ribbon

Sacando provecho

22 de julio de 2016

|

 

Los días posteriores al fracasado intento golpista contra el presidente de Turquía, Recip Tayyip Erdogan, corroboran todo lo que se ha señalado de este personaje taimado, quien aprovecha, y hasta los crea, todos los vericuetos para hacer la vida imposible a la oposición, la mayor parte de la cual se pronunció desde el principio contra la asonada y repudió que se intentara otra aventura militar contra el pueblo.
Sabiéndose triunfador y que este es el momento propicio para intensificar las acciones contra sus adversarios, el mandatario no solo ha comenzado una depuración en los sectores militares, sino que ha despedido a diestra y siniestra a quienes considera en contra suyo, lo cual hace que la lista de cesantes sumen miles y miles cada hora, incluso aquellos que se desempeñan en el exterior.
Como se sabe, con una lista previa y sospechosamente preparada antes de la intentona, les cortó las alas al Poder Legislativo, deteniendo a miles de jueces que fueron cesados posteriormente en sus cargos, en tanto la “limpieza” se extiende inmisericordemente contra el sector docente.
De “purga turca” lo calificó el portal colega Cubasí, mientras el periódico nacional Juventud Rebelde resumió en un pie de foto la situación: “Tras el intento de golpe, protestar en Turquíaparecerá una saga de Misión Imposible”.
En la noche de este jueves, el número de personas detenidas y suspendidas asciende a más de 65 000, en tanto al de unos 300 muertos durante la asonada, se suman numerosos desaparecidos, obra de elementos al servicio oficial.
Para guardar las apariencias, dirigentes de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) llamaron indistintamente a su aliado turco a la serenidad y que evite violaciones de los derechos humanos, como las que se están produciendo.
Se desconoce la situación de más de 4 000 soldados bisoños que fueron arrastrados a la asonada, en tanto el gobierno difundía repetidamente un video que mostraba a pilotos rebeldes bombardeando las cercanías del palacio presidencial, y daba a entender que estaban encarcelados los dos pilotos que derribaron traicioneramente al avión ruso que combatía a los terroristas en Siria, nada meritorio, cuando el propio Erdogan se había negado repetidamente a pedir excusas, apoyando la agresión.
Esa televisión, sin embargo, no mostró las escenas de como la aviación leal –muy mayoritaria, como el resto del ejército y la marina– ametrallaba y destruía los tanques de los derrotados, algunos de los cuales fueron apaleados, desvestidos de sus vestimentas y arrojados en calabozos con condiciones infrahumanas.
El argot popular de épocas pasadas siempre mostraban injustamente a los turcos como personas crueles, inhumanas, basándose en parte en el genocidio que casi borró a los armenios de la faz de la Tierra, Aquí,en Cuba, antes del triunfo de la Revolución, se les presentaba como “malos”, cuestión muy explotada en la radio, como el personaje del Turco Ibrahím en la popular serie Los Tres Villalobos.
Pues Erdogan casi está entrando –pienso que ya– en ese aspecto, independientemente de que siempre se las ha arreglado para ganar elecciones denominadas democráticas y tratado de imponer un régimen musulmán, en contradicción con el laicismo oficial, desde la época del más respetado Ataturk Kemal Pashá.
El capítulo turco sigue abierto en la arena internacional, y mucho habrá que escribir sobre esa política de aprovechamiento e inducción a los errores en lo interno y de pura hipocresía en lo externo.

Comentarios