respecto.

Pero no lo hacen, porque una gran parte de los entes gobernantes son penetrados monetariamente por empresas que provocan y aprovechan el desajuste y abandono oficial. De esta manera, la voracidad privada logra que el 45% de los costos para suministrar agua potable en el mundo va haca la corrupción, por lo cual 2 000 millones de personas carecen de instalaciones básicas sanitarias.

Es así que esta crisis en América Latina está relacionada con el problema del saneamiento que emerge de la desigualdad entre zonas rurales y urbanas.

En este contexto, la Corporación Financiera Internacional, dependiente del Banco Mundial, alentó el negocio de “proveer agua limpia y servicios de saneamiento” cono una oportunidad de negocios.

Y es que los inversores ven una oportunidad en el sector hídrico mundial, de 450 000 millones de dólares, donde las acciones tienen un fuerte desempeño en todo el mundo, por lo cual la Corporación invitó a todos los gobiernos a conceder los servicios de agua y saneamiento a las empresas privadas.

Para afianzar su oferta recordó el espectro de una crisis que envuelve también a los alimentos y los combustibles, lo cual, planteó, es una amenaza real, debido a la provocación de disturbios por el encarecimiento de los alimentos, el hambre y la desnutrición.

Además de los pueblos que rechazan por experiencia la privatización de los servicios de agua potable y saneamiento, la entidad Corporate Accountabilty International expreso su desacuerdo con las políticas del Banco Mundial.

Corporate logró destaque de prensa, cuando obligó a la empresa norteamericana Pepsi a confesar que el agua embotellada Aquafina, no era otra cosa que agua de grifo.

“Cuando el acceso de la gente al agua limpia para beber depende de los intereses económicos de un puñado de transnacionales, todos nosotros pagamos un recargo, y a causa de esto muchos de los pobres del mundo tienen sed”, argumentó.

Por ello, el Banco Mundial necesita poner la privatización del agua como condición para sus préstamos, como hizo recientemente en Uruguay, evitando que el preciado líquido estuviera bajo control local, público y democrático.

Preocupado por este grave problema, el Fondo Mundial para la Naturaleza indicó que el agua embotellada no constituye una solución ecológicamente recomendable y, además, representa una pérdida de dinero.

Sus investigadores llegaron a la conclusión de que el agua embotellada se vende a precios hasta mil veces más que los del agua de la llave, sin que su calidad sea necesariamente menor.

En el 50% de los casos, la única diferencia era que al agua embotellada se le añaden minerales y sales, lo que no quiere decir que sea más saludable.

Además, gran parte del agua embotellada tiene exactamente la misma calidad que la de la llave, pero no es tan eficiente desde el punto de vista energético.

El agua de la llave se distribuye por tuberías subterráneas, mientras que la fabricación, distribución y eliminación del agua embotellada implica la utilización de energía y combustible.

Ello hace que hervir o filtrar el agua local es más segura en áreas donde la de la llave está contaminada.

La solución a largo plazo, como apuntamos al principio es limpiar las fuentes municipales de agua, para lo cual es necesario eliminar la corruptela oficial.

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